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La derrota republicana en Georgia es una mala noticia más para Trump. ¿Qué importancia tiene para su futuro político?

La campaña del expresidente ha sufrido múltiples reveses desde las elecciones de medio mandato, como la condena a la Organización Trump o su polémica cena con un líder supremacista.

Por Jonathan Allen, Marc Caputo, Garrett Haake y Henry J. Gomez - NBC News

WASHINGTON — El tren de Trump está atascado en la estación, y se vio lastrado el martes con el nuevo equipaje de las condenas por fraude fiscal corporativo y una última derrota de mitad de mandato.

En las tres semanas transcurridas desde que el expresidente Donald Trump lanzara su candidatura de regreso desde un salón de baile de su club Mar-a-Lago, ha exhibido poco de la energía que lo convirtió en una fuerza en la política nacional, pero muchos de los comportamientos que llevaron a los votantes a expulsarlo hace dos años, según los estrategas republicanos. 

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Durante su corta campaña, Trump ha dominado los titulares al cenar con el rapero Ye, antes conocido como Kanye West, que ha proferido diatribas antisemitas en las últimas semanas, y con el nacionalista blanco Nick Fuentes. Más recientemente, Trump abogó por la “terminación” de artículos de la Constitución como medio para anular su derrota en 2020.

El martes, dos empresas de Trump fueron declaradas culpables de fraude fiscal en el más alto tribunal de Nueva York. También vio impotente en los últimos días cómo los tribunales entregaban sus registros fiscales al Congreso, arrastraban a sus abogados de la Casa Blanca ante un gran jurado y facilitaban una investigación sobre su retirada de documentos clasificados de la Casa Blanca. 

Y el martes por la noche, la derrota de Herschel Walker en la segunda vuelta de las elecciones al Senado por Georgia añadió un signo de exclamación al argumento de que Trump perjudicó al Partido Republicano al elegir una mala cosecha de candidatos en los estados indecisos. El telemaratón del lunes de Trump a favor de Walker no proporcionó el impulso necesario.

“Francamente, debería haber esperado [a lanzar su campaña hasta] después de que se decidiera la contienda de Georgia”, opinó Michael Biundo, un estratega republicano nacional que sirvió como asesor de Trump en 2016 y tiene su sede en New Hampshire, donde está previsto que se celebren las primeras primarias del Partido Republicano (GOP, por su sigla en inglés). “El lanzamiento me pareció precipitado e incompleto. Le doy un suspenso”, apuntó.

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La observación de Biundo es ampliamente compartida en todo el GOP e incluso entre algunos confidentes de Trump. Pero también hay una creencia latente entre muchos republicanos de que el exmandatario tiene un control casi mágico sobre los fieles del partido a los que simplemente no les importa lo que piensen las élites.

“Lo que se está viendo en las noticias o los influencers en Twitter, no se está viendo sobre el terreno con Trump”, señaló Wes Donehue, un importante estratega digital republicano de Carolina del Sur, que celebra las primeras primarias en el Sur. 

“Trump sigue controlando el Partido Republicano con todo el mundo con el que hablo, ya sea gente en partidos del condado o simplemente conservadores en el bar o chicos en el gimnasio”, afirmó. “La gente está ignorando a los medios de comunicación, a los influencers, y sólo le queda perder a Trump. Carolina del Sur es el país de Trump. A la gente le gusta mucho Trump aquí. Y les gusta [el gobernador de Florida Ron] DeSantis. Solo piensan que él es el futuro, pero Trump es el presente”, agregó.

Sin embargo, Trump no ha ofrecido una nueva visión del país. Ni ha bombardeado el país con sus mítines característicos ni, según los expertos del Partido Republicano, ha dejado temblando a sus posibles rivales para la candidatura presidencial de 2024.

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Hay pequeños indicios de que otros republicanos, incluidos posibles aspirantes, están más dispuestos a criticar a Trump, como hicieron el gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, y otros por sus comentarios sobre la Constitución. 

“He visto al otro partido erosionar realmente muchos de los principios constitucionales que aprecio y, como republicanos, no debemos contribuir a ello”, dijo Youngkin en una conferencia del Wall Street Journal el martes. “Creo que nuestro trabajo es defender y proteger la Constitución”.

El expresidente, Donald Trump, anuncia su tercera candidatura presidencial durante un discurso, el 15 de noviembre de 2022, en Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida.
El expresidente, Donald Trump, anuncia su tercera candidatura presidencial durante un discurso, el 15 de noviembre de 2022, en Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida.Rebecca Blackwell / AP

A pesar del reproche indirecto, sin embargo, Youngkin evitó responder a la pregunta concreta que se le hizo: si Trump se había descalificado a sí mismo como candidato del Partido Republicano a la presidencia.

Pero si Trump esperaba ahuyentar a los aspirantes, su chisporroteante lanzamiento podría hacer lo contrario, según un alto cargo de la campaña de Trump para 2020. 

“El diseño de esto era salir, ser el favorito y asustar a todos, y todo lo que han hecho las últimas semanas es alentar a los donantes y votantes a ir a mirar escaparates”, opinó la fuente, que no quiso criticar públicamente al líder de facto del partido. “Este es el problema de salir tan pronto y no ser fuerte: lo único que hace es obligar a la gente a buscar otras opciones”, añadió.

