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Estas son las acusaciones contra Emma Coronel que surgieron en el juicio de 'El Chapo'

La esposa del narcotraficante fue acusada de cooperar en su fuga del penal en 2015, pero también surgieron temas muy personales: “Es muy incómodo para mí que estén exhibiendo partes de mi vida íntima”.
/ Source: Telemundo

Cuando Dámaso López, apodado El Licenciado, describió la forma en que Emma Coronel presuntamente ayudó a su marido, Joaquín Guzmán, a fugarse del penal mexicano del Altiplano el 11 julio de 2015, ella permaneció impávida. Su rostro era muy distinto al de su esposo, apodado El Chapo, quien se mostraba divertido por las acusaciones.

Era 23 enero de 2019, y López era uno de los principales testigos de la Fiscalía de Nueva York en el juicio contra el capo del Cártel de Sinaloa. Había sido jefe de seguridad del penal de Puente Grande, de donde Guzmán se escapó por primera vez, y luego se convirtió en uno de los líderes del cártel. 

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López aseguró que Coronel se reunió con él en cuatro ocasiones para explicarle el plan de escape de El Chapo, coordinado por los hijos del narcotraficante: Iván, Ovidio, Alfredo y Joaquín.

Bajo las órdenes de El Chapo que Coronel le hacía llegar, El Licenciado adquirió una bodega cercana a la prisión, armas y un vehículo blindado.

Los hijos de El Chapo compraron un terreno y un reloj con GPS. López fue responsable de entregarle el aparato a Guzmán, que transmitiría las coordenadas exactas de la celda donde se encontraba el capo.

Tras su fuga, uno de los hermanos de Coronel transportó a El Chapo en una cuatrimoto a través de un túnel construido por debajo de la prisión, que llevaba hasta la bodega que El Licenciado había conseguido.

Un año después, Guzmán fue capturado de nuevo, y Coronel volvió a comunicarse con López para informarle de otro plan de escape. Sin embargo, el capo fue transferido al penal de Ciudad Juárez, de donde ya no tuvo oportunidad de escapar. 

En su testimonio, López aseguró que pagaron dos millones de dólares al director de la institución nacional a cargo de las prisiones en México para ayudar a que El Chapo fuera trasladado de vuelta al Altiplano. Pero eso nunca ocurrió, y Guzmán eventualmente fue extraditado y condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.

Desde su lugar en la segunda fila de la sala en la corte federal de Brooklyn, en Nueva York, Coronel no mostró expresión alguna ante estas acusaciones. Cuando acabó el testimonio, se retiró y al día siguiente regresó sin ningún temor evidente de ser detenida o acusada de algún crimen.

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Coronel, con su ropa entallada, siempre bien peinada y maquillada, no faltó a un solo día del juicio. Generalmente iba acompañada por su ahora abogada, Mariel Colón. En una sola ocasión acudió a la corte con las hijas gemelas del matrimonio, que entonces tenían siete años.

La corte presenció el saludo que Coronel y Guzmán se dirigieron a lo lejos en el primer día del juicio, después de no verse desde que  el narcotraficante fue extraditado. La exreina de belleza luego pidió al equipo de abogados que le dieran otra corbata para usar durante el resto del juicio.

Cuando El Licenciado subió por primera vez al estrado como testigo de la fiscalía, Coronel y Guzmán sorprendieron a los asistentes al juicio, ya que ambos vestían sacos de terciopelo color vino. Varios turistas que acudieron ese día a presenciar el juicio se rieron y exclamaron admiración al ver a la pareja.

En esa primera ocasión, El Licenciado describió con detalle una serie de asesinatos presuntamente ordenados por Guzmán, incluido el de Rodolfo Carrillo, hermano de Amado Carrillo Fuentes, mejor conocido como El Señor de los Cielos.

Impávida, Coronel escuchó el testimonio de Lucero Sánchez, quien describió con gran detalle la relación amorosa que mantuvo con Guzmán. No hizo comentario alguno mientras se leyeron los mensajes que ambos compartieron mediante un teléfono BlackBerry encriptado, bajo los apodos Hermosura y M. En esa ocasión, Guzmán buscaba continuamente la mirada de Coronel.

Durante el juicio, la fiscalía presentó una carta ante el juez Brian Cogan acusando que Coronel y Guzmán se comunicaban por medio de celular a través de su equipo de abogados. La defensa negó los hechos. Previamente habían solicitado que Coronel pasara por un detector de metal antes de entrar a la sala, debido a que se le había visto con un celular durante el juicio, una acción que estaba prohibida. 

Cuando Guzmán fue declarado culpable de narcotráfico, Coronel dijo "no voy a llorar", según reporteras que estaban sentadas cerca de ella. Cuando los alguaciles lo retiraron de la sala, ella levantó el pulgar de su mano derecha y le tiró un beso a su marido, condenado a pasar el resto de sus días en una cárcel de máxima seguridad en Colorado. 

A lo largo del juicio, acostumbró a conversar y bromear con los reporteros que cubrían el juicio. Sin embargo, no respondía preguntas y otorgó solo un par de entrevistas, incluida una con Noticias Telemundo. Coronel aseguró que sus negocios se enfocaban en la agricultura, en terrenos que heredó de su padre, Inés Coronel Barreras, considerado por el Departamento del Tesoro como uno de los lugartenientes de El Chapo.

“No tengo nada ilícito. A estar alturas el Gobierno se ha encargado de checar o verificar si tengo, si he hecho algo ilícito”, dijo en entrevista con la corresponsal de Noticias Telemundo Rebeka Smyth.

También dijo que sentía tranquila y “segura” de vivir entre México y Estados Unidos, y que soñaba con tener “una vida normal como cualquier persona, hacer las cosas que hago, como siempre, como cualquier persona”.

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La vida íntima entre Guzmán y Coronel quedó expuesta en una de las audiencias del juicio, cuando se exhibieron una serie de mensajes de texto que la pareja se envió y que fueron obtenidos mediante un software espía instalado en el teléfono de ella. Aunque Coronel siempre negó conocer qué hacía su marido, los mensajes revelaron que El Chapo le instó a utilizar celulares Blackberry encriptados para comunicarse.

En uno de sus intercambios, Coronel pasó el teléfono a su padre para que se comunicara con Guzmán sobre un envío de droga. En otra ocasión, él le preguntó si tenía un arma, en caso de que la policía se presentara en su casa. Incluso le escribió para decirle que logró escapar de la policía durante una redada en Los Cabos.

La pareja también discutió la posibilidad de falsificar los certificados de nacimiento de sus gemelas, a fin de que, bajo un seudónimo, pudieran tener una propiedad bajo su nombre.

En entrevista con Noticias Telemundo, Coronel afirmó: “Es muy incómodo para mí que estén exhibiendo partes de mi vida íntima, privada”. Ahora deberá volver a corte.