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La salida de Elizabeth Warren reabre el debate sobre cuándo habrá una mujer presidenta en Estados Unidos

La senadora demócrata por Massachusetts se retiró el 5 de marzo de la contienda presidencial tras sus pésimos resultados en las primarias del Supermartes. Ninguna mujer ha logrado ganar la presidencia en Estados Unidos.

Por María Peña

WASHINGTON.— La salida de la senadora demócrata por Massachusetts, Elizabeth Warren, de la contienda presidencial, ha reanimado este viernes el debate sobre el motivo de su aplastante derrota, y las barreras para que una mujer pueda ganar la presidencia en Estados Unidos.

Warren abandonó la contienda el jueves por la nominación presidencial del Partido Demócrata, tras ubicarse en tercer lugar en las primarias de su estado y no lograr ni una sola victoria en los 14 estados del Supermartes, ni en ninguna otra de las primarias anteriores en Iowa, New Hampshire y Nevada .

La única mujer en liza ahora es la congresista Tulsi Gabbard, que tampoco se ha lucido en una contienda dominada por hombres blancos mayores.

Así, en el escenario actual, dos septuagenarios lideran la justa por la candidatura presidencial para enfrentarse al presidente, Donald Trump, en noviembre próximo: el exvicepresidente, Joe Biden, y el senador independiente por Vermont, Bernie Sanders, de 77 y 78 años, respectivamente.

Según la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, la derrota de Warren puede explicarse en parte a “cierto elemento de misoginia” en la sociedad y que trunca el camino de las mujeres hacia la Casa Blanca.

“Cada vez que me presentan como la mujer más poderosa (en la política de Estados Unidos) casi lloro, porque desearía que eso no fuera cierto”, dijo Pelosi en su acostumbrada rueda de prensa semanal de los jueves.

“Desearía mucho que tuviésemos una mujer presidenta de Estados Unidos, y llegamos muy cerca a lograrlo”, señaló Pelosi, quien hizo historia por primera vez en el cargo en 2007, y es la segunda en la línea de sucesión presidencial en este país.

Sin embargo, el presidente, Donald Trump, aseguró hoy que Warren no perdió por sexismo sino por “falta de talento” y porque, a su juicio, “a la gente no le simpatizó” la senadora de Massachusetts.

“Ella es una persona muy mezquina, y a la gente no le cae bien, a la gente no le gusta eso. Les gusta alguien como yo, que no sea mezquino”, argumentó Trump, quien ha puesto motes a todos sus rivales o detractores, incluyendo a Warren.

A lo largo de 2019, Warren aumentó en popularidad entre los votantes, especialmente entre los jóvenes y las mujeres con altos niveles de educación, pero nunca logró pasar del tercero o cuarto lugar en las primarias.

Según observadores, sus posturas de extrema izquierda asustaron a la maquinaria demócrata y a los votantes que, sobre todo, quieren frenar la reelección de Trump el próximo 3 de noviembre.

Además, la presencia de Sanders -con el que compartió posturas similares- le cortó las alas, al tener que invertir personal, recursos y tiempo en tratar de eliminarlo como la opción más “progresista”.

Otra piedra contra el “techo de cristal”

Al despedirse de la contienda, Warren lamentó que, pese a la promesa que hizo a niñas y jóvenes, éstas “tendrán que esperar a que otra mujer” pueda abrirse paso en la contienda por la Casa Blanca.  También prometió mantenerse en la lucha.

Haciéndose eco de otros expertos, Ana Navarro, analista de Telemundo, señaló que la presencia de Warren  y de otras candidatas al menos logró lanzar otra piedra contra el “techo de cristal” que priva a las mujeres del premio mayor en la política estadounidense.

La exprimera dama, Hillary Clinton, hizo historia en 2016 al convertirse en la primera mujer en lograr la nominación presidencial de uno de los principales partidos políticos en el país.

Clinton ganó el voto popular ese año pero perdió la presidencia frente a Trump por una multitud de factores, incluyendo errores de estrategia de su campaña, y la injerencia de Rusia en el proceso electoral.

