Tomó cinco días y 15 extenuantes rondas de votación que pusieron a prueba el liderazgo republicano en el Congreso, pero finalmente el legislador conservador por California Kevin McCarthy fue electo en la madrugada de este sábado nuevo presidente de la Cámara de Representantes.
McCarthy, de 57 años, logró sumar 216 votos, cuatro más que el demócrata Hakeem Jeffries, que le permitieron suceder a la demócrata Nancy Pelosi en el segundo puesto más importante en la línea de sucesión presidencial tras la vicepresidente Kamala Harris.
Contra muchos pronósticos, McCarthy conquistó en los primeros minutos de la madrugada del sábado el apoyo de un grupo de legisladores conservadores que se opusieron a su candidatura en las anteriores votaciones, lo que creó un caos político nunca visto en un siglo y paralizó totalmente el funcionamiento de la Cámara Baja, incapaz de seguir adelante con la actividad legislativa sin antes elegir a su líder.
El presidente del Gobierno, Joe Biden, felicitó a McCarthy y tendió la mano a trabajar con los conservadores.
"El pueblo estadounidense espera que sus líderes gobiernen de forma que pongan sus necesidades por encima de todo, y eso es lo que tenemos que hacer ahora. Como dije tras las elecciones de mitad de mandato, estoy dispuesto a trabajar con los republicanos cuando pueda y los votantes dejaron claro que esperan que los republicanos también estén dispuestos a trabajar conmigo", manifestó en un comunicado.
Para alzarse con la presidencia, McCarthy tuvo que hacer concesiones con los conservadores más rebeldes, incluida la reinstauración de una antigua norma que permitiría a cualquier miembro de la Cámara de Representantes convocar una votación para destituir al presidente.
Por eso los expertos aseguran que su elección no es un triunfo completo: será un speaker vulnerable tras haber cedido algunos de sus poderes, y siempre se cernirá sobre él la amenaza de ser destituido por sus detractores.
El líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, advirtió que dichas concesiones "causarán un cierre del Gobierno o un default con consecuencias devastadoras para nuestro país".
"El trabajo de ensueño del presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, podría convertirse en una pesadilla para el pueblo estadounidense", vaticinó Schumer en un comunicado. "Se rindió a las demandas de un elemento marginal del partido republicano", aseguró.
Una noche dramática
La votación fue dramática la noche del viernes. En la decimocuarta ronda, McCarthy se quedó a solo un voto de conseguir su objetivo después de que el representante republicano por Florida Matt Gaetz dijera “presente” y provocara, por primera vez durante toda la jornada de votaciones, que el congresista por California perdiera la compostura.
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Se contempló suspender la sesión hasta el lunes, pero la moción no fue aprobada y se recurrió a celebrar otra ronda de votación, que concluyó casi media hora después de la medianoche con el triunfo de McCarthy.
Vamos a garantizar la seguridad de la frontera
Kevin McCarthy presidente de la cámara de representantes
En su primera intervención como presidente de la Cámara de Representantes, el republicano aseguró que se debe a los ciudadanos estadounidenses y prometió que su mandato abordará sin demora "los retos a largo plazo de Estados Unidos: la deuda y el ascenso del Partido Comunista Chino".
También tuvo palabras para "la crisis" migratoria que afecta la frontera con México. "Vamos a garantizar la seguridad de la frontera", prometió.
McCarthy afirmó que su puerta "siempre está abierta". "Espero que una cosa quede clara después de esta semana: Nunca me rindo", subrayó ante el aplauso cerrado de los republicanos.
Instantes después, juró como nuevo presidente de la Cámara de Representantes, poniendo fin a cinco agónicos días. Posteriormente, juramentó a los miembros de la Cámara Baja, dando por iniciado el 118 Congreso de Estados Unidos.
Negociaciones de última hora
La trabazón en la Cámara Baja rompió un récord de 100 años: desde 1923, la elección del presidente de esa Cámara no se había sometido a tantas rondas. La elección más larga y agotadora comenzó a finales de 1855 y se prolongó durante dos meses, con 133 votaciones, durante los debates sobre la esclavitud en el período previo a la Guerra Civil.
Los republicanos que se opusieron durante días a McCarthy habían nominado a otros candidatos, entre ellos Byron Donalds, un representante republicano por Florida autodescrito como se describe como “un hombre negro que apoya a Trump, amante de la libertad, pro-vida y a favor de la Segunda Enmienda”.
Durante los primeros días de votación, McCarthy no logró reunir más de 203 votos, pero arrancó la jornada del viernes convenciendo a 14 de sus 20 detractores para reunir 214 votos, quedándose corto por un margen estrecho. La Cámara suspendió entonces su sesión temprano y reanudó la votación a las 10 de la noche (hora de la Costa Este).
En ese tiempo, negoció con los representantes de forma individual hasta sumar los votos que le hacían falta. Pese a la difícil jornada, McCarthy había insistido en que confiaba ser elegido.
"Tendré los votos", aseguró a la cadena de televisión CNN, tras el final de la decimotercera votación, que volvió a perder por un estrecho margen.
Los republicanos arrebataron el control de la Cámara de Representantes a los demócratas en los comicios de medio término del 8 de noviembre. Los republicanos arrancan la legislatura con una agenda que incluye, entre otros temas, una investigación a Biden por su manejo de la pandemia del COVID-19, y a las actividades comerciales de su hijo Hunter.