Donald Trump prometió donar los últimos seis salarios de su sueldo como presidente, un monto equivalente a 400,000 dólares. Y cumplió ese compromiso, aunque solo parcialmente.
Durante los tres primeros años de mandato, anunció a bombo y platillo a dónde iban sus donaciones. Pero a mediados del año pasado, los anuncios cesaron.
De esta forma, la Casa Blanca de Trump nunca aclaró si el expresidente llegó a regalar los últimos 220,000 dólares de su salario, correspondientes a los últimos seis meses de 2020 y los primeros 20 días de 2021.
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Ahora, seis meses después de dejar el cargo, sigue siendo una incógnita lo que hizo Trump con ese dinero.
Las primeras donaciones fueron para agencias federales, a las que abonó 100,000 dólares cada trimestre. Pero el diario The Washington Post preguntó a cada una de ellas y ninguna dice haber recibido un donativo de Trump después de julio de 2020.
El Post también solicitó información a las empresas de Trump y al abogado que ayudó a gestionar las donaciones, pero no respondieron. Una portavoz de la oficina del expresidente se comprometió a indagar en la cuestión y ofrecer respuestas, pero terminó por dejar de responder.
El valor de estas posibles donaciones es pequeño, en comparación tanto con el presupuesto federal como con los bienes personales de Trump.
Pero la falta de información sobre ellas plantea dudas sobre una promesa que fue clave para la imagen del exmandatario.
Trump las mencionó en repetidas ocasiones siendo presidente, tanto en la Casa Blanca como en la campaña electoral, y llegó a afirmar que no sería valorado lo suficiente por los sacrificios que había hecho.
"Es mucho dinero. Seas rico o no, es mucho dinero. Y lo hice y a nadie le importó. Nadie. Nadie dijo 'Gracias'. Nadie dijo 'Muchas gracias", reprochó durante una sesión informativa en la Casa Blanca en marzo de 2020.

Trump prometió por primera vez que renunciaría a su salario en 2015, durante los primeros meses de campaña presidencial. Pero la Constitución exige que el mandatario cobre, así que optó por donarlo a agencias federales concretas. Además, suele decir que es el primero que desiste de su salario, pero esa es una afirmación falsa: Herbert Hoover y John F. Kennedy lo hicieron antes que él.
Trump realizó su primera donación en abril de 2017 al Servicio de Parques Nacionales, para ayudar a reparar campos de batalla históricos. Fue anunciada desde la sala de prensa de la Casa Blanca por el entonces secretario de prensa Sean Spicer, mientras el secretario de Interior y un funcionario del Servicio de Parques sostenían el cheque antes las cámaras.
"Es cada centavo que el presidente recibió del primer trimestre. Es desde el 20 de enero en adelante", dijo entonces Spicer.
Le siguieron al menos otras 13 donaciones, todas de 100,000 dólares y repartidas entre ocho departamentos diferentes.
Este patrón parecía contrastar con el historial pre-presidencial de Trump con las donaciones benéficas. En 2016, el Post documentó cómo, siendo un ciudadano privado, había hecho grandes promesas de donaciones que no llegó a cumplir nunca.
A medida que avanzaba el mandato de Trump, sus donaciones frecuentemente ponían de manifiesto sus prioridades políticas del momento, indicando los mensajes que trataba de enviar o las crisis que intentaba resolver.
Donó a un programa de infraestructura del Departamento de Transporte a principios de 2018, durante uno de sus muchos intentos condenados al fracaso de celebrar la "Semana de la Infraestructura." Esa, sin embargo, terminó por desbaratarse tras revelarse que el abogado de Trump, Michael Cohen, había comprado el silencio de una estrella de pornografía, que afirmaba haber tenido una aventura con Trump.
En 2018, hizo un donativo al Departamento de Asuntos de los Veteranos, mientras la agencia estaba en plena crisis: Trump había despedido a un director y retirado a un nominado para seguirle. Y, mientras la pandemia de coronavirus amenazaba con consumir su presidencia en mayo de 2020, donó al Departamento de Salud y Servicios Humanos.
La entonces secretaria de prensa, Kayleigh McEnany, dijo que el regalo apoyaría la investigación de tratamientos contra el COVID-19 y las medidas de prevención, "para que podamos reabrir con seguridad".
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El último donativo conocido de Trump ocurrió el 23 de julio de 2020, según documentos del Gobierno, que demuestran que el receptor volvió a ser el Servicio de Parques "para apoyar sus esfuerzos en la reparación y restauración de nuestros monumentos nacionales", según una carta que la abogada de Trump, Sheri Dillon, les envió junto al cheque.
Después de ese regalo: nada. O al menos, nada público. Ni Trump ni su Casa Blanca anunciaron más donaciones.
El expresidente sí siguió hablando de sus labores caritativas del pasado. A lo largo de 2020 mencionó repetidamente esos regalos con algo de amargura, lamentando que la prensa no hablara más de las donaciones.
"Soy el único presidente que no aceptó un sueldo, lo que me sorprendió. Son 450,000 dólares. La única razón por la que lo menciono es que nunca hablan de ello", dijo erróneamente Trump en un acto de campaña en Arizona en octubre de 2020.
"Nunca escriben sobre eso. Si alguna vez no lo dejara [que se hablara del tema], habría titulares: 'Trump se negó", afirmó.
En las últimas semanas, el Post contactó a 15 grandes departamentos federales, incluidos los ocho a los que Trump había donado antes, además de cinco agencias cuyos líderes asisten a las reuniones del Gabinete. Ninguno confirmó haber recibido un regalo de Trump después de julio de 2020.
Sin embargo, eso no prueba que los regalos no se hayan hecho. Algunos de los principales departamentos declinaron hacer comentarios. Y el Post no encuestó a cada una de las agencias u oficinas federales, una lista tan larga que incluso el propio Gobierno tiene problemas para enumerarla. Las estimaciones oficiales del número de agencias federales van desde 118 hasta más de 600, dependiendo de cómo se defina "agencia", según un informe de 2018 de la Conferencia Administrativa de Estados Unidos.
El Post también se puso en contacto con dos portavoces de la oficina de Trump establecida una vez abandonó la Casa Blanca. El 10 de junio, el portavoz Jason Miller respondió: "Déjeme indagar y le responderé". Pero no dio detalles, y más tarde abandonó la oficina de Trump.
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Liz Harrington, que sustituyó a Miller, escribió el 21 de julio "Trataré de rastrear esto", cuando el Post volvió a preguntar. Desde entonces, Harrington no ha respondido a las preguntas sobre las donaciones prometidas.
Como expresidente, Trump tiene derecho a una pensión de 221,000 dólares al año. Hasta el jueves, había cobrado 102,482 dólares, según la Administración de Servicios Generales. A diferencia de su salario presidencial, Trump no ha prometido regalar su prestación.