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OPINIÓN: Para Obama una reforma migratoria tendrá requisitos sí, pero sólo dependerá de que la persona los cumpla o no

OPINIÓN: Para Obama una reforma migratoria tendrá requisitos sí, pero sólo dependerá de que la persona los cumpla o no

Columna de opinión

Por Carlos Rajo


La visión del Presidente Obama sobre la eventual reforma migratoria tiene una diferencia fundamental con el Acuerdo de Principios para una reforma de los senadores demócratas y republicanos: el camino hacia la ciudadanía no depende de que primero se haya asegurado la frontera.

“Tenemos que diseñar un camino, un proceso que incluya pasar una revisión de los antecedentes (penales), pagar impuestos, pagar una multa, aprender inglés, y después ir al final de la fila detrás de todos los que estan tratando de venir aquí legalmente, esto es lo justo”, detalló Obama en su discurso sobre inmigración en Las Vegas.

“Esto significa, siguió el presidente, que no será un proceso rápido, pero sí será un proceso justo, el cual sacará a estos individuos de las sombras y les dará la oportunidad de ganar su camino hacia la ‘green card’ (residencia permanete) y, enventualmente, la ciudadanía”.

Como se observa, el presidente habla de requisitos que cumplir y del lugar donde ubicarse para pedir la “green card” (al final de la cola), pero hasta ahí no más. No hay en su visión un elemento externo, algo que condicione la posiblidad de estos indocumentados en proceso de legalizarse de solicitar su residencia permanente. Detalle técnico, podra argumentar alguien. Sí y no.

Es cosa técnica sí, pero también central en el contenido de la potencial ley de reforma migratoria. En el Acuerdo de los senadores, será sólo hasta “que las medidas de aplicación de la ley” (seguridad fronteriza) hayan sido completadas que los interesados podrán anotarse al final de la fila de los que esperan emigrar legalmente a Estados Unidos (solicitantes de ‘green card’). Y que además, será la Comision que se establecerá con líderes de los estados fronterizos la que determinará “que se han completado las medidas de seguridad detalladas en la ley”.

En otras palabras, según el Acuerdo de los senadores, pudieran pasar diez, quince o quien sabe cuantos años antes de que “se hayan completado” esas medidas de seguridad y los interesados puedan inciar su proceso de solicitar la residencia permanente. Para Obama al contrario, el proceso es directo: tendrá requisitos sí, pero sólo dependera de que la persona los cumpla o no para que pueda ponerse al final de esa fila de gente esperando por su “green card”.

Ya habrá tiempo para analizar en detalle tanto el por qué los senadores han incluido este requisito en su Acuerdo y si su inclusión o exclusión sera algo no negociable por demócratas y/o republicanos. Habría que pensar que el tema se incluyó para satisfacer a los senadores republicanos quienes por su lado deben satisfacer a sus bases conservadoras que insisten siempre en este tema de una frontera supuestamente fuera de control. Y habría que pensar también que al menos para el presidente esto es un no absoluto. O hay camino a la ciudadanía sin elemento externo que lo condicione o se cae la ley.

Pero Obama dijo mucho más en su discurso en Las Vegas. En general preció el aporte de los inmigrantes a Estados Unidos y explicó tanto lo que ha hecho en inmigración en su gobierno como lo que es su visión sobre lo que debería ser el nuevo sistema migratorio del pais. Y también lanzó una clara advertencia al Congreso: que no permitirá que esto de la reforma migratoria se empantane en interminables debates.

“Por largo tiempo hemos venido debatiendo esto, es decir no es como que técnicamente no sepamos qué es lo que se necesita por hacer”, detalló el mandatario, señalando que sus ideas no son nada nuevo, que ya las mismas fueron en su momento apoyadas por figuras demócratas como el fallecido senador Ted Kennedy y republicanas como el Presidente George W. Bush.

“Por supuesto que habrá un riguroso debate sobre muchos de los detalles”, siguió Obama, “y cada parte interesada debería de involucrarse en un verdadero proceso de tira y afloja. Pero es importante reconocer que ya existe la base para una acción bipartidista. Y si el Congreso es incapaz de avanzar en un tiempo adecuado, enviaré mi proyecto de ley basado en mi propuesta e insistiré en que se vote de inmediato”.

