WASHINGTON.— Grupos conservadores presionan por la confirmación de la jueza Amy Coney Barrett para la Corte Suprema con la idea de eliminar eventualmente el derecho al aborto, pese a que la mayoría de los votantes, incluyendo católicos y protestantes, apoya mantenerlo en vigor.
Barrett acudió este miércoles a su tercer día de audiencias de confirmación en el Comité Judicial del Senado, donde afrontó preguntas sobre asuntos como el futuro del derecho al aborto, el control de las armas, los matrimonios entre homosexuales, y la reforma sanitaria de 2010 conocida como Obamacare.
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Barrett ha sugerido que actuará con apego a una estricta interpretación de las leyes y ha evitado declaraciones que alarmen a los senadores.
La jueza, de 48 años y madre de siete hijos, fue nominada por el presidente, Donald Trump, en reemplazo de la fallecida Ruth Bader Ginsburg.
Expertos y activistas consultados por Noticias Telemundo coincidieron en que, de todos los temas electorales, el relacionado con el dictamen de Roe v. Wade, con el que la Corte Suprema legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973, es uno de los más polarizantes.
“El aborto es un asunto simbólico importante para los conservadores, tanto en el ámbito político como en el religioso, y es un argumento muy usado entre sus élites. Pero los ciudadanos de a pie que pertenecen a esos grupos no lo consideran una prueba de fuego para apoyar a un candidato”, explicó Robert Jones, fundador del Instituto Público de Investigación Religiosa (PRRI, por su sigla en inglés).
Pero los republicanos opuestos a la legalidad del aborto contravienen la opinión del público en general: una encuesta de PRRI de 2018 mostró que solo un tercio de los estadounidenses y un 34% de católicos apoyan revertir ese dictamen.
Con la excepción de los evangélicos blancos, la mayoría de los principales grupos religiosos, incluyendo el 56% de los católicos, apoya la legalidad del aborto “en todos o casi todos los casos”, agregó Jones.
Bridgette Gómez, directora de estrategias de Planned Parenthood Federation of America, un grupo progresista de planificación familiar, cree que Barrett “será una amenaza para los derechos reproductivos de las mujeres”.
“Nos preocupa que su pensamiento religioso influya en los dictámenes que pueda emitir desde el estrado”, afirmó.
En ese sentido, Víctor Reyes, presidente de la junta directiva de Catholics for Choice, a favor de la opción al aborto, explicó que su grupo apoya la separación de la Iglesia y el Estado y la libertad religiosa porque, a su juicio, el aborto “es un asunto de conciencia”.
La mayoría de los más de 70 millones de católicos en Estados Unidos apoya mantener la legalidad del aborto, e incluso cree que debe estar cubierto por un seguro médico, dijo Reyes.
Mientras, una encuesta de 2018 del Instituto Nacional de Latinas por la Justicia Reproductiva indicó que el 73% de los votantes latinos apoya que la Corte Suprema proteja el acceso legal al aborto, incluyendo latinas de entre 18 y 29 años, y el 53% de católicos.
Los votantes apoyan el derecho al aborto
Barrett se crió y educó en círculos católicos conservadores, y ha ostentado papeles de liderazgo en People of Praise, una comunidad cristiana carismática de distintas denominaciones en South Bend (Indiana), que defiende la familia tradicional, se opone al aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo, y reclama un mayor espacio de la religión en la vida secular.
Una encuesta conjunta del diario The Washington Post y la cadena ABC, divulgada el lunes, indicó que el 62% de los estadounidenses apoya que la Corte Suprema deje intacto el dictamen de Roe v. Wade, contra el 24% que apoya su eliminación.
Otra encuesta, del diario The New York Times y el Sienna College, señaló que el 60% cree que el derecho al aborto debe preservarse, contra el 33% que opinó lo contrario.
En una encuesta de PRRI, sólo el 40% apoya la gestión de Trump y el 57% la rechaza, aunque el mandatario es muy popular entre el 71% de los evangélicos blancos, el 54% de los católicos, el 49% de los protestantes, y el 26% de los votantes sin ninguna afiliación religiosa.
De ser confirmada en el cargo vitalicio, Barrett ayudaría a cimentar la mayoría conservadora de la Corte Suprema, 6-3.
Para ello, Barrett ha tenido el respaldo político y financiero de la Federalist Society, una organización que se opone al aborto y se ha dedicado a sembrar las cortes del país con jueces conservadores.
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El grupo financió seis de sus 13 viajes en su primer año como jueza del séptimo tribunal de apelaciones, para ofrecer charlas en recintos universitarios y en la convención anual del grupo conservador en Washington, según el expediente financiero de 2018 que Barrett entregó al Senado.
El resto de los viajes en 2018 fueron financiados por universidades que la invitaron a hacer presentaciones, según ese documento.
Armado con gráficas, el senador demócrata por Rhode Island Sheldon Whitehouse ha argumentado que la nominación de Barrett es parte de una estrategia a largo plazo para poblar las cortes con jueces conservadores, orquestada y financiada con millonarios fondos de la Federalist Society y la Red sobre la Crisis Judicial.

Pero los republicanos han cerrado filas en torno a Barrett, y su confirmación prácticamente está garantizada, porque numeran 53 contra 47 demócratas en el Senado, y la jueza sólo necesita una mayoría simple, de 51 votos.
Una promesa electoral
Trump, quien en 2016 prometió designar jueces federales que ayudaran a restringir o eliminar el acceso legal al aborto, presentó formalmente a Barrett durante un evento en la Rosaleda de la Casa Blanca el 26 de septiembre.
El evento contó con la participación de prominentes líderes conservadores, entre éstos la viuda del juez Antonin Scalia, quien fuera mentor de la jueza.

El historial de Barrett está salpicado de dictámenes favorables a los conservadores, y en 2006 ella añadió su firma a un anuncio en el diario South Bend Tribune que abogó por la eliminación de Roe v. Wade y denunció su “bárbaro legado".
Todo eso preocupa a demócratas y grupos progresistas afines, que temen el desmantelamiento de “Obamacare”; la desregulación de las armas; el apoyo a las grandes corporaciones, y el respaldo a las restricciones al aborto.
Los demócratas parecen resignados a perder la batalla contra Barrett, pero han convertido su nominación en un arma electoral para movilizar a su base.
Debilitamiento gradual de "Roe v. Wade"
Con el respaldo de grupos conservadores, las legislaturas estatales han adoptado restricciones al acceso al aborto en todo el país.
Desde 1973, se han aprobado 1,227 restricciones al aborto, de las cuales 480 ocurrieron en la última década, concentradas en 29 estados, según el Instituto Guttmacher, especializado en investigaciones sobre los derechos reproductivos de la mujer. La mayoría de las mujeres, sin importar su afiliación religiosa, ha utilizado anticonceptivos, agregó el instituto.