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México gana ante Jamaica por los pelos

MEXICO GANO POR LOS PELOS

Por Carlos Rajo

En el llamado duelo de los sotaneros, un partido en el que la gran discusión previa era de si México estaba obligado a ganarlo dada la superioridad en el papel sobre su rival caribeño, la selección mexicana derrotó a Jamaica por la mínima diferencia.

Ha sido este el primer triunfo de la selección mexicana en lo que va del año y con ello la selección del técnico José Manuel de la Torre se quita un enorme peso de encima. Era tal la presión antes del partido en la capital jamaiquina que ya se hablaba de que si México perdía se comenzaría a implementar un plan B trayendo a otro entrenador. Los intereses económicos que se mueven alrededor de la selección mexicana son tales que  la clasificación a la Copa del Mundo es algo que es impensable que no se dé.

La victoria ante Jamaica pone a México en el primer lugar del grupo clasificatorio con seis puntos (uno arriba de Panamá y dos arriba de USA, pero México con un partimás). Más allá de los números, sin embargo, que casi encarrilan a México rumbo al Mundial, el triunfo en Kinsgton da un tan necesitado oxígeno y confianza a una selección que en técnica, tradición y nivel de su liga profesional debería de estar muy por delante de equipos como el de Jamaica y varios otros con los que pelea la clasificación mundialista.

El marcador de uno a cero es un tanto engañoso. Un golazo de cabeza de Aldo de Nigris cuando recién se iniciaba el segundo tiempo en un centro del defensa izquierdo Carlos Salcido. México sin embargo, pudo haber ganado por dos o tres goles de diferencia. En ocasiones fue el arquero jamaiquino el que la salvó -una gran atajada en el minuto 83 al “Chicharito” Hernández para el caso- y en otras la mala puntería de los delanteros mexicanos 

Con todo, el partido deja un sabor extraño o amargo. Jamaica está muy lejos de México en calidad futbolística. Su técnica es todavía limitada -más allá de que siempre se mostró ordenado tácticamente, sin abrirse o yéndose a lo loco al frente-, al menos cuatro de sus titulares estuvieron ausentes por lesiones y suspensiones y es sin duda el equipo más débil de la hexagonal clasificatoria para el Mundial. 

Y aun así, tuvo dos o tres oportunidades de empatar. Al menos en dos ocasiones, apenas unos minutos después del gol de México, fue únicamente por esa enorme calidad del arquero mexicano José Corona que no hubo gol. En la primera ante un tiro de Ryan Johnson que Corona rechazó con la pierna y luego en una gran estirada hacia su lado derecho ante un cabezazo de Marvin Elliott. Corona confirmó porque es lejos el mejor arquero que juega en México.

Dentro de todo, hay algo que hace falta en la selección mexicana. Su equipo está formado por grandes  jugadores -varios de ellos con experiencia en las mejores ligas europeas-, la técnica de casi todos es de jugador de primer nivel profesional -como pararla, como tocarla, como gambetear o como salir jugando en el caso de los defensas- y sin embargo, pasa casi “de raspado” una prueba ante una selección mucho menor que no sólo muestra poca técnica sino en ocasiones hasta ingenuidad en el juego -buenas jugadas que terminaron en tiros al arco que de seguro hicieron reír a Corona.

Es posible que el problema tenga que ver con la cuestión mental. Que ante los mediocres resultados en los tres primeros partidos (empate ante Jamaica y Estados Unidos en el Azteca y empate ante Honduras en San Pedro Sula) los jugadores han ido perdiendo la confianza en sí mismos y sintiendo al mismo tiempo la presión de la prensa deportiva. Todo esto se refleja en la actitud del técnico quien en una conferencia de prensa previa al partido entró en una ríspida discusión con un periodista sobre si la selección “tenía la obligación de ganar” en Jamaica. 

Según de la Torre, México no estaba obligado a ganar. Según la prensa y la afición por supuesto, no sólo se estaba obligado a ganar por cuestión de puntos y posibilidades de clasificación, sino por una cuestión de vergüenza nacional -o deportiva al menos. Cómo es posible se decía, que México, el gran favorito siempre de la Concacaf, no pudiera ganar a una Jamaica en la que el fútbol no es ni siquiera el deporte nacional. 

La discusión con el técnico pasa hoy a segundo plano. Lo que importa es que México ganó y se echó a la bolsa los tres puntos de la clasificación. El próximo viernes el equipo azteca podrá demostrar ante Panamá que todo esto que ha sucedido en los últimos meses -incluso llegar a ser protagonista de ‘un duelo de sotaneros’- ha sido una pesadilla. Que ahora ha vuelto a encontrar lo que debería de ser el nivel natural de lo que se espera de un México con un fútbol y una liga profesional muy por delante del resto de equipos de la Concacaf. En el futbol por supuesto, no es suficiente con las credenciales y galones. La calidad hay que demostrarla en cada partido. Y hasta que no le gane a Panamá sin discusión, la selección del entrenador de la Torre sigue en deuda.