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Funcionarios de la seguridad del Capitolio revelan que hubo deficiente información de inteligencia y falta de comunicación el día del asalto

"La información no llegó a donde tenía que llegar", señaló Robert Contee, jefe en funciones de la Policía de Washington D.C, durante una audiencia celebrada ante dos comisiones del Senado enfocada en saber las razones por las que las autoridades no estaban preparadas para contener el ataque.
/ Source: Telemundo

El FBI advirtió un día antes a través de un correo electrónico sobre posibles actos de violencia en el Capitolio de Estados Unidos durante la sesión para certificar la victoria del presidente Joe Biden. Pero los altos funcionarios encargados de la seguridad del edificio no vieron el aviso.

"La información no llegó a donde tenía que llegar", señaló este martes Robert Contee, jefe en funciones de la Policía de Washington D.C, durante una audiencia celebrada ante dos comisiones del Senado enfocada en las razones por las que las autoridades no estaban mejor preparadas para contener el ataque y por qué se tardó tanto en repeler a la turba de un edificio que había sido considerado uno de los más seguros del mundo.

Contee ofreció su testimonio sobre el asalto al Capitolio ocurrido el 6 de enero al igual que Steven Sund, exjefe de la Policía del Capitolio; Michael Stenger, exsargento de armas del Senado y Paul Irving, que fue sargento de armas de la Cámara de Representantes.

Los ex altos funcionarios de seguridad culparon a los cuerpos de seguridad federales y al Departamento de Defensa por los fallos que hubo en la inteligencia y en las comunicaciones sobre lo que podía ocurrir. Además de la lentitud que hubo en la autorización de la Guardia Nacional cuando la violencia se intensificó.

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Contee dijo que el aviso de amenaza se trataba de "una información en bruto" que no había sido "totalmente investigada", por lo que el correo electrónico recibido a las 7 de la noche del 5 de enero fue desechado a pesar de que una advertencia tan seria “justificaba una llamada telefónica”.

Sund reiteró que los informes de inteligencia mostraban que "la probabilidad de actos de desobediencia civil/arrestos el 6 de enero era improbable".

"Además el informe indicaba que el secretario de Seguridad Nacional no había emitido una alerta elevada o inminento", declaró Sund.

"Sin la información necesaria para prepararse adecuadamente, la Policía del Capitolio se vio superada en número y tuvo que defender el Capitolio contra una muchedumbre extremadamente violenta", dijo.

El informe del FBI, que se originó en la oficina de campo de Norfolk, incluía una conversación online en la que se llamaba a la violencia: "hay que estar preparados para luchar. El Congreso debe oír cómo se rompen los cristales, se patean puertas y se derrama la sangre de sus soldados esclavos de BLM y Pantifa. Pónganse violentos. Dejen de llamar a esto marcha, o concentración, o protesta. Vayan listos para la guerra. O conseguimos a nuestro presidente o morimos. NADA más logrará este objetivo".

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Retraso de la Guardia Nacional

Contee relató que él y Sund llamaron a la Guardia Nacional para pedir ayuda poco después de que la turba pro-Trump irrumpiera en el edificio, pero se sorprendió de la respuesta que recibió.

Añadió que a las 2:22 p.m. se convocó una llamada con la dirección de la Policía del Capitolio, la Guardia Nacional de D.C. y el Departamento del Ejército.

Se mostraron reacios a enviar a la Guardia Nacional al Capitolio (…) Fui capaz de desplegar rápidamente la Policía Militar y darles directrices mientras estaban en el terreno, y me sorprendió sinceramente que la Guardia Nacional no pudiera -o no quisiera- hacer lo mismo", dijo Contee.  

Sund agregó que el teniente general del ejército Walter Piatt dijo en la conferencia telefónica que no le gustaba "la imagen de la Guardia Nacional haciendo una fila con el Capitolio de fondo" y que prefería que los agentes de la Policía del Capitolio fueran sacados de otros puestos para ocuparse de los manifestantes.

Sund indicó que los primeros 150 miembros de la Guardia Nacional no entraron al Capitolio sino hasta las 5:40 p.m. “Cuatro horas y media después de que se les solicitara apoyo por primera vez y tres horas y media después de que la Junta de la Policía del Capitolio aprobara mi petición", dijo.

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El exjefe de la Policía del Capitolio dijo estar arrepentido por haber renunciado a su cargo.

