IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Obama gana la revancha contra Romney

Obama comienza segundo debate más decidido

Por Carlos Rajo

Miami (10/17/12) - En un debate cargado de energía, en el que los candidatos se mantuvieron a la ofensiva  y dejaron claro con su palabras y gestos que no se caen bien, el presidente Obama consiguió al menos uno de sus objetivos de la noche, detener la sangría que ha sufrido su campaña luego del primer debate.

Su rival, Mitt Romney, aunque quizá perdió por estrecho margen, sigue ahí cerca dando la batalla. En una frase, la elección continúa siendo moneda al aire. Cuesta pensar que el debate del martes movió voluntades entre los indecisos.

Fue tal la mala leche entre los dos candidatos que lo más seguro es que hayan terminado de decepcionar a esos votantes del centro que precisamente odian estas peleas entre los políticos.

A quien de seguro no defraudaron fue a sus respectivas bases. Obama en particular desenvainó los cuchillos desde la primera respuesta. Y es que no le quedaba de otra. Con lo que había sido el primer debate, donde su mal desempeño no sólo le dio oxígeno a la campaña republicana sino que hizo ver a Romney como posible presidente, Obama estaba obligado a ir a la ofensiva. Y lo hizo.

La primera pregunta fue de un joven estudiante universitario sobre cómo le aseguraban que habría trabajo para él una vez que se gradúe de la universidad.  Después de que Romney le respondió hablando de los préstamos estudiantiles, de lo malo que está la economía con millones de desempleados y de su plan de cinco puntos para crear empleos, Obama fue directo contra Romney.

 “El gobernador Romney no tiene un plan de cinco puntos (como dijo), lo que tiene es un plan de un punto: asegurarse que los tipos poderosos jueguen con reglas diferentes”, señaló el presidente.

A partir de ahí no había tregua. No sólo se atacaban verbalmente, sino que a menudo alguno se levantaba e intentaba hablar cuando el otro todavía no terminaba. Varias veces también se invadía el espacio físico del otro.

El formato del debate era el llamado ´town hall´, en la que una audiencia de 80 personas, seleccionada aleatoriamente por la compañía encuestadora Gallup,  tuvo la oportunidad de hacer algunas preguntas a los candidatos. Se abordaron temas tanto domésticos como internacionales, y ha sido quizá el debate de más sustancia de los dos que disputaron los candidatos a presidente.

Obama atacó a Romney con cosas que el candidato republicano había dicho en el pasado y éste disparó al presidente donde más duele: su récord en el terreno económico.

Tema inmigración

Entre los temas domésticos, por fin se habló de inmigración, asunto de especial interés para los latinos pero que hasta ahora no se había abordado en los debates pasados.

Romney cuestionó que el presidente nunca presentó un proyecto de ley para una reforma migratoria, lo que ha sido el caballito de batalla para intentar darle vuelta al argumento de un tema que para el republicano es terreno pantanoso. Obama no tiene una respuesta clara en esto. Si pudiera poner las cartas sobre la mesa, diría que en el año 2009 lo de inmigración no era su prioridad ante la urgencia de la crisis económica. En el debate repitió lo que ha dicho otras veces, de que se sentó con líderes republicanos en el Congreso y que desde el principio quedó claro que ellos no iban a apoyar ninguna reforma migratoria.

Pero eso fue sólo el comienzo. Después Obama sacaría toda la artillería pesada acusando a Romney de cosas que ha dicho como que la Ley de Arizona debería servir “de modelo” para toda la nación, o que la gente indocumentada tendría que “auto deportarse”, o que derogaría la llamada ´Ley del Sueño´ (o ´Dream Act´ por sus siglas en inglés), si esta hubiese sido aprobada.

Romney, sin embargo, instantes antes había dicho cosas bastante duras en el tema de inmigración. El republicano dejó claro que está en contra de una amnistía para los indocumentados y que también se opone a que se den “imanes” para más inmigrantes sin documentos, por ejemplo las licencias de conducir. Al menos Romney fue sincero.

