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La congresista Marjorie Taylor Greene aspira a ser la vicepresidenta de Trump

“Es ambiciosa", asegura Steve Bannon, exasesor de la Casa Blanca, está "preparada para soportar el intenso odio a corto plazo con el objetivo a largo plazo de tener un papel”.

Por Jonathan Allen - NBC News

La representante republicana Marjorie Taylor Greene espera convertirse en aspirante a la vicepresidencia en la candidatura de Donald Trump a la Casa Blanca en 2024, según informaron dos personas al corriente de los planes políticos de la congresista.

Steve Bannon, exasesor de Trump y presentador del podcast War Room, en el que Greene ha participado como invitada, aseguró que la representante por Georgia "no se encoge de hombros, es ambiciosa". “Se ve a sí misma en la lista de candidatos a vicepresidenta de Trump", agregó.

La representante Marjorie Taylor Greene, republicana por Georgia participa en un acto acompañada del expresidente Donald Trump el 4 de enero de 2021 en Dalton, Georgia.
Greene, en un acto con Trump en 2021 en Georgia.Brynn Anderson / AP

Una segunda fuente que ha asesorado a Greene señaló que "su visión completa es ser vicepresidenta". Esta fuente, vinculada a Trump pero que habló bajo condición de anonimato, dijo que cree que la republicana estará en la lista corta de candidatos de Trump.

Para lograr ese objetivo, Greene parece dispuesta a demostrar que es una política capaz de estar al margen de las divisiones entre la ala extremista del partido y los conservadores del establishment, según dijeron varias fuentes a NBC News.

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Eso ayudaría a entender por qué apoyó al republicano Kevin McCarthy a ser elegido nuevo presidente de la Cámara de Representantes y aceptó formar parte de los comités de Seguridad Nacional y Supervisión y Rendición de Cuentas, donde puede participar en investigaciones de alto perfil del Gobierno de Joe Biden.

Según Bannon, su respaldo a McCarthy logró unir a algunos de sus aliados en el Freedom Caucus de la Cámara de Representantes y a activistas conservadores afines, pero fue un riesgo calculado.

“Es a la vez estratégica y disciplinada: hizo un movimiento de poder, sabiendo que chocaría duramente con su equipo más pasional", dijo. "Estaba preparada para soportar el intenso odio a corto plazo con el objetivo a largo plazo de tener un papel", apuntó.

Ni Greene ni su portavoz respondieron a las llamadas y mensajes de texto en busca de reacciones para este artículo. Trump tampoco ha dado públicamente ninguna indicación de que esté considerando seriamente tomar una decisión sobre quién le acompañará en la carrera presidencial en este punto temprano del proceso.

Trump y su ex vicepresidente, Mike Pence, están enfrentados después de que el entonces presidente le pidiera no confirmar en el Congreso su derrota ante Biden y se negará a exigir a sus seguidores abandonar la Casa Blanca tras invadir el Capitolio en enero de 2021.

El expresidente es el único aspirante que ya ha anunciado que luchará por la nominación republicana. Tiene previsto viajar el sábado a New Hampshire y Carolina del Sur -dos estados donde se celebran primarias anticipadas- y las encuestas nacionales le mantienen como favorito dentro del Partido Republicano.

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Por otro lado, Greene se ha convertido en una de las recaudadoras de fondos más prolíficas del Congreso, tal y como demostró en las dos últimas elecciones a la Cámara Baja, mientras que su perfil ha crecido entre las filas conservadores, convirtiéndose en una paria para muchos de sus compañeros.

En las elecciones de mitad de mandato de 2022, recaudó casi $12.5 millones, lo que la situó entre los diez candidatos a la Cámara más exitosos, según el Open Secrets del Center for Responsive Politics.

Su inclinación por la retórica grandilocuente es la causa tanto de su gran capacidad para recaudar fondos como de su distanciamiento de otros legisladores. Los votantes de Trump se han deleitado con su capacidad para agitar al establishment de Washington y a los progresistas. Pero su tolerancia con la retórica violenta sobre la congresista demócrata Nancy Pelosi y su aceptación de las teorías conspirativas -que implican supuestos láseres espaciales judíos que provocaron un incendio forestal en California y congresistas musulmanas que no juraron su cargo legítimamente- fueron demasiado extremas para algunos miembros de ambos partidos.

En febrero de 2021, la Cámara de Representantes, entonces controlada por los demócratas, votó a favor de apartar a Greene de los comités legislativos como castigo por “la conducta que ha exhibido” y que sus colegas veían perjudicial para la reputación del Congreso. Once moderados republicanos se unieron a todos los demócratas en la votación para despojarla de sus escaños en la Comisión de Presupuestos y la Comisión de Educación y Trabajo.

McCarthy apoyó entonces a Greene, facilitando el desarrollo de una alianza política. Ahora que los republicanos se han hecho con el control de la Cámara baja este mes, el Comité de Dirección republicano dirigido por su nuevo presidente la ha colocado en dos paneles que le darán una plataforma desde donde atacar a Biden, que se espera que se presente a la reelección. También pueden darle la oportunidad de reparar las relaciones que quedaron deterioradas tras respaldar a McCarthy.