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DeSantis es ahora más popular entre los partidarios de Trump en 2020 que Trump, según una encuesta realizada por la firma WPA Intelligence como parte de una revisión de las elecciones de mitad de mandato. La encuesta reveló que la favorabilidad neta de DeSantis entre los votantes de Trump es de más-69, mientras que la de Trump es de más-44. Una estrecha pluralidad de republicanos -40% a 37%- dijo que Trump ya no debería ser visto como el líder y la cara del Partido Republicano.

El exvicepresidente Mike Pence, actualmente de gira por su libro So Help Me God, está considerando una candidatura para 2024, al igual que una serie de exfiguras del mundo Trump y republicanos anti-Trump. John Bolton, que fue asesor de seguridad nacional del expresidente, dijo el lunes a Kristen Welker, de NBC, que consideraría presentarse para detener a Trump si otros candidatos no están dispuestos a repudiar sus comentarios sobre la Constitución.

“Me gustaría ver declaraciones shermanescas [jerga política estadounidense para referirse a una declaración clara y directa de un candidato potencial en la que indica que no se presentará a un determinado cargo electo] de todos los posibles candidatos”, dijo Bolton. “Si no veo eso, entonces voy a considerar seriamente presentarme”, añadió.

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Pero la campaña de Trump y sus defensores señalan que nadie ha presentado aún una demanda contra él y, dicen, está recogiendo apoyos y haciendo campaña de forma discreta, hablando ante grupos conservadores selectos, como la Coalición Judía Republicana el mes pasado, o proporcionando mensajes de vídeo pregrabados, como hizo para el Patriots Freedom Fund, un grupo que representa a personas acusadas en los disturbios del Capitolio del 6 de enero.

“Esto es un maratón y nuestro plan de juego se está aplicando a pesar de que el calendario presidencial aún no se ha fijado y el ciclo de mitad de mandato de 2022 todavía está en curso”, recordó Steven Cheung, portavoz de Trump. “Sin embargo, no vamos a ser sermoneados por criaturas del pantano político que ya están buscando maneras de hacer dinero rápido en 2024 corriendo a los medios de comunicación y proporcionando cobardes citas de fondo. El presidente Trump es la fuerza única y más dominante de la política y la gente -especialmente los que pretenden estar cerca de él- nunca debería dudar de su capacidad para ganar de forma decisiva y dominante", opinó.

La familiaridad universal de Trump con los votantes y su temprano arranque le otorgan ventajas exclusivas sobre la multitud de aspirantes que andan de puntillas por el escenario de 2024.

“Otros candidatos, lo que están haciendo ahora mismo es simplemente explorar cómo pueden aumentar la identificación de su nombre y aumentar su exposición”, indicó un republicano vinculado al mundo de Trump que no estaba autorizado a hablar públicamente y pidió el anonimato para compartir sus pensamientos. “Pero no están haciendo nada para decir realmente: ‘Me presento”, señaló.

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Matt Moore, expresidente del Partido Republicano de Carolina del Sur, dijo que ha visto poca evidencia de que alguien esté haciendo campaña en su crucial estado de primarias anticipadas. 

“Obviamente, Trump no ha hecho gran cosa en ninguna parte en este momento”, afirmó Moore. “Pero podría poner en marcha las posprimarias en algún momento. Sigue siendo muy popular aquí”, señaló.

Las reglas de las primarias republicanas otorgan desproporcionadamente delegados para la convención a los candidatos que ganan pluralidades en las contiendas estatales de nominación. Eso significa que Trump, como lo hizo en 2016, podría ganar una nominación mientras gana mucho menos de la mitad de los votos en los estados donde hay varios candidatos en la boleta.

Un veterano asesor externo que reconoció tácitamente los primeros tropiezos dijo que no importarán si se corrige el rumbo para cuando los candidatos empiecen realmente a hacer campaña en busca de votos.

“Dejemos atrás las vacaciones. A principios de 2023, espero que la campaña de Trump comience a desplegar un esfuerzo para bloquear los estados de primarias anticipadas”, apuntó el asesor. “Si Trump puede reunir apoyo en las primarias, si puede recaudar un montón de dinero, será difícil de batir. Si fracasa en junio del año que viene, si va a trompicones, puede esperar grandes desafíos”, agregó.

Aún no está claro si Trump será capaz de recaudar el dinero necesario para dominar las primarias del Partido Republicano o competir eficazmente en unas elecciones generales en 2024. Hace dos años, su campaña tuvo problemas para mantenerse a la altura de la masiva inyección de efectivo que ayudó a poner al demócrata, Joe Biden, en la Casa Blanca, y parte del dinero destinado a ayudarle a ganar esta vez se está desviando a los abogados implicados en los diversos procesos en su contra.

El diario The Washington Post informó esta semana de que el Save America PAC de Trump ha planteado problemas de conflicto de intereses -y ha disminuido las reservas de efectivo para ayudar a su campaña- al pagar los honorarios legales de los testigos en esos procedimientos. 

La doble realidad de los tropiezos iniciales de Trump y su persistente formidabilidad es una de las razones por las que varios estrategas republicanos se negaron a criticar abiertamente la incipiente carrera del expresidente.

“Como se puede imaginar, habría una gran diferencia si estamos en el registro o fuera del registro”, dijo un estratega nacional del GOP que accedió a ser citado bajo la condición de anonimato porque tiene clientes que no quieren tener problemas con Trump.

“Lo único que Trump tenía que hacer era salir del bloqueo pareciendo un candidato presidencial ganador en 2024”, dijo el estratega, “y creo que ha parecido cualquier cosa menos eso”.