- Sólo el 15% tiene una, la mitad que los blancos, pero son víctimas de ellas en la misma proporción
Estados Unidos tiene una relación íntima con las armas de fuego, cuya tenencia está protegida por la Constitución pero acarrea demasiado a menudo tiroteos mortales que exacerban el debate público. Tres de cada 10 estadounidenses tiene un arma de fuego (generalmente, más de una), y otros tres han vivido en hogares en los que alguien en la casa la tenía, según un sondeo del Pew Research Center. La comunidad latina es la menos proclive a tener armas, pero comparte la preocupación generalizada por sus estragos y, lo que es peor, termina siendo víctima de las balas casi tanto como el que más.
En general, las armas son cosa de hombres: cuatro de cada 10 tienen una, el doble que las mujeres. Ese porcentaje se eleva hasta el 50% en el caso de los hombres blancos, según este sondeo. Pero la raza también importa: mientras que un 36% de los blancos, hombres o mujeres, tiene un arma, sólo un 24% de afroamericanos y un 15% de hispanos posee una. Esa diferencia se acentúa si se suma a aquellos que viven con alguien que tiene un arma: sólo el 6% de hispanos, frente al 8% de afroamericanos y el 13% de blancos.
Uno de cada cuatro hispanos, amenazado a punta de pistola
Sin embargo, los estragos de las armas afectan a los hispanos: cuatro de cada 10 conoce a alguien que ha sido herido de bala, el mismo porcentaje que los blancos. En el caso de los afroamericanos, se eleva a seis de cada 10. El 24% de hispanos ha sido amenazado con un arma, frente al 20% de blancos y el 32% de afroamericanos.
Así, la mitad del país coincide en que las armas de fuego son un problema social, pero los afroamericanos (73%) y los hispanos (62%) están mucho más preocupados que los blancos (44%). Quizá porque, para aquellos que poseen armas de fuego, se trata de un derecho casi al nivel de la libertad de expresión o el voto. Los que no las tienen, sin embargo, discrepan.
La razón más común para tener un arma es por protección (67%). Quizá por ello, cuatro de cada 10 personas con arma de fuego la tiene cargada y siempre a mano en casa. La mayoría admite en cualquier caso que hay que mantenerlas bajo llave para que los niños no las cojan.
También hay consenso en imponer algunas restricciones, fundamentalmente a personas con problemas mentales o antecedentes graves. Más allá de eso (y de comprobar los antecedentes antes de permitir el uso de armas), hay una gran diferencia entre quienes tienen armas y quienes no, y, en general, entre republicanos y demócratas, sobre cualquier restricción de este derecho.
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