En declaraciones a Noticias Telemundo, Muni Jensen, asesora sénior de Allbright Stonebridge Group, explicó  que “no había suficiente espacio político entre los moderados y el progresismo”, de tal manera que Warren resultó “demasiado progresista para los moderados, y muy moderada para los progresistas”.

Además de la desventaja de género, Warren se enfrentó a dos nombres muy conocidos entre el electorado -Biden y Sanders- y tras el golpe que sufrió Clinton en 2016, “había la sensación de que una mujer no puede ganarle a Trump”, agregó Jensen, coautora del libro “Trump, el triunfo del Showman”.

Jensen afirmó que a las mujeres en la política se les juzga por sus atributos personales y no por sus posturas: es decir, se tiende a minimizar o disculpar las presuntas debilidades de los hombres.

“Warren fue descrita por el propio equipo de Bernie como  una 'culebra'. Una luchadora resuelta como Warren genera críticas personales”, observó.

Falta de equidad política

Al presentarse a cargos públicos, las mujeres logran “un puesto en la mesa” y ayudan a moldear leyes y políticas que beneficien a sus familias y comunidades. Las mujeres ostentan importantes cargos locales y estatales en todo el país, pero llegar a la Casa Blanca sigue siendo una meta escurridiza.

Un análisis divulgado ayer por el Instituto de Investigación sobre Políticas de Mujeres (IWPR, por su sigla en inglés) indicó que, aunque las mujeres son parte vital para el fortalecimiento de sus comunidades, éstas aún no han logrado la equidad en lo que respecta a su participación en el ámbito político.

En Estados Unidos, las mujeres lograron el derecho al voto con la Enmienda 19 apenas en 1920 -son ahora el 53% del electorado, según el Centro de Investigación Pew-, pero su participación política ha sido una empinada cuesta.

En 1979, las mujeres conformaban apenas el 3% de los escaños en el Congreso estadounidense, y ahora son el 23.7%.

“Aunque las mujeres han incrementado su participación en la política estadounidense, la mayoría de los miembros del Congreso son hombres. Si se mantiene el ritmo de progreso actual, las mujeres no tendrán equidad frente a los hombres en el Congreso sino hasta el 2108, es decir una espera de 88 años”, advirtió el informe de IWPR.

Latinoamérica sirve de ejemplo

Más de 70 países han puesto a mujeres en las altas esferas del poder, entre éstas la británica Margaret Thatcher, como primer ministro entre 1979 y 1990, o Indira Gandhi (1917-1984), la primera y única mujer en el cargo de primer ministro en India entre 1966 y 1977.

Tan sólo en las Américas, más de una decena de mujeres han logrado encumbrarse en la presidencia en el último siglo.

Comenzando en Argentina en la década de 1970, Isabel Perón (1974-1976) fue la primera mujer en ostentar la presidencia en América Latina. Ese país también puso en la presidencia a Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y, en diciembre pasado, en el cargo de vicepresidenta.

La lista de notables mujeres en la presidencia en la región incluye a Michelle Bachelet en Chile (2006-2010); Laura Chinchilla, en Costa Rica (2010- 2014); Dilma Rousseff, en Brasil (2011-2016); Violeta Barrios de Chamorro, en Nicaragua (1990-1997) y, el año pasado, Jeanine Añez Chávez, como presidenta interina en Bolivia, entre otras.

Las mujeres llegaron a las más altas esferas de poder político hace décadas en el Caribe y Latinoamérica.
Las mujeres llegaron a las más altas esferas de poder político hace décadas en el Caribe y Latinoamérica.Diana Baptista

Aunque el machismo aparentemente está más marcado en la región, Estados Unidos sigue siendo “un país patriarcal”, en el que muchos se ciñen al modelo del Sueño Americano de la década de 1950, “donde la mujer está en la casa con los niños y el hombre trabaja”, precisó Jensen.

“Resulta alentador que en esta campaña hubo mujeres muy competentes como precandidatas… falta mucho camino por delante, pero gracias a mujeres como Warren, la política cada vez más es una cancha donde las mujeres líderes tienen éxito”, puntualizó Jensen.

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