IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

México estuvo a un paso del triunfo, dolorosa derrota ante Holanda

México estuvo a un paso del triunfo, dolorosa derrota ante Holanda

Columna de opinión

Por Carlos Rajo

Nunca se estuvo tan cerca. Nunca se llegó a estar a tan pocos minutos de conseguir ese tan ansiado pase a cuartos de final y jugar lo que se ha convertido en la obsesión del mundo futbolero mexicano: el quinto partido. Hasta el minuto 87 el Tri ganaba a Holanda y parecía que era posible tocar el cielo. Pero el fútbol es brutal. Un rato después Holanda ganaba el partido 2-1.



Una vez más viene a cuento el viejo, repetido y obvio dicho de los futboleros: el partido no se termina hasta que el árbitro da el silbatazo final. México pudo y quizá debió haber ganado si se hubiese acordado que a menudo es en esos últimos minutos donde se definen los partidos. El gol del empate de Holanda cae por un descuido de la defensa mexicana que deja solo al siempre peligroso volante ofensivo holandés Sneijder. El gol se originó en un córner, luego un cabezazo en el centro del área y el balazo de Sneijder quien disparó con total libertad.



El gol holándes de la victoria fue un penalti que de seguro será discutido por años sobre si fue muy estricta o fue correcta la decisión del árbitro portugués. El punto es que fue no sólo la falta de concentración del defensa mexicano -el capitán Márquez- que hace contacto con el delantero holandés Robben, sino en general la actitud de toda la defensa de permitir que el mismo Robben entrara al área con balón al pie. Es cierto, a esas alturas del partido el jugador está cansado y la mente y las piernas no funcionan igual, pero cuando se está ganando no queda otra más que poner “un autobús” frente al área y colgarse del travesaño.



Es cierto también que Holanda es Holanda y merece cierto crédito, en particular en el segundo tiempo luego de que se da el gol de México. El equipo holandés se fue arriba, presionó y era sólo cuestión de tiempo si se quiere, que anotara. En especial porque tiene varias individualidades -Robben y Sneijder entre ellas- que en un instante pueden darle vuelta al partido. Dicho esto, quedará siempre la duda sobre si el técnico mexicano no fue demasiado ingenuo al seguir planteando el partido de tú a tú cuando con un gol de ventaja era de defenderlo a como diera lugar.



Además del penalti, la gran discusión será sobre si en ese segundo tiempo fue México el que se echó atrás o fue Holanda la que obligó al Tri a que bajara el ritmo, abriera espacios y permitiera que le hicieran goles. Imposible respuesta, pero lo que sí es claro es que el equipo mexicano no fue el mismo una vez que se puso adelante en el marcador. Es posible que haya influido el cansancio, el calor o el instinto de bajar el ritmo una vez que se está en ventaja. Lo que más dolerá a muchos aficionados es que era una Holanda sin mucho que ofrecer, a la cual México superó claramente en el primer tiempo.



Hoy es únicamente para el record los detalles sobre el gol de México y las grandes atajadas de Ochoa. El gol fue una pelota que Giovani dos Santos recibe al borde del área, la para con el pecho, da un par de pasos hacia adelante y suelta el latigazo con la zurda abajo también a la izquierda del arquero. Gran gol. Lo de Ochoa, increíble -aún más si hubiesen ganado por supuesto. El arquero mexicano quitó un par de goles cantados. En el primer gol holandés no podía hacer nada. El tiro de Sneijder fue fuerte y abajo a la derecha de Ochoa que sólo la vio pasar. En el penalti Ochoa se tiró al lado equivocado. No es justo juzgarlo por los dos goles. El tipo hizo hasta lo imposible durante el partido. Se ha convertido y seguirá siendo uno de los grandes héroes del fútbol mexicano actual.



El Tri entonces se va de regreso a casa. Nunca antes en los veinte años que se ha luchado por estar en cuartos de final el Tri había salido con la frente tan en alto. Una selección que llegó a Brasil con los peores antecedes futboleros, de que había clasificado de panzazo, de que era un equipo integrado por la peor generación de futbolistas en décadas y por el cual parecía que además de los anunciantes nadie daba nada, ha estado a punto de conseguir la gloria.



Se perdió por esas cosas del fútbol. Porque al final el otro equipo impuso su categoría de potencia futbolera, o porque apareció una de sus grandes individualidades, o por una discutida decisión arbitral, por lo que haya sido, el punto es que el Tri del Piojo Herrera dio la batalla hasta el último instante. Es cierto, continúa sin materializarse la obsesión de jugar el “quinto partido”, pero esto por puros azares futboleros. No porque México haya jugado mal, porque haya sido inferior o porque no tuvo el coraje o esa pizca adicional de valentía emocional para creer en sí mismo. Honor a quien honor merece. El Tri del Piojo, Ochoa, Márquez y demás han puesto por lo alto al fútbol mexicano. En el fútbol como en la vida, también importa salir con la frente en alto. Aún si no se pudo ganar.