"Sí, señor. Ciertamente me arrepiento de haber dimitido", dijo Sund para responderle al senador republicano Ron Johnson quien le preguntó si lamentaba haber dejado sus funciones. "Amo esta agencia. Amo a las mujeres y a los hombres de esta agencia. Y me arrepiento del día en que me fui".

Conflicto interno

Más temprano, Sund también culpó al Irving y Stenger por la lentitud en la repuesta para que la Guardia Nacional interviniera.

En el caso de Irving, por no apoyarlo en la petición de ayuda durante los días previos al 6 de enero. “Irving declaró que le preocupaba la óptica de tener a la Guardia Nacional presente y que no creía que la inteligencia lo respaldara", relató.

Lo mismo ocurrió, según Sound, con Stenger: “En lugar de aprobar el uso de la Guardia Nacional, el Sr. Stenger me sugirió que les preguntara con qué rapidez podíamos obtener apoyo en caso de que fuera necesario y que nos adelantáramos en caso de que tuviéramos que solicitar ayuda el 6 de enero".

Añadió que también se tardó en actuar durante el asalto.

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"Notifiqué a los dos sargentos de armas a la 1:09 p.m. que necesitaba apoyo urgente y les pedí que declararan el estado de emergencia y autorizaran a la Guardia Nacional", dijo Sund. "El Sr. Irving me aconsejó que tenía que elevarlo a la cadena de mando. Continué el seguimiento con el Sr. Irving, que estaba con el Sr. Stenger en ese momento, y me informó de que estaba esperando la respuesta de los líderes del Congreso, pero que esperaba la autorización en cualquier momento".

Irving refutó lo dicho por Sund, diciendo que no recordaba haber hablado con él en ese momento y que nunca dijo que tuviera que elevar la petición a la cadena de mando.

Stenger, Irving y Sund renunciaron a sus cargos después de que los seguidores de Trump interrumpieran la sesión conjunta del Congreso, poniendo en peligro a los legisladores y al exvicepresidente Mike Pence, que presidía la reunión.

Esta audiencia conjunta ante la Comisión de Reglamentos y la Comisión de Asuntos Internos y Gubernamentales fue la primera de una serie que los comités llevarán a cabo en el marco de su investigación sobre el asalto. Se esperan otras más adelante, incluida una con los responsables en funciones de las entidades con las que se habló hoy, así como una audiencia a la que acudirán representantes de las agencias federales responsables de las averiguaciones.

La jefa en funciones de la policía del Capitolio, Yogananda Pittman, y el sargento de armas en funciones de la Cámara de Representantes, Timothy Blodgett, testificarán el jueves ante el subcomité de Asignaciones de la Cámara de Representantes.

El presidente de la comisión, el demócrata Gary Peters, había adelantado algunas de las líneas de investigación previstas: "Preguntas sobre inteligencia, ¿qué sabían, qué esperaban? ¿Por qué no estaban totalmente preparados para hacer frente a lo que era un ataque violento en el Capitolio? Preguntas relacionadas con la Guardia Nacional. Es decir, hay una larga lista de preguntas que vamos a revisar".

Sund había dicho que no fue advertido de la posibilidad de que los manifestantes intentaran tomar el control del edificio.

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El asalto al Capitolio dejó al menos cinco muertos, entre ellos el oficial de policía del Capitolio Brian Sicknick. La policía pudo recuperar el control del edificio con ayuda de la Guardia Nacional y de los cuerpos de seguridad federales después de varias horas, y la certificación de la victoria de Biden se completó. Más de 200 personas han sido acusadas penalmente, y el propio Trump fue juzgado por el Congreso (su segundo impeachment en cuatro años de presidencia), aunque fue absuelto por la mayoría republicana en el Senado.

"Una visión retrospectiva perfecta no cambia el hecho de que nada en nuestra experiencia colectiva o en nuestra inteligencia, incluyendo la inteligencia proporcionada por el FBI, el Servicio Secreto, el Departamento de Seguridad Nacional y la Policía Metropolitana, indicaba que un asalto armado y bien coordinado al Capitolio podría ocurrir el 6 de enero", dijo Sund en una carta a los legisladores obtenida por el diario The New York Times.

Sund también ha criticado a Stenger y a Irving, diciendo que tardaron en reaccionar cuando él dijo que era necesario llamar a la Guardia Nacional, y ha dicho que los jefes del Ejército también tardaron en reaccionar.

Con información de NBC News y Washington Post.