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“Era una belleza”: exnarcos relatan en corte cómo se movía la droga en el aeropuerto de México cuando García Luna era secretario

Harold ‘El Conejo’ Poveda Ortega contó en el juicio contra el exfuncionario mexicano que policías ayudaban a mover los cargamentos gracias a los millones que pagaban en sobornos. Su testimonio también salpicó a la prensa mexicana.

Nueva York— Harold Poveda Ortega, apodado El Conejo y considerado como uno de los mayores proveedores de cocaína que tuvo el Cártel de Sinaloa, relató este miércoles ante una corte federal de Brooklyn la facilidad con la que los narcotraficantes se movían por los pasillos y terminales del aeropuerto de la Ciudad de México, que por años fue uno de los principales puertos de tránsito de droga, según relataron varios testigos de la Fiscalía durante el juicio contra el exsecretario mexicano de Seguridad Pública Genaro García Luna.

El Conejo, nacido en Valle del Cauca, Colombia, contó cómo en una ocasión que viajó de México a su país, el capo Jesús El Rey Zambada lo llevó al aeropuerto y lo entregó a agentes de la policía federal para que lo pasaran sin hacer ningún trámite migratorio o de aduanas.

El Rey me llevó al aeropuerto, me recomendó con unos agentes de policía”, aseguró, “agarraron una maleta pequeña que llevaba y me acompañaron hasta la puerta del avión”. “No se hacía ningún trámite (…) era una belleza”, contó Poveda al jurado en la corte.

Su relato se conoce después de que otros testigos de la Fiscalía relataran que ese aeropuerto fue una pieza clave para mover los cargamentos del narco en la década del 2000, cuando García Luna ocupaba puestos clave en la lucha contra el tráfico de drogas (de 2001 a 2005 dirigió la Agencia Federal de Investigación; de 2006 a 2012 fue secretario de Seguridad Pública). 

La defensa de García Luna asegura que las acusaciones contra el exfuncionario son una "venganza" del narco, que sólo cuenta con las declaraciones de excriminales sin pruebas concretas, como fotografías o grabaciones.

Genaro García Luna está acusado de recibir sobornos para ayudar al narcotráfico en México. Enfrenta cinco cargos con una pena máxima de prisión perpetua.
Genaro García Luna, en corte.JANE ROSENBERG / REUTERS

Óscar El Lobo Nava Valencia, exlíder del Cártel del Milenio, contó el lunes pasado al jurado que el Cártel de Sinaloa de los Beltrán Leyva pagaba millones a García Luna para tener el tránsito libre, sin interrupciones de la policía aeroportuaria, y también, por ayuda para mover la droga. En varias ocasiones, aseguró, llegaban con droga desde países centroamericanos y algunos empleados de la terminal aérea se encargaban de mover la carga.

Sergio El Grande Villarreal, otro excapo narco, era quien “manejaba el aeropuerto” para el cártel, aseguró. 

El Grande declaró la semana pasada que los presuntos pagos a García Luna le aseguraron al cártel libertad en la terminal aérea y prácticamente en todo el país. "Ahora el cártel tenía más control en las carreteras del país, los aeropuertos y puertos", dijo.

[“A partir de ahora, por 45 todos 35”: la extraña orden que paralizaba a la policía en el aeropuerto de México, según un exagente]

El jurado también ha escuchado cómo se vivían estas supuestas acciones en apoyo del narco desde el lado de la seguridad aeroportuaria. Raúl Arellano Aguilera, un exagente de la Policía Federal mexicana, testificó que cuando trabajaba en 2007 como agentes del aeropuerto, solía escuchar “una orden muy extraña” que paralizaba por completo los controles

A partir de ahora, por 45 todos 35”, escuchaban por radio los policías una o dos veces por semana, y coincidía con la llegada de ciertos aviones. Significaba no revisar ni controlar a nadie: por órdenes superiores (45), estar pendientes (35). Arellano Aguilera asegura que había un “grupo especial” (que parecía tener beneficios) y que se retiraba de sus puestos durante esas órdenes y regresaban luego "contentos" porque dinero y drogas habían pasado sin problema por la terminal aérea.

Otro testigo, Óscar Nava Valencia, exlíder del Cártel del Milenio, dijo el lunes que, además de El Grande, los hermanos Jesús e Ismael Zambada trabajaban para que la cocaína pudiese moverse sin problemas por el aeropuerto.

"Venía de Colombia en maletas, en cargas secas", dijo Nava, quien explicó que algunos funcionarios aeroportuarios eran quienes entregaban la droga al cártel.

Millones para moverse en libertad

Varios exnarcos ya han sido llamados por la Fiscalía para describir el supuesto acuerdo que tenía la organización criminal de los Beltrán Leiva con el exfuncionario: le entregaban millones de dólares en efectivo, reunidos en una colecta entre líderes del Cártel de Sinaloa, para comprar protección y asistencia.

