Por Peter Alexander y Dennis Romero - NBC News
El Gobierno que preside Joe Biden anunció este lunes un boicot diplomática a los Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebrarán el próximo mes de febrero en Beijing, según informó la vocera de la Casa Blanca.
Esto significa que ningún funcionario del Gobierno acudirá al evento deportivo, aunque eso no impedirá que los atletas estadounidenses compitan.
"La Administración Biden no enviará ninguna representación diplomática u oficial a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de Beijing-2022, habida cuenta del genocidio y los crímenes contra la humanidad que está cometiendo la República Popular China en Xinjiang y de otros abusos contra los derechos humanos", declaró Jen Psaki durante una rueda de prensa.
"Como le ha dicho el presidente (Biden) al presidente (chino) Xi Jinping, defender los derechos humanos está en el ADN de los estadounidenses. Tenemos un compromiso fundamental con defender los derechos humanos", puntualizó.
China respondió este mismo lunes al trascender las intenciones de Biden: "Los Juegos Olímpicos de Invierno no son un escenario para el espectáculo político y la manipulación política", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, en una rueda de prensa.
Un boicot sería, en su opinión, "una grave mancha en el espíritu de la Carta Olímpica", el documento que recoge los principios fundamentales del movimiento olímpico, y "una provocación política y una grave ofensa a los 1,400 millones de chinos", señaló.
Zhao advirtió además que China tomará "medidas firmes" ante cualquier boicot, que, según dijo, afectaría al "diálogo y la cooperación con Estados Unidos en materias importantes".
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Presiones del Congreso
Biden ha recibido presiones del Congreso para boicotear diplomáticamente la competición en respuesta a la falta de derechos humanos fundamentales en China.
China ha sido criticada por reprimir las protestas a favor de la democracia en Hong Kong; por sus políticas hacia el Tíbet y Taiwán; y por detener y maltratar a los uigures musulmanes en Xinjiang.
El Departamento de Estado, junto con países europeos, calificó las acciones de China contra los uigures como un genocidio.
"Nos preocupan mucho los abusos contra los derechos humanos que hemos visto", declaró el mes pasado la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Los llamamientos a un boicot diplomático o total de los Juegos han crecido desde que la estrella femenina del tenis chino Peng Shuai no fuera vista públicamente durante tres semanas, tras acusar de agresión sexual a un exalto funcionario del Partido Comunista.
Peng finalmente reapareció, pero siguen existiendo dudas sobre si actúa por voluntad propia u obligada por las autoridades.
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Algunos consideran que un boicot diplomático es la mejor manera de exigir explicaciones a China sin castigar a los atletas que llevan años entrenando para estos Juegos. Otros apuntan a que a Pekín no le importaría demasiado que políticos y diplomáticos se ausentaran.
"¿Por qué debería China preocuparse?", reflexionaba el mes pasado un editorial del periódico estatal Global Times, en referencia a las objeciones occidentales a los Juegos. "China perdería si se preocupa por esta estrategia", recalcó.
Si Estados Unidos impone ese boicot, probablemente no estará solo. Canadá, el Reino Unido y Australia están entre los que han dicho que consideran impulsar una acción similar.
Si llega a ocurrir un boicot olímpico masivo, sería el primero desde la Guerra Fría.
El Gobierno de Jimmy Carter lideró un boicot deportivo a los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 al que se sumaron más de 60 países por la invasión de Afganistán por parte de la Unión Soviética un año antes. En represalia, el boicot soviético a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984 fue seguido por 15 Estados.
Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), ha reiterado estar en contra de los boicots contra el evento más importante de su organización.
"Un boicot deportivo no sirve para nada", aseguró el año pasado, recordando que la Unión Soviética permaneció en Afganistán durante nueve años tras el boicot de 1980 por su invasión. "Sólo perjudica a los atletas y perjudica a la población del país porque pierden la alegría de compartir", señaló.
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El Comité Olímpico Internacional ha sido acusado de ser demasiado blando con China, tanto en el caso Peng como al permitir que China organice los Juegos.
La creciente presión sobre China se produce en el momento en que el Tribunal Uigur, organismo no gubernamental creado por abogados del Reino Unido, se dispone a emitir el jueves una conclusión sobre si las acciones de China contra su minoría musulmana constituyen un genocidio, como afirma Estados Unidos.
China asegura que los campos en los que, según los grupos de derechos humanos, se ha recluido a cerca de un millón de personas, son para "educación y formación profesional", necesarios para luchar contra el terrorismo interno.