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Texas ejecuta al hombre de más edad en la historia del estado: Carl Buntion murió tras recibir la inyección letal

“Siento remordimiento por lo que hice”, afirmó Buntion, de 78 años. “Estoy listo para irme”, aseguró este hombre que pasó décadas en el corredor de la muerte.

Carl Wayne Buntion, de 78 años, recibió este jueves la inyección letal en la penitenciaría estatal de Huntsville, Texas, convirtiéndose en el reo de mayor edad que ha ejecutado el estado sureño, con el que Noticias Telemundo conversó antes de ser ejecutado.

Fue condenado a muerte por el asesinato de un policía de Houston, James Irby, hace más de tres décadas.

“Quería que la familia Irby supiera una cosa: siento remordimiento por lo que hice”, afirmó Buntion mientras estaba atado a la camilla en la cámara de ejecución. “Le pido a Dios que consigan la resignación porque maté a su padre y al esposo de la sra. Irby”.

“Espero verte en el cielo algún día y cuando aparezcas te daré un gran abrazo. Estoy listo para irme”, agregó.

La Corte Suprema rechazó una solicitud de los abogados de Buntion para detener su ejecución, que se produjo una semana antes de que se cumpla otra sentencia a muerte en Texas que ha causado gran controversia: la de la madre latina Melissa Lucio, de quien aseguran sus hijos y numerosos activistas que es inocente.

Buntion comenzó a orar el Salmo 23 junto con su asesor espiritual, quien lo acompañó en la cámara de ejecución e incluso se le permitió tocarlo, una de sus peticiones finales.

Después de que le inyectaron el pentobarbital respiró hondo, tosió una vez, tomó tres respiraciones menos pronunciadas y finalmente dejó de moverse, reportó la agencia de noticias The Associated Press.

Lo declararon muerto a las 6:39 pm, hora del centro, unos 13 minutos después.

Buntion conversó con Noticias Telemundo Investiga días antes de su ejecución, en la última entrevista que dio a un medio de comunicación.

Contó que se convirtió al cristianismo al llegar al corredor de la muerte en la década de los años 1990. Aunque mencionó palabras como “arrepentimiento” y “perdón”, también insistió en la idea de que le disparó al policía –tres veces, incluida su cabeza– en defensa propia porque pensó que él iba a dispararle primero. En el momento del crimen, iba armado y se encontraba en permiso de libertad condicional.

[La ejecución de Lucio reactiva dudas del sufrimiento de los condenados a muerte]

Buntion tenía solo seis semanas de que había salido de prisión cuando le disparó a Irby, de 37 años. Él era pasajero en el automóvil que el oficial detuvo. Contaba con un amplio historial delictivo. En 2009, un tribunal de apelaciones anuló su sentencia, pero otro jurado lo volvió a condenar a muerte tres años después.

La viuda del agente, Maura Irby, se congratuló por la muerte del hombre que mató a su esposo. “Siento alegría”, afirmó. “Me da pena que alguien haya muerto. Pero no pensé en él como una persona, sino como un cáncer que atacó a mi familia”.

Por su parte, Buntion aseguró a Noticias Telemundo Investiga que siempre se había opuesto a la pena de muerte, creyendo que quitar una vida no iba a remediar un asesinato.

“Matarme es una venganza. No va a impedir que alguien más acabe en el corredor de la muerte”, afirmó.

Texas, el estado que más reos ha ejecutado en tiempos modernos, reanudó la aplicación de la pena capital tras una pausa de siete meses.

La próxima semana está agendada la ejecución de la primera mujer latina que es sentenciada a muerte. Decenas de legisladores y activistas que han pedido clemencia para Lucio esperan con expectación una decisión de última hora del fiscal que lleva el caso o del propio gobernador de Texas que pueda cambiar su suerte.