Por Carlos Rajo
Una buena y una mala noticia para aquellos que están obsesionados con la inmigración de latinos, para quienes quisieran que se levantaran más muros, cercas y lo que fuera para que menos gente venga al país.
La buena: la inmigración alcanzó su techo en 2012 y ya no subirá, al contrario, básicamente ha disminuido a cero.
La mala: cada año nacen más latinos en Estados Unidos, tan así que anualmente hay más de 800 mil jóvenes latinos que alcanzan la mayoría de edad. Y aún peor, en unos años serán un millón. Un millón de ciudadanos que lo único que necesitarán es registrarse para votar y con ello ejercer sus derechos políticos y comenzar a ser un factor de decision en los asuntos públicos del país.
Estos son algunos de los datos del último reporte del Pew Research Center sobre el estado y las tendencias de la población latina en Estados Unidos basado en las cifras del Censo que realiza el gobierno. Según el reporte, en ese 2012, los latinos inmigrantes llegaron a ser 18,8 millones, sin embargo, ya desde el comienzo de la década de los 2000s, comenzó a quedar claro que los latinos nacidos en el país tenían un ritmo de crecimiento mayor que sus pares que llegaron algún día de Latinoamérica.
Así las cosas, para finales del 2012 -y según las tendencias hoy en 2014 debería de ser igual o más pronunciado lo sucedido- entre los latinos adultos casi el 50% habían nacido en el extranjero, baja significativa si se considera que sólo cinco años antes eran el 55%. Y si se contaba a toda la población latina -no solo los adultos-, la cifra de los que habían emigrado quedaba en un 35,5% del universo de latinos (el total de latinos es de casi 54 millones).
Hay varios factores que explican estas tendencias en la composición de la población latina, es decir, por qué hay menos inmigración de México y demás países latinoamericanos, y al mismo tiempo, por qué ha ido creciendo a ritmo acelerado el número de latinos nacidos en el país. Tiene que ver con la economía por supuesto, -menos trabajos menos gente cruzando la frontera-, con lo más difícil y peligroso que es cada día cruzar esa misma frontera y con cambios en la economía y sociedad mexicanas (más oportunidades de desarrollo económico, al menos en ciertas áreas del país).
“Después de cuatro décadas de crecimiento explosivo, ahora hay casi igual número de gente de México saliendo del país como entrando”, explica el reporte del Pew Center. En otras palabras, no es que nadie más cruce la frontera, es que al sumar -o comparar- los que logran pasar con los que por diferentes razones abandonan Estados Unidos, se obtiene una cifra de inmigrantes cercana a cero.
Las consecuencias de estas tendencias en la población latina serán enormes. Es cierto que esa población que nació fuera del país casi con seguridad no crecerá más. Llegó a su pico en 2012 y a partir de ahí viene en bajada. Tendrá su lugar en la historia y por supuesto que seguirá contando siempre y cuando los que son ciudadanos voten y hagan valer su peso político.
Otra cosa totalmente diferente será con las nuevas generaciones de jóvenes latinos nacidos en el país. Los latinos son ya la más grande minoría y una de las que crece más rápidamente. Actualmente, son el 17% de la población, para el 2060 se proyecta que serán el 31% de la población de USA (126 millones de seres humanos de origen latino).
Decíamos que hay buenas y malas noticias en el reporte del Pew Center para los que se oponen a la inmigración debido a que ciertamente hay relativo control de la frontera con México -aunque nadie quiere aceptarlo por distintos motivos políticos-. Es decir, no sólo no se da ya lo que sucedió en las décadas de los años 80s, 90s y 2000s, cuando cruzaron millones de gente sin documentos, sino que como lo revela el reporte, ahora es prácticamente cero la inmigración de Latinoamérica. Ojalá se tomara este dato con toda la seriedad posible cuando se habla del famoso “control de la frontera” en el debate sobre la reforma migratoria.
Al mismo tiempo, con toda seguridad les causará alarma a estos mismos que se oponen a la inmigración latina el que en unos años hayan anualmente un millón de jóvenes que estarán listos para votar. Vale preguntarse, qué pensará alguien que es ahora un niño o joven cuando escucha el debate migratorio y todo lo que dicen los que se oponen a la reforma. Un dato del pasado que sirve para ilustrar lo que pasará en ese futuro no tan lejano: en la elección de 2012 el voto latino -muchos que eran jóvenes que votaban por primera vez- se fue con los demócratas y el Presidente Obama por más del 70%.
Entre otros detalles, el reporte muestra varias sorpresas. Por un lado, lo que ya se sabía, que California tiene más latinos (14.5 millones), seguido por Texas (10 millones) y Florida (4.5 millones). Pero por otro, que lugares como Tennessee, Carolina del Sur o Alabama y Kentucky, hayan experimentado altos porcentajes de crecimiento en su población latina. En una frase: los latinos están en todos lados.
En términos sociales, el reporte detalla que se ha incrementado el porcentaje de latinos mayores de edad que no se han casado (de 29% a 37%). Al mismo tiempo, ha disminuido el porcentaje de parejas casadas del 55% al 46%, lo mismo que el porcentaje de latinos que viven en un hogar de gente casada (del 65% al 57%). Al parecer, estos jóvenes latinos ya están dejando su huella como población mas liberal y/o sus padres han ido adoptando los modos de vivir de la sociedad estadounidense.
Más allá de las interpretaciones, análisis y posibles consecuencias políticas de estas grandes tendencias en la población latina, una cosa queda clara: esa “New America” como la llaman en inglés, ese Nuevo Estados Unidos, es ciertamente una realidad. En las últimas tres o tantas décadas los latinos le han cambiado la cara a este país y nunca volverá a ser igual. Y un detalle para aquellos que por ignorancia igualan ser latino con ser inmigrante de México o cualquier otro país del sur: hoy la mayoría de latinos no llegaron de ningún lado. Nacieron aquí.