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No murió el rey, el león sigue vivo

Equipo de futbol mexicano leon gana el campeonato

Por Carlos Rajo

El León, un equipo que recién hace un par de años regresó a la primera división del fútbol mexicano, que ademas clasificó a la fase final del campeonato tomando el último lugar que quedaba disponible sólo gracias al descalabro de varios de sus rivales, se coronó campeón por segunda vez consecutiva de la Liga Mexicana de fútbol al derrotar al Pachuca 2-0.

De nuevo, la historia que a menudo se repite en las finales de campeonato: un mal partido en el que pesan la tensión y el cansancio, y en el que además salen a relucir muchos de los vicios del fútbol mexicano como el juego de los pases interminables con poca definición. Pero no hay que hablar de lo negativo, antes hay que darle crédito a un León que aunque perdió el primer partido (2-3 el jueves) nunca se sintió menor. Al contrario, fue casi siempre el que llevó la iniciativa y quien merecía la victoria.

El primer tiempo fue para el olvido. Casi que nada que rescatar. Un Pachuca que parecía contento con el empate ya que eso le era suficiente para ganar el campeonato. Un León que similar al Atlético de Madrid del sábado en su partido con el Barcelona, tuvo dos jugadores lesionados en los primeros minutos de juego. Aun así, siempre hubo más llegada del hoy campeón del fútbol mexicano.

En los primeros diez o quince minutos de la segunda parte fue cuando mejor se vio al Pachuca. Varias llegadas de peligro que solventó muy bien el arquero William. Poco a poco el León fue recuperando la iniciativa, en particular con esa gran media cancha encabezada por Luis Montes y Carlos “el Gullit” Peña, dos volantes ofensivos que se conocen muy bien y que son buenos tanto en el juego individual como en el tiro al arco.

Estos dos jugadores, sin embargo, hacen que el aficionado se jale los pelos en frustración. Ambos son parte de lo que con seguridad será la columna vertebral de la selección mexicana en el Mundial y sin duda que no sólo juegan bien por largos periodos sino que además son capaces de definir un partido.

Al mismo tiempo, debido quizá a que tantas veces les llega la pelota es frecuente -al menos en esta final- que malogren jugada tras jugada, en ocasiones en algo que parecía muy fácil en particular las paredes. Montes es un caso especial que le generará dolores de cabeza al técnico del Tri, Miguel Herrera. Casi una obligación ponerlo de titular pero sabiendo que perderá muchas jugadas (el tipo es zurdo y tiene una derecha de palo). Con todo, uno de los mejores sino que el mejor jugador del partido.

El primer gol pasó precisamente por Montes. A los 65 minutos el volante domina la pelota cerca del área y hace el pase hacia la izquierda para que Cárdenas meta el centro al corazón del área. Ahí estaba el goleador argentino Mario Boselli, quien con un fuerte cabezazo abajo al ángulo izquierdo del Conejo Pérez ponía adelante al León empatando la serie final.

Esto de Montes, Peña, Boselli y otros, marca una diferencia con el Pachuca. Da la impresión que el León es un equipo de gente más experimentada -alguien dijo alguna vez que las finales de campeonato las ganan los hombres en oposición a que los jóvenes sólo ganan partidos-. De jugadores con mas años no sólo en la vida, sino en el mundo del fútbol. El Pachuca tiene también veteranos -el solido volante ecuatoriano Ayoví el mejor ejemplo- pero, sin embargo, tiene muchos jóvenes que por esas cosas extrañas del fútbol se ven menores o en deficiencia a la hora de apretar los dientes e inflar el pecho para ganar finales.

Al terminar el tiempo reglamentario 1 a 0 a favor del León hubo que ir al tiempo extra. Nada extraordinario aquí tampoco. Parecía que ambos equipos se conformaban con el resultado y que sería en tiros de penalti que se decidiría el campeonato. Con todo, siempre el León marco una ligera diferencia en el sentido de ir más al frente. El gol que definió el partido cayó al minuto 6 del segundo tiempo extra. Un córner desde la derecha que ejecuta Montes con la zurda y el cabezazo en el centro del área del central del León, Nacho González.

Decíamos que buena parte del partido hizo recordar esos vicios del fútbol mexicano en referencia al estilo de juego ese de uno y mil pases. Mostrando buena técnica sí, pero en un juego que al final frustra al espectador ya que por no ser vertical nunca define. El Pachuca en particular es un exponente de este tipo de fútbol. El León, aun con lo que se le pueda criticar a jugadores como Montes o Peña, con frecuencia meten el acelerador en el sentido vertical y ofensivo del juego. Es un poco como que se hizo justicia y ganó el equipo que más fue al frente. El más generoso con la idea ofensiva, aun si esta funcionó pocas veces.

No queda claro qué juicio hacer sobre la calidad de la Liga mexicana de fútbol. Sucede que sale campeón el equipo que peor jugó en el campeonato regular de los ocho que llegaron a la liguilla. En este caso al menos el León tiene algo más a su favor: durante la campaña jugó también la Copa Libertadores y ahí trató de dar lo mejor de si. Una justificación si se quiere por lo cual no jugó bien en el campeonato. Alguien dirá sin embargo, que lo que importa es la liguilla y es ahí donde el equipo de la capital mexicana del zapato mostró su temple y calidad.

Que bueno que es campeón uno de los supuestos equipos menores del fútbol mexicano (sin la tradición o número de fanáticos de un América, Chivas, Cruz Azul o Pumas). Un equipo que en poco tiempo ha ido revolucionando la Liga profesional mexicana, tanto en sus decisiones de negocios (rompió con las televisoras locales) como en sus decisiones técnicas (le cayó la boca a los que siempre han dicho que darle importancia a la Libertadores es sacrificar el torneo mexicano). Su entrenador, el uruguayo-argentino Gustavo Matosas, estaba por irse cuando parecía que el equipo no clasificaba a la liguilla. Hoy el tipo celebra su segundo campeonato consecutivo y de seguro sigue con el equipo. Gente como Montes o Peña, todo dependerá de cómo jueguen en Brasil, si la rompen, de seguro que se van a Europa. No murió el rey, el león sigue vivo.