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Estados Unidos bombardea en Siria instalaciones usadas por grupos de milicias respaldadas por Irán

El ataque lanzado este jueves fue anunciado por el Pentágono, que aseguró haber asestado el golpe en represalia por un ataque con cohetes a principios de este mes que hirió a un miembro del servicio estadounidense. Es la primera acción militar emprendida por la Administración de Joe Biden.

Estados Unidos lanzó este jueves ataques aéreos contra instalaciones en Siria que se encuentran cerca de la frontera iraquí y que están siendo usadas por grupos de milicias respaldados por Irán, de acuerdo con el Pentágono. Los ataques fueron lanzados en represalia por un ataque con cohetes en Iraq a principios de este mes que mató a un contratista civil e hirió a un miembro del servicio estadounidense y otras tropas, dijo la agencia federal.

El bombaredo se trata de la primera acción militar emprendida por la Administración de Joe Biden, quien en sus primeras semanas en la Casa Blanca ha enfatizado su intención de centrarse más en los desafíos que plantea China, incluso cuando persisten la tensión en Medio Oriente.

"Esta respuesta militar proporcional se llevó a cabo junto con medidas diplomáticas", dijo el portavoz principal del Pentágono, John Kirby, al anunciar los ataques. “La operación envía un mensaje inequívoco: el presidente Biden actuará para proteger al personal estadounidense y de la coalición. Al mismo tiempo, hemos actuado de una manera deliberada que tiene como objetivo desescalar la situación general en el este de Siria e Iraq".

 

Funcionarios del gobierno de Estados Unidos condenaron el ataque con cohetes del 15 de febrero cerca de la ciudad de Irbil, en la región semiautónoma de Iraq gobernada por los kurdos, pero incluso esta semana los funcionarios dijeron que no habían determinado con certeza quién lo había llevado a cabo.

Los funcionarios han señalado que, en el pasado, milicias chiíes respaldadas por Irán han sido responsables de numerosos ataques con cohetes dirigidos contra personal o instalaciones estadounidenses en Iraq.

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Un grupo chií de milicianos poco conocido que se autodenomina Saraya Awliya al-Dam o Brigada de los Guardianes de la Sangre, se adjudicó la autoría del atentado del 15 de febrero. Una semana después, un ataque con cohetes en la Zona Verde de Bagdad parecía tener como objetivo el complejo de la embajada de Estados Unidos, pero no hubo heridos.

Esta semana, Irán afirmó que no tiene vínculos con la Brigada de los Guardianes de la Sangre.

La frecuencia de los ataques de los grupos de milicias chiítas contra objetivos estadounidenses en Iraq disminuyó a fines del año pasado antes de la toma de posesión de Biden, aunque ahora Irán está presionando a Estados Unidos para que regrese al acuerdo nuclear de 2015 con Teherán.

Bajo la Administración de Donald Trump, Estados Unidos culpó a los grupos respaldados por Irán por llevar a cabo los ataques. Las tensiones se dispararon después de un ataque con un dron dirigido por Washington que mató el año pasado al alto general iraní Qassem Soleimani y al poderoso líder de la milicia iraquí Abu Mahdi al-Muhandis.

Trump había dicho que la muerte de un contratista estadounidense sería un punto de quiebre y provocaría una escalada de acciones estadounidenses en Iraq. El asesinato en diciembre de 2019 de un contratista civil estadounidense en un ataque con cohetes en Kirkuk provocó una pelea de revancha en suelo iraquí, lo cual llevó al país al borde de una guerra de poder.

Las fuerzas estadounidenses se han reducido significativamente en Iraq a 2,500 efectivos y ya no participan en misiones de combate con fuerzas iraquíes en operaciones en curso contra el grupo Estado Islámico.

Con información de The Associated Press