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Los republicanos se apresuran para recuperar el voto de las mujeres: así lo intentaron en su convención

Las mujeres blancas ayudaron a Trump a llegar a la Casa Blanca, pero para esta elección, sus índices de aprobación han caído hasta entre ese grupo demográfico. ¿Qué hicieron los allegados del presidente para intentar ganar el voto de las mujeres?
/ Source: Telemundo

En 2016, poco más de la mitad de las mujeres blancas y las que viven en los suburbios votaron a Donald Trump a la presidencia, según estimados de encuestas de salida. Este año, sin embargo, hasta el 66% de esas mujeres dicen en sondeos que desaprueban la gestión del presidente.

El foco está puesto especialmente en las mujeres porque tanto congresistas como estrategas del Partido Republicano han advertido desde hace meses que buena parte de ese sector, tan importante para las elecciones, se está alejando de Trump.

Sobre todo por temas clave de economía y cuidados de salud: los datos oficiales muestran que más mujeres han perdido su trabajo en medio de la crisis del coronavirus, y se verían impactadas por las iniciativas de la Administración para eliminar la Ley de Salud Asequible (Obamacare), que les asegura cobertura médica aún si tienen enfermedades preexistentes.

No es casualidad que la campaña para la reelección de Trump dedicó gran parte de su mensaje durante varios días de la Convención Nacional Republicana a apelar a estas votantes.

Una mujer llena una boleta en Boston, Massachusetts, este 25 de agosto.
Una mujer llena una boleta en Boston, Massachusetts, este 25 de agosto.Boston Globe via Getty Images

Históricamente, las estadounidenses participan más en las votaciones que los hombres, ya sean mujeres latinas, blancas, negras o asiáticas.

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En las elecciones de medio término de 2018, muchas de las votantes que votaron por Trump dos años antes respaldaron a demócratas, según las encuestas de salida. Al mismo tiempo, un número récord de candidatas fueron votadas al Congreso.

Actualmente, según varias encuestas, las votantes en general dicen favorecer, por entre 12 y 24 puntos, la fórmula presidencial demócrata de Joe Biden y Kamala Harris, que tiene un plan específicamente para las mujeres estadounidenses.

Las preferencias a nivel federal impactan también en las votaciones estatales y locales. Este año, por ejemplo, encuestas y análisis prevén que seis puestos del Senado que están en manos republicanas, como en Arizona o Georgia, pueden cambiar este noviembre a control demócrata.

“Esta elección se ha vuelto un referendo sobre Trump y las mujeres están marcando la pauta”, indicó al diario The Washington Post la consultora política republicana Maureen Shaver.

El balance de poder en el Senado es particularmente importante, pues se requiere aprobación del Congreso para que un presidente, ya sea Biden o sea Trump, pueda implementar sus propuestas. 

Trump, en busca de “amas de casa”

En la convención de esta semana, los republicanos apelaron a las votantes intentando presentar al presidente como alguien que se preocupa por la gente (cuando casi dos tercios de la población estadounidense opina que no es así). 

En paralelo, advirtieron, sin evidencia, que llegarán “turbas” a los suburbios e “invasores radicales” si no votan por Trump.

La campaña republicana ha llevado esa línea de ataque desde hace semanas en sus  anuncios, en televisión y digitales. Trump dijo hace unos días en Twitter que no entiende por qué las “amas de casa” votarían por Biden y Harris, la aspirante demócrata a la vicepresidencia.

Sondeos recientes apuntan a que la fórmula presidencial demócrata tiene una ventaja de hasta 20% sobre el presidente entre las votantes para temas como el combate al crimen.

Además, la referencia únicamente a “amas de casa”, cuando el 75% de las madres estadounidenses también trabajan o son las únicas proveedoras de su casa y un número récord de ellas, 56%, afirma que prefiere tener un empleo fuera de casa más que dedicarse solo al hogar, desató críticas hasta entre republicanas que dicen apoyar aún a Trump.

“Conozco a muchos votantes que dicen que no quieren votar por él justo por cómo usa Twitter”, le dijo Susan Sherman, floridana del Club de Mujeres Republicanas Suburbanas, a la Radio Pública Nacional (NPR). “¿Considero que debería dejar de hacerlo tanto? Sí”, agregó.

En estados como Ohio (que son clave porque en cada elección pueden votar para un bando o el otro), las votantes incluso han formado grupos como Red, Wine & Blue, para motivarse políticamente y movilizarse a las urnas. En el camino, también se están burlando del estereotipo que Trump promueve sobre las “amas de casa”. Lo llaman el #HousewifeChallenge.