“Arturo Beltrán decía que teníamos mayor seguridad en los aeropuertos y teníamos la oportunidad de recibir información para atacar a nuestros rivales” gracias a un acuerdo con García Luna, dijo Nava Valencia. El excapo fue cuestionado por la defensa de García Luna, que lo señaló por haber cambiado su testimonio un mes y medio antes del juicio. "Fue por temor", respondió él. 

Poveda Ortega describió también este miércoles en su testimonio cómo creció el cártel en los 2000, con el supuesto apoyo de García Luna para operar sin controles, algo que el exfuncionario negó.

Durante varios años, El Conejo se encargó de conseguir cocaína para el Cártel de Sinaloa, primero en barcos y lanchas rápidas con cargas entre dos y nueve toneladas, y luego en contenedores y a través de aeropuertos mexicanos. “No dejábamos de producir”, dijo.

“Mi función era enlazar a los grandes narcos de Colombia con los grandes narcos de México. Yo era el comisionista”, contó Poveda, quien fue detenido en México en 2010 y extraditado a Estados Unidos, donde se declaró culpable de haber importado más de un millón de kilos de cocaína. Desde entonces ha estado cooperando con el Gobierno en causas judiciales contra figuras del narcotráfico.

Supuestos pagos a la prensa mexicana

Una de las afirmaciones más llamativas que hizo El Conejo este miércoles se remonta a octubre del 2008, cuando oficiales de la Procuraduría General de México detuvieron a Jesús Reynaldo El Rey Zambada, uno de los líderes del Clártel de Sinaloa.

La detención de Zambada se dio luego de que la organización de los hermanos Beltrán Leyva —sus enemigos en ese momento— le filtraron el paradero del capo a las autoridades mexicanas.

Tras el arresto, dijo El Conejo, Arturo Beltrán Leyva le pidió 300,000 dólares para "hacerle llegar dinero a los medios de comunicación" para que informaran sobre la acción policial. Según el testigo, Beltrán temía que Ismael El Mayo Zambada pudiera sobornar a las autoridades para que intercambiaran a su hermano por otra persona mientras estaba en custodia y así pudiera escapar.

Una vez que la prensa informara sobre la detención, ese cambio de identidades habría sido más difícil de realizar, explicó. "Se hacía voz popular en México y la DEA se daría cuenta de que (El Rey Zambada) estaba detenido y así no podían soltarlo", dijo El Conejo.

El martes, otro testigo de la Fiscalía, Israel Ávila, un exmiembro del Cártel de Sinaloa que trabajó para los hermanos Mario y Alberto Pineda Villa, también aseguró que Arturo Beltrán había acudido a “un amigo periodista” que trabajaba para él para que diera a conocer la detención del hermano del Mayo Zambada.

[“Traicionó el juramento a su país”: la fiscalía detalla cómo Genaro García Luna “ayudó” a los narcos mexicanos]

Ninguno de los dos testigos ofreció más detalles de este presunto pago ni mencionó nombres de periodistas o medios de comunicación mexicanos en particular.

La semana pasada, durante el arranque del juicio contra García Luna, Sergio El Grande Villarreal también contó que los Beltrán Leyva temían que El Rey Zambada pudiera ser intercambiado por alguien más antes de que fuese presentado al público por las autoridades mexicanas.

El 31 de enero declaró Israel Ávila, un exmiembro del cártel de Sinaloa y testigo protegido de la Fiscalía estadounidense. El juez pidió a los medios y a la dibujante en la sala de juicio que no mostraran la cara de Ávila.
El 31 de enero declaró Israel Ávila, un exmiembro del cártel de Sinaloa y testigo protegido de la Fiscalía estadounidense. El juez pidió a los medios y a la dibujante en la sala de juicio que no mostraran la cara de Ávila.Jane Rosenberg

El Rey Zambada fue extraditado a Estados Unidos en 2012 y fue uno de los testigos cooperantes del Gobierno estadounidense que testificó contra Joaquín El Chapo Guzmán en 2018. Se espera que Zambada también sea uno de los testigos estrella en el juicio contra Genaro García Luna.

Durante su testimonio este miércoles, El Conejo aseguró que nunca tuvo contactó con Genaro García Luna, tampoco le entregó dinero personalmente y nunca vio a alguien hacerlo. Aseguró que supo de su relación con el Cártel de Sinaloa porque así se lo contó el capo Arturo Beltrán Leyva.

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Dijo que en una ocasión en 2008 se reunió con Beltrán y este le dijo que había ordenado secuestrar a García Luna, en ese entonces secretario de Seguridad Pública de México, pues había dejado de contestarle el teléfono. Su historia coincide con la de otros miembros del cártel que han pasado por la sala de juicio.

"Dijo que lo iba a matar... que les iba a mandar la cabeza para que vieran que con él no se juega", contó Poveda.

El Conejo fue detenido en México en 2010 y dos años después fue extraditado a Estados Unidos, donde se convirtió en testigo protegido del Gobierno estadounidense. En 2013 se declaró culpable de traficar más de un millón de kilos de cocaína y actualmente está a la espera de su sentencia. En junio de 2019, después de poco más de 9 años de prisión, salió en libertad bajo fianza.

*Ronny Rojas reporta desde la corte en Nueva York.