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La derecha religiosa y los progresistas se movilizan ante un cambio en la Corte Suprema que afecte al derecho al aborto

La campaña de releección del presidente confía en movilizar a los evangélicos blancos, cuyo respaldo fue vital en 2016 y ahora flaquea. Pero también tiene oposición entre creyentes.
/ Source: Telemundo

WASHINGTON D.C.— El relevo de la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg ha galvanizado a la derecha religiosa, que acaricia la idea de que una Corte Suprema con contundente mayoría conservadora pueda ilegalizar el aborto, pero también a los movimientos progresistas, que buscan salvaguardar este derecho de las mujeres.

Ginsburg falleció el viernes los 87 años por complicaciones de cáncer del páncreas. El presidente, Donald Trump, nominará a su sustituta el sábado, y ya cuenta con mayoría suficiente en el Senado para que sea confirmada antes de las elecciones presidenciales y legislativas del 3 de noviembre.

La muerte de Ginsburg deja sólo a los jueces Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan en ala progresista de la Corte Suprema, frente a cinco conservadores que serán seis si Trump culmina el proceso de renovación. El presidente lo ha convertido ya en su nuevo eslogan electoral: "Llenar la vacante".

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Trump ha presumido de colocar a 300 jueces conservadores en tribunales federales, lo que le permite avanzar esa agenda política. Sin embargo, varias encuestas, incluso de la cadena conservadora Fox News, y de la Universidad Marquette, muestran que los votantes preferirían que no fuera él quien decidiera en este caso, ante el temor a un desequilibrio ideológico tan patente en la corte que define en última instancia cuestiones claves de la sociedad estadounidense.  

“Ya había mucho en juego en esta elección, y sin duda pienso que ahora existe la posibilidad de que la Corte se gire más hacia la derecha, y la gente entiende que esto tendrá un impacto por generaciones”, dijo Jamille Fields Allsbrook, analista del Centro para el Progreso Estadounidense.

“Si entra un sexto juez conservador, los progresistas perderían mucho del terreno que han conquistado durante años”, señaló esta experta en temas de la mujer.

Esta posibilidad puede dar bríos sin embargo a la campaña de reelección de Trump entre los votantes evangélicos blancos, que impulsaron su victoria en 2016 pero habían sufrido una leve caída en su apoyo al presidente en los últimos meses.

También entusiasma a la derecha religiosa, en su mayoría republicana y que durante décadas ha librado una batalla en el Congreso y en las legislaturas estatales para lograr más restricciones al derecho al aborto.

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El voto cristiano, y en particular de los evangélicos, ha sido decisivo desde al menos la década de 1980, con el surgimiento de la llamada "mayoría moral", alineada con el nacionalismo y el conservadurismo. Ahora hay grupos que consideran a Trump prácticamente un mesías, aunque también los hay que prefieren a su rival, el demócrata Joe Biden, como Christian Democrats of America.

Johnny Ramírez Johnson, antropólogo y profesor del Centro Latino del Seminario Teológico Fuller, cree que “la joya de otro juez conservador” opuesto al aborto y a la comunidad gay seguramente conquistará al 20% de los latinos que han comprado “el evangelio de la prosperidad” del que presume el presidente.

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Pero el 80% de los evangélicos latinos, que han visto de cerca el dolor de las políticas migratorias, así como los evangélicos blancos que evalúan el carácter moral de Trump y que se apoyan en las enseñanzas de la Biblia, “rechazan el odio y abrazan la esperanza”, argumentó.

También los progresistas se movilizan

La renovación de la Corte Suprema también moviliza a los demócratas y grupos progresistas afines. La campaña de Biden lanzó la semana pasada una iniciativa bautizada como Creyentes por Biden para sumar votos entre los latinos evangélicos y de otras denominaciones.  

El empresario cubanoamericano Felice Gorordo, exasesor del presidente demócrata Barack Obama, afirmó que hay un contraste claro entre Biden, un católico que “vive su fe con acciones” y Trump, que con su manejo de la pandemia del COVID-19 ha mostrado “indiferencia por la vida de los demás”.

La madre de Gorordo padecía de cáncer del páncreas y Biden, que acababa de perder a su hijo, Beau, por cáncer cerebral, la alentó a que hiciera un peregrinaje con el Papa Francisco a Cuba en 2015.

“Fue una experiencia increíble, mi mamá se reunificó con su familia después de casi medio siglo”, recordó, “y recibió la bendición personal del Papa” dos meses antes de morir.

Biden “vive su fe con acciones” y ayudó a su madre a buscar terapias experimentales cuando la quimioterapia y radiación ya no funcionaban, afirmó Gorordo, quien atacó el manejo de Trump de la pandemia del COVID-19.