Lo que dijo no es nada del otro mundo. Es parte de la política de los republicanos en el tema de inmigración. Para el récord: Romney dijo estar a favor de la “inmigración legal”. En algún momento del intercambio sobre inmigración también volvió a la discusión lo de la  famosa frase de Romney de la “auto deportación” de los indocumentados.

El ex gobernador de Massachusetts explicó que no se refería a deportar a los 12 millones de indocumentados, a los que llamó “indocumentados ilegales”, sino simplemente hacerles la vida más difícil para que sean ellos mismos los que “tomen la decisión de irse a un lugar donde tendrán mejores oportunidades”. En fin, auto deportación sin llamarle auto deportación.

Ataque en Libia

Uno de los momentos más álgidos del debate y que sin duda será de los que ganarán más prensa y atención del público es sobre lo de Libia, Bengazi y el embajador y demás estadounidenses que murieron en el ataque al consulado.

Aquí Romney fue quien iba la ofensiva pero, extrañamente, terminó no sólo perdiendo el punto sino quizá dando la oportunidad a Obama de lucirse en su calidad de presidente y comandante en jefe. Y aún más, apareciendo como que Romney mentía.

La pregunta era si fue cierto que alguien de seguridad, entre los estadounidenses en Libia, había solicitado que dieran más seguridad al consulado en Bengazi, y la Administración Obama lo había negado. Obama simplemente ignoró la pregunta y acusó a Romney de hacer uso político de la tragedia. Dijo que era “ofensivo” sugerir que él mismo o que sus funcionarios hubiesen tratado de ocultar información sobre lo sucedido en Bangazi.

Más allá de si fue cierto o no, el punto es que Obama se veía realmente molesto, mostrando la indignación de alguien al que han puesto en duda su palabra o de la de sus segundos.

Pero para complicar las cosas más a Romney, Obama confirmó con ayuda de la moderadora que en efecto él había calificado de “ataque terrorista” el incidente al día siguiente de que ocurriera. Romney lo había acusado de haber esperado 14 días para hacerlo.

Pequeños detalles dirá alguien, nada que ver en la gran película de los debates o la elección presidencial. Pero lo cierto es que los debates se deciden muchas veces en estos pequeños momentos llenos de simbolismo. Para muchos fue el punto más alto del debate para Obama. Romney perdió la oportunidad en un tema donde Obama era vulnerable ya que es cierto que alguien había pedido más seguridad al consulado y que fue negada.

Grandes diferencias

En varias partes del debate y a través de varios temas se habló de asuntos que se han repetido en la campaña y en los otros debates y que deberían ser el centro de discusión sobre uno y otro candidato. Sea en recortes de impuestos, en el tema de las mujeres, en lo de salud, en la economía en general, etc., Obama y Romney presentan dos visiones distintas sobre la sociedad.

Para Romney todo es empresa privada, pequeños empresarios, bajar impuestos, quitar regulaciones y un estado que es más estorbo que otra cosa a la inventiva y sentido emprendedor de gente como él. Para Obama, aun cuando también dijo querer a la empresa privada, hay un elemento que lo distingue de Romney: el estado juega un rol central en la sociedad.

No sólo como regulador  de la economía de mercado sino como palanca de apoyo para los menos afortunados. Algo que llamó la atención fue que uno de los malos de la noche fue el ex presidente George W. Bush. Alguien le preguntó a Romney en qué se diferenciaba de Bush considerando que bajo su mandato el país había caído en la grave crisis económica, los déficits, etc. Romney literalmente se distanció de Bush en casi todo.

De nuevo, no sorprende, es el nuevo partido republicano dominado por el Tea Party en el cual aún alguien tan conservador como George W. Bush es impresentable.

Decíamos, fue un debate sustancioso, bueno en la retórica, pleno de energía, en el enojo o agresividad si se quiere de los dos candidatos.

No se sabe que más puedan decir para sacar de esa nube de indecisión a los indecisos. Ya está todo dicho. Son claramente dos modelos de país y de sociedad. Obama ganó por pequeño margen, lo suficiente para detener el impulso que Romney había conseguido con el primer debate. El republicano sin embargo, sigue ahí, a unos pasos. La recta final hacia noviembre será de película.