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Más húmedo y caliente: la emergencia climática alimenta devastadoras tormentas difíciles de predecir

Los meteorólogos avisaron sobre el creciente peligro de Ida durante días, pero fue difícil para la gente comprender cuánta lluvia podía caer en tan poco tiempo. Los expertos piden “ver más allá de lo que diga una app" y explican las razones de esta catástrofe.

Por Kathrin Prociv y Denise Chow – NBC News

Los récords meteorológicos en el área metropolitana de la ciudad de Nueva York cayeron casi tan rápido como la lluvia del miércoles por la noche.

El Servicio Meteorológico Nacional por primera vez en la historia emitió una emergencia por crecidas o inundaciones repentinas en la ciudad. En Central Park cayeron 3.2 pulgadas de lluvia en una hora, estableciendo un registro nuevo. Newark, Nueva Jersey, recibió la misma cantidad récord en una hora.

El miércoles fue el día más lluvioso que se haya registrado en Newark, con una precipitación total de 8.4 pulgadas. Las 7.1 pulgadas de lluvia que cayeron en la ciudad de Nueva York representaron el quinto día más lluvioso en la historia de la ciudad.

Rescatistas evacúan a residentes de Mamaroneck tras las inundaciones en Nueva York
Rescatistas evacúan a residentes de Mamaroneck tras las inundaciones en Nueva York, el 2 de septiembre de 2021.Reuters

Ambas ciudades experimentaron eventos de lluvia que ocurren solo una vez en 500 años. El resultado fue una de las crecidas más mortíferas y destructivas que haya azotado el área de los tres estados, con al menos 41 personas muertas hasta el jueves por la noche.

Los meteorólogos advirtieron sobre la tormenta con días de anticipación y la oficina en Nueva York del Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta por inundaciones repentinas el lunes. Pero las lluvias torrenciales tomaron a muchos desprevenidos, lo que subraya lo difícil que puede ser predecir los aspectos más peligrosos de las tormentas que el cambio climático está agravando.

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"No es que fueran 6 pulgadas en un día, sino que la mayor parte cayó en un par de horas", afirmó Bob Henson, meteorólogo y escritor de Yale Climate Connections, un servicio de noticias en línea. "Eso fue lo que realmente impulsó el aspecto repentino de la inundación y lo que provocó que el agua subiera con rapidez”, agregó.

Aunque los pronósticos adviertan de lluvias extremas, puede ser difícil para las personas comprender la cantidad de agua que puede caer en tan poco tiempo.

“Puede ser difícil de imaginarlo cuando decimos 'crecidas que amenazan la vida”, dijo Henson. “Algunas personas escuchan que 'esto son los restos de un huracán' y piensan que no es la gran cosa, que son solo las sobras", precisó.

No entender esto puede conllevar a más problemas y se puede volver aún más peligroso a medida que el cambio climático provoca que las tormentas y los huracanes sean más poderosos. Las investigaciones señalan que las tormentas no se volverán más frecuentes a medida que el mundo se calienta, sino más intensas, provocando grandes diluvios a menudo.

Nueve de los 10 años con los eventos de precipitación más extremos desde que se tiene registro han ocurrido de 1996 a la fecha, según la Agencia de Protección Ambiental.

El cambio climático está haciendo que las tormentas carguen con más humedad, porque una atmósfera más cálida puede contener más humedad. Los científicos han estimado que por cada grado Celsius que aumente la temperatura, la atmósfera será capaz de contener un 7% más de humedad evaporada. El noreste del país es la región del país donde más han aumentado los eventos de lluvias extremas desde la década de 1970.

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Inundaciones en NJ
Getty Images

El calentamiento global está aumentando el riesgo de inundaciones. Tormentas como el huracán Harvey, que dejó caer hasta 60 pulgadas de lluvia sobre algunas partes de Texas en 2017, e Ida, que tocó tierra en Louisiana este domingo como huracán de categoría 4 y avanzó hacia el noreste, muestran cuán graves pueden ser las consecuencias, especialmente en las ciudades.

“La lluvia fluye más rápidamente sobre el pavimento que sobre el césped, por lo que el agua se puede acumular más fácilmente en un paisaje urbano que, digamos, a través de un prado. Por eso son una amenaza las crecidas urbanas", explicó Henson.

Los días previos a la tormenta destacan los aciertos de los modelos. Pronosticaban grandes precipitaciones en partes del Atlántico medio y el noreste cinco días antes de que azotara la tormenta. A partir de eso, las advertencias empezaron a escalar.

Dos días antes de la tormenta, las alertas por crecidas incluyeron a 70 millones de personas y un día antes los meteorólogos hicieron sonar la alarma por un riesgo “alto” de inundaciones repentinas.

Ida inunda Nueva York
Reuters

El miércoles se advirtió del riesgo de crecidas urbanas y desbordamientos de ríos caudalosos que amenazaban la vida en porciones del Atlántico medio y el noreste. El Centro Nacional de Huracanes publicó la información el lunes.

Ese tipo de designaciones solo se hacen para los eventos más intensos en los pronósticos, algo que solo ocurre en promedio unos 16 días al año. El 35% de las muertes y el 86% de los daños por inundaciones se producen en esos días.

A medida que se desarrollaba el evento, los pronosticadores incrementaron las alarmas. Emitieron advertencias de crecidas que luego se convirtieron en llamadas de emergencia por inundaciones destructivas y mortales, implorando a las personas que buscaran terrenos más elevados y que no condujeran por los caminos inundados.

Otro factor que explica la gravedad de las inundaciones es que en muchas partes del noreste y del Atlántico medio hubo un verano excepcionalmente húmedo, lo que significa que el suelo estaba saturado y que el riesgo de anegación era aún mayor.

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Vista general de la ruta 206 parcialmente inundada como resultado de los remanentes del huracán Ida en Somerville, Nueva Jersey.
Vista general de la ruta 206 parcialmente inundada como resultado de los remanentes del huracán Ida en Somerville, Nueva Jersey.AP

La mayor frecuencia de estas tormentas destructivas, que según advierten muchos científicos climáticos persistirán, está llevando a que los meteorólogos se pregunten cómo pueden comunicar mejor los riesgos.

A medida que el clima extremo sigue superando incluso los mejores pronósticos, lo más probable es que los científicos tengan que ajustar la forma en la que comunican las amenazas y cómo las interpreta el público.

"Como con todas las cosas, animaría a las personas a tener una dieta climática equilibrada. Pediría a la gente que vea más allá de lo que diga una aplicación del clima y profundice en lo que dice el Servicio Meteorológico Nacional y lo que dicen los expertos locales”, dijo Henson.

"Las aplicaciones meteorológicas pueden ser excelentes para saber cuánto calor hará o si saldrá el sol, pero no tanto para saber si se avecina una inundación catastrófica en 12 horas", agregó.