El Partido Republicano se encuentra divido sobre qué hacer con las congresistas Liz Cheney y Marjorie Taylor Greene, dos figuras controversiales que representan a dos corrientes opuestas en una formación fracturada por la herencia del expresidente Donald Trump.
Los republicanos en la Cámara de Representantes se reunieron este miércoles para decidir el futuro político de ambas, con la sombra de la votación de repudio contra Greene que está programada para mañana merced a la mayoría demócrata.
[Cuatro mentiras que impulsa la congresista republicana Marjorie Taylor Greene]
Por un lado, los partidarios del expresidente buscan quitar a Cheney su liderazgo dentro del partido. Ello, como castigo por ser una de las representantes que votó a favor de enjuiciar a Trump por incitar el ataque al Capitolio.
Por otro lado, se suman las voces republicanas que están a favor de separar a Taylor Greene de sus responsabilidades en los comités del Congreso, debido a las mentiras y teorías de conspiración que impulsa públicamente.
En el centro del conflicto está Kevin McCarthy, líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, quien enfrenta presión para separar a Taylor Greene, aunque él mismo se ha mantenido cercano a Trump.
McCarthy criticó a Greene este miércoles por promover teorías conspirativas sin fundamento y puntos de vista racistas. Sin embargo, se pronunció encontra de los demócratas que buscan expulsarla de los comités legislativos en los que participa.
En un comunicado, el líder republicano de la Cámara Baja sugirió que no llegaría a ningún acuerdo con los demócratas, quienes planearon una votación el jueves para sacarla de sus comités.
Los comentarios de Greene "causaron heridas profundas", dijo McCarthy, quien agregó que la congresista por Georgia de primer mandato ahora reconoce que debe comportarse a la altura de su cargo y que él se haría responsable de que así lo haga.
Pero McCarthy también trató de culpar a los demócratas y los criticó por no hacer nada respecto a sus propios legisladores, incluida una de quien dijo que "difundió tropos antisemitas". La representante Ilhan Omar, demócrata por Minnesota, hizo comentarios críticos de Israel en 2019, por los que se disculpó después.
El lunes, el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, aseguró que la congresista “no está viviendo en la realidad”, debido a sus afirmaciones infundadas de que ningún avión contra el Pentágono durante los ataques terroristas del 11 de septiembre.
“Las mentiras locas y las teorías de la conspiración son un cáncer para el Partido Republicano y nuestro país”, dijo McConnell al ser cuestionado sobre Greene.
A ello se suma a una serie de videos revelados la semana pasada después de que Greene fuera nombrada para formar parte del Comité de Educación y Trabajo. En ellos sugiere que los tiroteos en las escuelas de Parkland y Sandy Hook fueron falsos.
La noche del martes, Greene se reunió durante 90 minutos con McCarthy para hablar sobre sus controversiales comentarios, de acuerdo con la web informativa Politico. McCarthy le advirtió que los demócratas quieren forzarla a retirarla de los comités, a menos que ella esté dispuesta a a denunciar la teoría QAnon y a disculparse públicamente por respaldar teorías de conspiración.
“Espero que McCarthy respete la dignidad de la Cámara de Representantes y haga lo correcto”, dijo la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara, sobre la reunión entre los republicanos.
De acuerdo con la cadena NBC News, tras la reunión del martes por la noche McCarthy propuso separar a Greene de los comités de Educación y Trabajo, pero dejarla en el comité de Presupuesto, si los demócratas se comprometían a no quitarle todas sus responsabilidades en los comités mediante un voto.
Esa estrategia tampoco parece haber funcionado, ya que Hoyer tuiteó este miércoles por la mañana que, tras hablar con McCarthy, “está claro que no hay otra alternativa que realizar una votación en el pleno sobre la resolución para destituir a la representante Greene de sus asignaciones en los comités”.
El Comité sobre Reglas de la Cámara de Representantes se reunió esta tarde para discutir el tema, agregó, y la votación se llevará a cabo mañana.
El futuro de Cheney, la tercera republicana con mayor poder en la Cámara de Representantes, fue debatida la tarde este miércoles en una reunión privada entre legisladores republicanos.
La campaña para forzar a Cheney fuera de su posición de liderazgo es impulsada por la familia Trump y sus aliados en el Congreso, quienes se sienten traicionados por sus acciones. El rechazo contra la legisladora se extiende entre partidarios de Trump: al menos diez organizaciones republicanas locales de Wyoming, el estado que ella representa, la han condenado públicamente por su voto.
“Ella no representa por lo que votamos”, dijo Teresa Kunkel, una mujer que acudió a una manifestación contra el juicio político, a The New York Times. "Ella nos traicionó, a lo grande".
"Estamos en una batalla por el alma del partido republicano, y tengo la intención de ganarla", dijo el representante republicano de Florida Matt Gaetz, en un discurso en Wyoming la semana pasada. "Pueden ayudarme a romper un sistema corrupto. Pueden enviar a un representante que realmente los represente, y pueden enviar a Liz Cheney a casa, de regreso a Washington D.C."
Por otra parte, republicanos más moderados consideran que el partido debe aceptar críticos como Cheney dentro de sus filas, y rechazar a legisladoras como Greene, quienes dan una mala imagen a los republicanos.
“Los beneficiarios del fratricidio republicano son los demócratas”, dijo Karl Rove, exestratega de Bush, a The New York Times. "Entonces, cuanto más pruebas de pureza tengamos y todos tengan que pensar y actuar de la misma manera, particularmente cuando se trata del expresidente Trump, solo se está ayudando a los demócratas".
Con información de The Associated Press, Politico, USA Today, The New York Times.