IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Los republicanos deben aprobar la reforma migratoria si quieren lograr el voto latino

Los republicanos deben aprobar la reforma migratoria si quieren lograr el voto latino

Por Carlos Rajo

El congresista republicano de Iowa, Steve King, sigue en el ojo del huracán, dispuesto al parecer a seguir insultando a los inmigrantes latinos pero al mismo tiempo volando en pedazos los pocos puentes que todavía existen entre el partido republicano y la comunidad latina.

King volvió a insistir en sus comentarios del otro día de que los indocumentados, en particular los jóvenes “soñadores” o “dreamers”, son en su inmensa mayoría “mulas (transportando) drogas”. El congresista no sólo no quiso echarse atrás en sus palabras sino que fue aún más lejos al señalar que nadie está mejor informado que él y que por eso dice lo que dice. Desde el Congreso mismo King aseguró que de México viene el 80-90% de la droga que llega al país.

Primero una precisión técnica: aun si fuese cierto que tal cantidad de la droga que se consume en Estados Unidos llega de o pasa por México, esto no significa que sean los indocumentados o los “dreamers” en particular los responsables de pasarla por la frontera. Asunto obvio y menor en el debate sobre las inflamatorias declaraciones de King, pero necesario antes de seguir con el análisis de lo dicho por el ahora famoso -por las razones equivocadas- congresista.

Como sucedió el otro día con sus primeras declaraciones sobre que los jóvenes que cruzaban la frontera parecían que tenían melones en sus piernas debido a la carga de marihuana que portaban en sus espaldas, lo dicho por King al siguiente día también generó críticas del liderazgo republicano en el Congreso. 

El Presidente de la Cámara baja -el ‘Speaker’ por su término en inglés- John Boehner señaló que “en este debate no hay lugar para comentarios ignorantes y de odio de parte de funcionarios electos”. Y que además, lo dicho por King hacía más difícil conseguir algo en términos de la reforma migratoria.

Uno quisiera pensar que la molestia y el darse golpes de pecho del “Speaker” Boehner por lo dicho por King son reales. Que en efecto el liderazgo del partido republicano no comparte lo dicho por su colega congresista. Y que no lo comparte de manera sincera, ya que son juicios que no tienen lugar en el debate público -como lo sugiere Boehner-. 

Lo contrario sería que hay molestia entre los republicanos únicamente porque el llamado “establishment” o líderes del partido saben que lo de King es dinamita de cara al propósito republicano de acercarse y ganar el voto latino. Elemento este por cierto que juega ahora un papel clave para entender la reacción de muchos republicanos ante lo dicho por King.

Más allá de que esta reacción de molestia sea sincera o no, el punto es que la única razón por la cual lo de King es rechazado por muchos republicanos -hay que decirlo, hay sectores e individuos en el partido que por un verdadero sentido de decencia les molesta lo de King- es por la nueva realidad que vive el país en términos electorales. La elección presidencial de noviembre mostró que el voto latino fue en gran medida determinante para el triunfo de Obama (junto con el de afroamericanos, jóvenes, mujeres y otros por supuesto) y que es casi seguro poder afirmar que si los republicanos no consiguen al menos un 40 por ciento del voto latino es difícil que regresen a la Casa Blanca.

Esta nueva realidad electoral entonces hace que las palabras de King sean hoy rechazadas. Sucede que palabras y frases similares se han dicho en el pasado que sin embargo nunca causaron el escándalo que hoy han generado. Es por eso que mucha gente señala que lo de los republicanos ahora dándose golpes de pecho condenando lo de King es a lo menos, extraño. ¿Por qué no lo hicieron en el pasado?, es el dicho de muchos.

Pero bien, asumamos que sean ciertas las muestras de indignación de los republicanos ante lo dicho por su colega de Iowa. El punto es que hay una división en el partido, entre gente como King y muchos otros congresistas y bases que se oponen rotundamente no sólo a la reforma migratoria sino en general a la inmigración latina, y los líderes del partido quienes saben de la urgencia que los republicanos tienen de acercarse a los latinos.

No queda claro quién ganará esta batalla al interior del partido republicano. Lo que sí es cierto es que las percepciones influyen en la política. Así como en la elección presidencial última muchos latinos recordaron a la hora de votar todas las barbaridades que se habían dicho en los años previos -incluyendo en la primaria republicana- contra los inmigrantes latinos, así sucede ahora. Lo de King se ha metido al debate público y el latino promedio tendría que haber estado en una cueva en los días recientes para no darse cuenta de lo dicho por el congresista de Iowa.

No por casualidad alguien decía que así como por décadas el partido republicano ha sido identificado por la gente como “el partido de los ricos” -una percepción que algunos dirán no es necesariamente cierta pero aun así es la que prevalece- lo mismo es hoy con lo dicho por King y otros, los republicanos son vistos o percibidos por muchos latinos como “el partido anti inmigrante”.

King de alguna manera ha puesto contra la pared al “Speaker” Boehner y demás liderazgo republicano en la Cámara. Ya lo decía Boehner de que con lo dicho por King las cosas se volverán más difíciles en términos de pasar cualquier ley de reforma. Y tiene razón el “Speaker” debido a que es tal el hoyo negro en que se han metido los republicanos -al menos vis a vis los latinos- que cualquier cosa que aprueben que no sea reforma migratoria será visto como una expresión de este lenguaje ofensivo del congresista King.

Un poco como que la única alternativa que les queda hoy a los republicanos en términos de ganar credibilidad en el tema migratorio es pasar la reforma. Y es que si es cierto que esos golpes de pecho por lo dicho por King son legítimos y sinceros no hay nada más que hacer que aprobar la reforma migratoria. Sólo así sus palabra y sus posiciones serán creíbles con los latinos.

Mientras llega el momento del voto en la Cámara baja sin embargo, el “Speaker” Boehner puede hacer algo sobre King. No lo puede sacar de la Cámara por supuesto ya que  ha sido electo democráticamente, pero sí puede al menos suspenderlo o sacarlo definitivamente del Sub Comité de Inmigración al cual King pertenece. Esto sería significativo ya que en este Sub Comité se tratan precisamente los asuntos de inmigración. Alguien que piense como King sobre los indocumentados no debería estar en una instancia del Congreso encargada del tema. 

Independiente de si Boehner toma alguna acción o no, se corre el riesgo de que King siga lanzando granadas que causan gran ofensa a los latinos sí, pero aun peor, un daño enorme al partido republicano. Sus esperanzas de congraciarse y tender puentes con los votantes latinos están siendo dinamitadas. Y aun peor, lo de King es un daño a la fábrica social y las mejores tradiciones del país. No se vale echar a casi todo un grupo de población, en este caso los indocumentados latinos, en el costal de los narcotraficantes.