Por Carlos Rajo
Ni la mitad de los estadounidenses aprueban la gestión del presidente Barack Obama, cuando faltan pocas horas para que despache su discurso al país sobre el Estado de la Nación, según una encuesta del diario Wall Street Journal y la cadena NBC.
Tan solo el 43% apoya la administración en la Casa Blanca del mandatario, se desprende del sondeo.
Aun peor para Obama, este el tercer mes consecutivo que una mayoría de los encuestados -el 51%- dice no aprobar la labor que realiza como presidente. Igual de preocupante para el mandatario, únicamente el 31% de los encuestados opina que el país está mejor hoy que cuando Obama llegó al poder.
La baja popularidad del presidente a estas alturas de su gobierno se ubica en comparación histórica con lo que por ejemplo era la aceptación entre el público de George W. Bush en enero de 2006 -el mismo 43% de Obama y en el primer año de su segundo mandato-. El detalle sin embargo es que en ese momento Bush venía del desastre que había sido el Huracán Katrina -no sólo en daños materiales y vidas perdidas- sino en la percepción entre mucha de la población de que su gobierno era incompetente.
Obama deberá echar mano de lo mejor de su oratoria para intentar traer de nuevo a su campo a muchos de esos que le han perdido la confianza. O aún más, gente que no sólo está inconforme con lo hecho por el presidente sino también molesta o en desacuerdo con la marcha que lleva el país: un 62% de los encuestados utilizan palabras negativas para describir el estado de la nación.
Entre estas palabras negativas por ejemplo, está el término “cuesta abajo”, utilizado por un 13% de los encuestados, o “por el camino equivocado”, señalado por un 12%, o el país “paralizado” por el 6%. Otros términos negativos usados cuando se preguntó sobre la marcha del país fueron: “tiempos duros”, “baja en la economía y los trabajos” y “preocupación”. Entre las palabras o frases positivas la que más se uso fue “en la dirección correcta”, señalada por el 9% del público.
Un alivio posible para el mandatario es que no es sólo él quien sale mal parado ante la gente. El Congreso para el caso, tiene incluso peores números en popularidad que el mandatario. Un 81% de los encuestados dice no aprobar el trabajo que hace el Congreso. O el partido Republicano, que únicamente obtiene marcas positivas por el 24% de los encuestados (los demócratas andan por el 37%).
En el tema de inmigración -el cual se supone será uno de los temas de los que hablará Obama en su discurso esta noche- los resultados de la encuesta no son muy optimistas que se diga, al menos desde el punto de vista de los que están en favor de la reforma migratoria. Únicamente un 38% de los encuestados señala que el asunto debería de ser “una absoluta prioridad para este año”. Un 42% dice que estaría tranquilo si se aplaza para el próximo año.
Es preocupante este resultado ya que los políticos -en este caso los congresistas que son quienes deberán legislar en la materia- deciden sus estrategias electorales, incluyendo sus votos en la Cámara, basados en gran parte en lo que señala el público en las encuestas. Es claro según las repuestas, que para una gran mayoría de gente son más urgentes cosas como la creación de empleos o el control del déficit del gobierno (el 9!% y el 74% respectivamente).
Sea por las causas que fuere -obstrucción republicana, falta de decisión o interés del mandatario en la lucha política, impasse en Washington, etc.- el punto es que la magia o el entusiasmo que un día supuestamente existió con la presidencia Obama es cosa del pasado. El gran desafío para el presidente con su discurso de hoy es conseguir que el público le ponga atención y que vuelva a confiar en su gobierno. Y por supuesto, que la gente se vuelva optimista sobre la marcha del país.