Este fue uno de los pocos momentos “políticos” si se quiere del discurso de Obama, en el sentido de que el mandatario está tratando de caminar sobre una linea fina para no ofender a sus adversarios políticos. Para que no parezca que esto de la reforma migratoria es algo que él les esta imponiendo o haciendo tragar a la fuerza a los congresistas y senadores republicanos. Y que tampoco es algo en el que los únicos que ganaran puntos políticos son los demócratas o la Presidencia Obama. Que lo de la reforma es algo que urge y beneficiará al país todo, más allá de intereses partidarios.

Obama detalló tres grandes áreas en las cuales dice su gobierno ha avanzado en el tema de inmigración: el aseguramiento de la frontera, la deportación de criminales y el permiso otorgado a los jóvenes “soñadores’. En el primero, por supuesto que siempre habrá cuestionamientos de gente que nunca estará satisfecha con lo conseguido en el tema; en el segundo, muchos cuestionan las deportaciones mismas ya que un gran número de de los deportados ciertamente no eran criminales. Y en el tercero, es quizá el único tema en el que ya no hay discusión (o al menos es mínima): la mayoría del público acepta la justeza de la causa de los “soñadores” y lo hecho por Obama.

Estos supuestos logros del preresidente le sirvieron de trampolín para saltar a lo que es su visión del nuevo sistema migratorio. a) seguir con el aseguramiento de la frontera; b) un camino para la ciudadanía de los 11 millones de indocumentados; y c) reformar el sistema para determinar quién tendrá prioridad para emigrar legalmente a Estados Unidos.

Un detalle interesante es que en este apartado primero de seguir segurando la frontera, el presidente habló menos de la frontera misma, es decir no pidió más agentes de la patrulla fronteriza, más camaras, más aviones no tripulados o lo que sea que tanto piden los que dicen que la frontera no esta bajo control, sino que al contrario habló más de lo que pasa dentro del país.

“Esto significa golpear más fuertemente a los hombres de negocios que con conocimiento de causa contratan trabajadores indocumentados”, detalló Obama. “Necesitamos implementar un sistema nacional que permita a los negocios de manera rápida y exacta verificar el estatus legal de un trabajador. Y si aun así con conocimiento contratan trabajadores indocumentados, entonces necesitamos aumentar las sanciones”.

Esta diferencia en el énfasis no es gratuita. Obama sabe que en términos generales la frontera es más segura de lo que ha sido siempre y que es un punto que lo puede ganar vis a vis la opinión pública (convencer a la gente de que la frontera está bajo control). Lo otro en cambio, es más complicado. Obama tiene que convencer al gran público que al haber una reforma migratoria no se repetirá lo que sucedio años después de que se aprobó la reforma con Ronald Reagan en 1986: que habían otros millones de indocumentados, en gran parte porque nunca se aplicó la ley en serio a la gente que contrataba indocumentados.

El tercer tema es algo que al igual que con el Acuerdo de los senadores necesita de encontrar el balance adecuado. A qué darle prioridad en la futura inmigracion: a la gente con un diploma de computación o cualquier otra ciencia debajo del brazo, o al hermano o madre del fulano que recién se hizo ciudadano. Es algo que la nación tendrá que decidirlo.

“La pregunta ahora es simple”, señaló Obama en la parte final de su discurso. “¿Tenemos la determinación como un pueblo, como un país, como un gobierno de finalmente poner este tema (de la reforma migratoria) detrás de nosotros?. Yo creo que sí. Creo que finalmente estamos en un momento donde una reforma migratoria integral está a nuestro alcance.

“Pero les aseguro algo”, advirtió Obama, “que entre más cerca estemos de lograrlo, más emocional será el debate. Lo de inmigración ha sido siempre un tema que inflama pasiones. Y eso no debería de sorprendernos, ustedes saben que hay pocas cosas más importantes para nosotros como sociedad que el (determinar) quién viene aqui y (quién) le llama a nuestro país su hogar, quien obtiene el privilegio de convertirse en un ciudadano de los Estados Unidos”.

Con lo de Obama en Las Vegas y lo de los senadores el lunes, se han levantado los frenos de las máquinas. Los trenes han salido de la estación. El proceso para conseguir una reforma migratoria va a toda marcha. El desafío por supuesto, será ver cómo se encuentran coincidencias para en el camino resolver diferencias como esa de Obama con los senadores en lo del proceso para solicitar la “green card” y la ciudadanía.