Por Peter Alexander, Carol E. Lee, Elyse Perlmutter-Gumbiner y Rebecca Shabad - NBC News
Dos agentes del Servicio Secreto fueron llevados de vuelta a Estados Unidos desde Corea del Sur, donde acompañaban al presidente, Joe Biden, y se encuentran en licencia administrativa por un incidente que ocurrió cuando no estaban trabajando y cuyos detalles no han sido revelados, según informó la agencia federal este viernes.
"El incidente puede constituir una posible infracción de la política [del Servicio Secreto]. Serán devueltos inmediatamente a su plaza [en EE.UU.] y puestos en licencia administrativa", indicó Anthony Guglielmi, portavoz de la agencia.
La policía surcoreana informó a NBC News de que un miembro de la unidad de seguridad del presidente “ejerció violencia” contra un hombre cerca del hotel Grand Hyatt Seúl, donde Biden se aloja durante su primer viaje presidencial a Asia.
El Servicio Secreto no ha confirmado esos detalles.
“Hemos iniciado una investigación que implica a un miembro del equipo de seguridad de Biden y a un surcoreano”, dijo Choi Eul-chan, jefe de la división de detectives de la comisaría de Yongsan.
El incidente ocurrió alrededor de las 4:20 de la madrugada (hora local) del jueves, según la policía surcoreana. “Empujó al coreano una vez. El coreano hizo la denuncia policial inmediatamente después del incidente. Exigió que se castigara a la persona de seguridad por agredirle”, dijo Choi.
Las autoridades locales han llevado a cabo una investigación sobre ambos empleados del Servicio Secreto y planean “seguir el caso en base y de acuerdo con la ley surcoreana”, añadió el jefe policial.
El presunto incidente, en el que se vieron implicadas “varias personas”, tuvo lugar antes de la llegada de Biden a Seúl, dijo una fuente familiarizada con el incidente. Los dos agentes fueron enviados de vuelta a Washington el viernes por la tarde (hora local).
“Tenemos protocolos y políticas muy estrictas para todos los empleados y nos atenemos a los más altos estándares profesionales. Dado que se trata de un asunto de personal administrativo activo, no estamos en condiciones de hacer más comentarios”, añadió.
Biden se reunió este viernes con el presidente surocoreano, Yoon Suk-yeol, y pronunció un discurso en una fábrica de Samsung en la ciudad de Pyeongtaek. Luego viajó a Seúl, la capital, para reforzar alianzas económicas y políticas contra China en el Indo-Pacífico.
Biden tiene previsto pasar dos días en Corea del Sur, donde mostrará las inversiones económicas en Estados Unidos de algunas de las principales empresas del país, incluidos los planes del fabricante de automóviles Hyundai de abrir una planta en Georgia.
Luego tiene previsto volar a Tokio para asistir a una reunión de una alianza entre Estados Unidos, Australia, Japón e India, cuyo objetivo es frenar el creciente poderío militar de China.
La guerra en Ucrania se cierne sobre el viaje de cuatro días de Biden al otro lado del globo, en el que los líderes asiáticos planean presionar al presidente indio, Narendra Modi, para que adopte una posición firme contra la invasión rusa y Estados Unidos espera que la respuesta global a la agresión rusa pueda disuadir a China de avanzar en Taiwán.
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“El mensaje que intentamos enviar en este viaje es un mensaje de una visión afirmativa de cómo puede ser el mundo si las democracias y las sociedades abiertas del mundo se mantienen unidas”, explicó el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, a los periodistas. “Creemos que ese mensaje se escuchará en todas partes. Creemos que se escuchará en Pekín”, añadió.
También puede ensombrecer el viaje de Biden la creciente preocupación dentro de la Administración estadounidense de que Corea del Norte pueda realizar una prueba nuclear o lanzar un misil balístico intercontinental coincidiendo con su visita.
Funcionarios estadounidenses han dicho que los servicios de inteligencia creen que cualquiera de las dos cosas, o ambas, son posibles. Si cualquiera de los dos ocurre, sería la primera vez que Corea del Norte da un paso así en varios años.
Sullivan dijo a los periodistas, antes de la partida de Biden, que la Administración estaba preparada “para hacer ajustes a corto y largo plazo en nuestra postura militar, según sea necesario” para tratar de disuadir a Pyongyang de nuevas provocaciones y defender a los aliados de Estados Unidos en la región.