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Plan migratorio de Julián Castro es audaz, pero no le ayuda a surgir en las encuestas 

Castro ha sido el único precandidato presidencial demócrata en detallar un plan de reforma migratoria, pero no logra subir en las encuestas
/ Source: Telemundo

WASHINGTON—El precandidato presidencial demócrata, Julián Castro, promueve desde hace dos semanas un audaz plan que busca revertir las políticas migratorias del presidente Donald Trump, pero éste no le ha ayudado a trepar en las encuestas. 

A diez meses de las asambleas populares en Iowa, que son el pistoletazo para el proceso de primarias en EEUU,  Castro, de 44 años, se encuentra rezagado en las encuestas desde que lanzó su candidatura presidencial pero espera que, al igual que lo hizo Trump en 2016, dé una sorpresa y logre la nominación del Partido Demócrata. 

Hasta la fecha, Castro ha sido el único candidato demócrata en detallar una política migratoria para "poner por delante" los intereses del pueblo estadounidense, lema que hoy mismo repitió al atacar las políticas de Trump. 

“Ya sea al otorgar masivos recortes de impuestos para sus donantes multimillonarios, o pedirle a nuestros adversarios que influyan en nuestras elecciones, Donald Trump siempre ha puesto sus intereses por encima de los de nuestra nación”, afirmó Castro en su cuenta en Twitter.

“Como presidente, siempre trabajaré por el mejor interés del pueblo estadounidense”, prometió Castro, quien develó su plan migratorio el pasado 2 de abril. 

Castro delineó su plan en unos momentos en que Trump amenaza con cerrar la frontera y retomar la política de separación de familias en la frontera sur, además de que ha recortado la ayuda exterior de EEUU a los países del “Triángulo del Norte” -Guatemala, El Salvador y Honduras- porque, a su juicio, no han hecho lo suficiente por atajar la emigración ilegal hacia el Norte. 

Su ambicioso plan migratorio, claro está, tendría que pasar por el tamiz del Congreso, y su aprobación dependería en buena medida de si los demócratas logran mantener el control de la Cámara de Representantes y recuperar el del Senado en los comicios generales del próximo año.

Entre otros elementos,  el plan de Castro proveería una vía hacia la ciudadanía para la población indocumentada en EEUU, que incluye a los “Dreamers” y a los beneficiarios del programa de “Estatus de Protección Temporal” (TPS, en inglés),  y reduciría sustancialmente las medidas de represión contra los inmigrantes “sin papeles”. 

Castro propone anular la llamada “sección 1325” del “Acta de Inmigración y Nacionalidad”, que desde 1929 criminaliza los cruces ilegales, una herramienta que la Administración Trump ha utilizado para enjuiciar a los inmigrantes indocumentados detenidos en la frontera.

En la actualidad, vivir “sin papeles” en Estados Unidos es una infracción civil no un crimen federal pero, bajo la política de “tolerancia cero en la frontera”, el Departamento de Justicia ha referido cada vez más casos a los tribunales federales.

Bajo este plan, los inmigrantes indocumentados en la frontera estarían sujetos a una breve detención pero, salvo excepciones, quedarían en libertad mientras aguardan la resolución de sus casos en los tribunales de Inmigración. 

Así, los agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) darían prioridad para la deportación a personas que tengan condenas criminales, representen un peligro para la seguridad nacional, o intenten reingresar ilegalmente al país, en una política similar a la que mantuvo la Administración Obama. 

Consciente de las críticas republicanas, Castro ha insistido en que su plan no promueve “fronteras abiertas”, porque las personas que no califiquen para asilo u otro alivio migratorio quedarían expuestas a la deportación.

Castro además promueve la adopción de un “Plan Marshall” para promover el desarrollo económico en Centroamérica, similar al puesto en marcha en Europa tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de reducir la emigración ilegal. 

Aunque asuntos como la economía o la cobertura médica son los prioritarios para los votantes en general, la campaña de Castro espera que su plan migratorio genere entusiasmo entre los votantes hispanos y los movilice a las urnas. 

Castro, exalcalde de San Antonio (Texas), fue secretario de Vivienda durante la Administración Obama entre 2014 y 2017, y ha sido calificado como el “Obama Latino” por su carisma y sus posturas progresistas. 

En ese sentido, Pili Tobar, subdirectora de “America´s Voice”, consideró que su  propuesta migratoria ofrece soluciones “pragmáticas, audaces y compasivas para los retos de nuestro sistema migratorio y la crisis en la frontera sur”.

“La diferencia entre lo que ofrece Trump, que es demagogia, y lo que buscan colocar sobre la mesa los demócratas con soluciones pragmáticas, se harán notar más conforme avance el ciclo electoral”, afirmó Tobar, cuyo grupo aguarda planes detallados de los demás candidatos en liza. 

Un tibio apoyo de la base 

Aunque también ha sido considerado una estrella ascendiente en el firmamento del Partido Demócrata, Castro no ha logrado surgir en las encuestas, mientras más rivales se suman al ruedo por la nominación presidencial demócrata.

Castro no ha tenido buen despegue incluso en su estado natal de Texas -en algunas encuestas no pasa del 2%-, aunque su campaña asegura que ha logrado un repunte en la recaudación de fondos. 

No obstante, una encuesta nacional de “Latino Decisions” y la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (NALEO, por su sigla en inglés),  indicó el miércoles pasado que Castro -el único latino en la contienda demócrata- ocupa el cuarto lugar entre los cinco precandidatos demócratas preferidos por los votantes hispanos.

El ex vicepresidente, Joe Biden, quien prevé anunciar oficialmente su candidatura la semana próxima, se sitúa desde ya en el primer lugar de preferencia de los hispanos, con un 59%, según esa encuesta. 

En declaraciones a Noticias Telemundo, Abel Núñez, director ejecutivo de CARECEN, un grupo defensor de los inmigrantes en Washington, opinó hoy que el plan de Castro no ha tenido trascendencia porque “al electorado le preocupan otros temas”.

Para Núñez, el riesgo es que “si la campaña de Castro no avanza, esa propuesta se quedará en el camino”. 

“Si no agarra mecha su campaña y aventaja a los demás rivales, veo difícil que Castro pueda promover su plan. Su propuesta es la más completa, sí, pero por ahora el tema de inmigración no está calando en el electorado en general”, agregó.

“Los republicanos empujan una narrativa de mano dura contra los inmigrantes, y los demócratas piden más compasión pero sin una hoja de ruta. Mientras tanto, la emigración ilegal continúa, y es el Congreso el que debe actuar y resolver de una vez el sufrimiento de la comunidad inmigrante”, enfatizó Núñez.