La doctora Beatriz Hernández, mexicana de 29 años, llevaba más de un año en la primera línea del combate al COVID-19 en el estado mexicano de Hidalgo. Pero a lo que no sobrevivió fue a acciones policiales, según denuncia su familia.
Fue vista viva por última vez el 9 de junio por su padre, quien acudió a un galerón policial porque quería averiguar con qué razón la médica había sido arrestada.
"Sácame de aquí, papá", le habría dicho la joven, según reportes, al acusar a los oficiales que la detenían de haberla golpeado.
Quince minutos después, Hernández estaba muerta.
"Los policías salieron a decir que ella se había suicidado con una servilleta", denunció Paola Palacios, familiar de Hernández, en redes sociales.
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Los policías argumentaron que la habían intentado llevar a un hospital, pero personal de la clínica señaló a medios locales que para cuando llegó ya no tenía signos vitales.
Poco antes de fallecer, la joven médica había sido subida a una patrulla por la policía de Progreso de Obregón, Hidalgo. Sigue sin aclararse por qué fue detenida, pues aparentemente solo estuvo involucrada en un choque automovilístico leve.
En un video compartido en redes del momento de la detención, se aprecia a una oficial sosteniendo a Hernández por el cuello. Hernández parece estar sangrando del rostro.
"La estrangularon", acusó Palacios. Los familiares de la doctora empezaron a volver viral en redes la consigna #JusticiaParaBety.
No se ha dado a conocer públicamente lo sucedido en la celda de Progreso de Obregón, pero siete policías ya fueron detenidos para investigar si se cometieron excesos en el uso de la fuerza que desencadenaron en un feminicidio.
Y la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México exigió por medio de un comunicado que la investigación se haga "evitando la impunidad y sancionando a los responsables por los delitos que por acción u omisión hayan cometido".
Más del 90% de los delitos reportados en México, incluidos los de abuso de autoridad, se quedan sin castigo o sentencia, según análisis.
El caso de Bety Hernández es tan solo el más reciente en volverse público de una mujer que fallece a manos de la policía mexicana.
A finales de 2020, las autoridades de Cancún, sitio turístico en el suroeste de México, reprimieron protestas de mujeres a balazos. Las mujeres estaban manifestándose en rechazo a un aumento de los feminicidios, los asesinatos de mujeres por razón de su género (estos homicidios suelen ser precedidos por violencia física, sexual o abuso psicológico de su pareja).
En marzo de este año, en otra localidad turística, Tulum, la salvadoreña Victoria Salazar murió cuando policías que pretendían arrestarla le rompieron el cuello con sus maniobras.
Este domingo, médicos en la capital de Hidalgo, Pachuca, salieron a protestar en rechazo a la falta de información sobre la muerte de Hernández y para pedir mejores condiciones laborales.
"Es difícil que te enteras del accidente de una amiga por medio de Facebook, después tratas de localizar a su familia y a las horas te dicen que ella ya falleció pero no por el accidente automovilístico", lamentó Diana Granados, compañera de Hernández, al diario Milenio.
Con información de Milenio y EFE