Posan en sus cocinas o en sus jardines con sus hijos con letreros de ‘Black Lives Matter’ (Las vidas negras importan), o aparecen en fotos planchando y haciendo quehaceres con leyendas como: “Esta es la típica ama de casa suburbana. Le encanta cocinar para su familia y cree que las mujeres merecen estar donde sea que quieren estarlo y que las ‘mujeres desagradables’ pueden lograr lo que se propongan”. Llamar "nasty" a las mujeres es un insulto que Trump usa con regularidad.

La realidad sobre las mujeres en el Gobierno de Trump

El miedo no es el único método que usaron los republicanos en su convención para intentar atraer el voto de las estadounidenses.

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En la convención y en la campaña, el equipo de Trump lo ha calificado como alguien especialmente preocupado por impulsar a las mujeres. Así lo sugirieron Ivanka Trump, su hija, aunque dio datos  imprecisos sobre las gestiones de cuidado infantil de la Administración, y la secretaria de Prensa Kayleigh McEnany, quien dijo que se siente apoyada por el presidente ahora que es madre.

Por ejemplo, el partido asegura que “nadie” ha designado a tantas mujeres a su  gabinete, lo cual es falso: las administraciones de Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama tuvieron más funcionarias.

Aún así, el partido ha tuiteado esta aseveración incorrecta, que también fue repetida en uno de los anuncios televisados durante la convención.

Ese spot también celebró a las mujeres que han sido parte de la campaña de Trump, y argumentaba que ellas han sido elementos clave de la Administración actual.

La mayoría de ellas ya no participan en el Gobierno. En el spot son mencionadas Kellyanne Conway, quien anunció que dejará su puesto en la Casa Blanca hace unos días para concentrarse en su familia; Sarah Huckabee, quien fue secretaria de Prensa hasta el año pasado; y Katrina Pierson, antes gestora de comunicaciones de Trump.

“Ha impulsado a las mujeres sobre todo porque les habla como que pueden atender cualquier asunto”, dice Conway en el anuncio de la convención.

Pero su manera de “hablar” sobre ellas no luce como lo que describe Conway. Las palabras que Trump ha usado para describir a otras mujeres, varias funcionarias en puestos destacados, están: “loca”, “asquerosa”, “¿por qué alguien votaría por alguien con esa cara?”, “gorda” y “poco atractiva”.

Sin mencionar los comentarios vulgares grabados en un video en el cual el ahora presidente presumió que, a su parecer, puede besar y agarrar la vagina de cualquier mujer, porque, según él, “cuando eres una estrella te dejan hacerlo”.

Omarosa Manigault
Tras dejar su cargo de asistente de comunicaciones, Omarosa Manigault, una de las pocas mujeres negras que han trabajado en la Casa Blanca, escribió un libro donde acusa al presidente de ser racista. Trump la comparó con un perro. Getty Images

Más de 20 mujeres han acusado al presidente de acoso o abuso sexual en presuntos eventos que datan desde los años 70.

En la convención también apareció como oradora destacada Abby Johnson, activista antiaborto.

Con Johnson, los republicanos buscaban apelar a las mujeres quienes están ferreamente en contra del derecho, amparado por el derecho desde 1973, al aborto. 

Esa misma activista ha promovido que sean los maridos quienes decidan por quién puede votar la mujer.

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Otras expertas que se han alejado de Trump incluyen a la antes jefa de Gabinete que renunció en 2018, Katie Walsh, y la exsecretaria de Seguridad Nacional Kristjen Nielsen, quien renunció en 2019 por desacuerdos como, según reportes, las propuestas de la Casa Blanca de detener el paso de personas migrantes hasta con “rayos de calor” que harían sentir a quien intentara cruzar  la frontera de manera ilegal que su piel se está quemando.

Dos de las muy pocas mujeres negras que eran parte de la Casa Blanca también renunciaron. Tras dejar su cargo de asistente de comunicaciones, Omarosa Manigault escribió un libro donde acusa al presidente de ser racista; en respuesta Trump la comparó con un perro. Mary Elizabeth Taylor dimitió a mediados de este año al Departamento de Estado porque dijo que estaba disgustada con la respuesta de Trump a la “injusticia racial” en el país.

Así que, aunque el presidente mantiene el apoyo de algunas mujeres, reunidas en coaliciones como Mujeres por Trump (Women for Trump, en inglés), dirigido por la nuera del mandatario, Lara Trump, estas son cada vez menos. Y sus intentos de recuperar ese voto no parecen estar rindiendo frutos por lo pronto en las encuestas.