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La administración Trump ejecutó “programa piloto” de separación de familias migrantes en 2017

Los registros y las entrevistas indican que las madres y los padres, la mayoría de Honduras, El Salvador y Guatemala, fueron a la cárcel por cargos de entrada ilegal o reincidencia de un delito menor

El Gobierno norteamericano separó a familias migrantes meses antes de la puesta en marcha de la política de tolerancia cero a través de lo que un funcionario llamó un “programa piloto” para enjuiciamientos generales en Texas. Este sistema, aparentemente no tenía un mecanismo para que los padres pudieran reunirse con sus hijos.

Aunque los oficiales han dicho que al menos 2,342 niños han sido separados de sus padres desde el 5 de mayo, cifras otorgadas a NBC News por el Departamento de Seguridad Nacional señalan que otros 1,768 niños fueron separados de sus familias entre octubre de 2016 y mayo de 2018, lo que suma un total de 4, 100 afectados.

Más de 1,000 niños fueron separados entre octubre de 2016 y septiembre de 2017, y otros 703 fueron separados entre octubre de 2017 y febrero de 2018.

Por su parte, un oficial del Departamento de Seguridad Nacional aseguró que esta práctica se realizaba desde antes de que Trump asumiera el poder en enero de 2017.

"DHS ha seguido una política de larga data por parte de la administración anterior", dijo el funcionario, que enumera el riesgo para el niño y el enjuiciamiento criminal de los padres como una de las razones de la separación.

El mismo oficial aseguró que desde julio de 2017 y hasta octubre del mismo año, la administración Trump ejecutó en El Paso, Texas, un “programa piloto” de la política “tolerancia cero”.

Los registros y las entrevistas indican que las madres y los padres, la mayoría de Honduras, El Salvador y Guatemala, fueron a la cárcel por cargos de entrada ilegal o reincidencia de un delito menor.

Sus hijos fueron reclasificados como "no acompañados" y enviados a una red de refugios repartidos por todo el país bajo la dirección del Departamento de Salud y Servicios Humanos que supervisa el cuidado de niños migrantes no acompañados detenidos por el gobierno.

"Es algo que es difícil de olvidar. Nos acompañará durante mucho tiempo. Buscamos protección y luego sucedió algo horrible", dijo Jocelyn, una madre que llegó a la frontera en El Paso en agosto de 2017 para pedir asilo y fue separada de su hijo, quien fue enviado a una instalación en Chicago. Ella no supo de él hasta dos meses después, y no lo vio hasta después de nueve meses.

Las administraciones anteriores habían evitado enjuiciar a los padres que llegaban con niños, en particular las madres, porque presentar cargos criminales significaba que serían encarcelados y sus hijos enviados a un refugio.

Pero meses antes del lanzamiento del programa piloto en El Paso, los funcionarios de la administración Trump indicaron que la separación de padres e hijos podría ser una forma efectiva de reducir el número cada vez mayor de familias que llegaban a la frontera desde los países empobrecidos y violentos del Triángulo Norte de Centroamérica.

La idea de separar a los niños migrantes de sus madres se discutió durante los primeros días de la administración Trump como una forma de disuadir a los solicitantes de asilo, según las notas de una reunión de oficiales de asilo.

El 2 de febrero de 2017, en un ayuntamiento para funcionarios de asilo de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración, el jefe de la agencia, John Lafferty, dijo a los oficiales que podrían tener que "retener a las madres por más tiempo" y "retener niños en HHR / ORR", un acrónimo utilizado para hacer referencia a las instalaciones para menores que administra el Departamento de Seguridad Nacional.