Por Travis Loller y Rebecca Reynolds - The Associated Press
El gobernador de Tennessee, Bill Lee, ordenó este lunes paralizar las ejecuciones por pena de muerte durante el resto del año tras detectar que el estado no ha realizado las pruebas necesarias a las drogas que utilizan para la inyección letal. Esta irregularidad ya le obligó en abril a detener una ejecución una hora antes de realizarse.
Lee, del Partido Republicano, dijo entonces que detenía la pena de muerte del preso Oscar Smith por un “descuido” en la preparación de las drogas de la inyección letal, sin dar más detalles al respecto.
Los protocolos de ejecución de Tennessee exigen que se analice la potencia, asepsia y endotoxinas de los medicamentos utilizados. Lee dijo este lunes que se probó la potencia y la asepsia en el caso de la ejecución de Smith, pero no las endotoxinas.
Los abogados del preso pidieron la semana pasada que se parara su ejecución para investigar problemas vinculados a la inyección letal. La defensora pública federal Kelley Henry dijo este lunes que la decisión del gobernador republicano muestra “un gran liderazgo”.
“El uso de drogas en el contexto de la inyección letal está plagado de riesgos”, dijo Henry. “La falla en el test de endotoxinas es una violación del protocolo. El gobernador hizo lo correcto al detener las ejecuciones debido a esta violación”, señaló.
Lee nombró al exfiscal federal Ed Stanton para revisar por qué no se hizo esa prueba. Además revisará el manual estatal de inyección letal y analizará las consideraciones de personal del Departamento Correccional de Tennessee, según dijo en un comunicado.
“Reviso cada caso con pena de muerte y creo que es un castigo apropiado para estos crímenes atroces”, dijo Lee, “pero es un asunto extremadamente serio, y espero que el Departamento de Prisiones no deje dudas de que los procedimientos se siguen correctamente”.
La pausa estará vigente hasta fin de año para dar tiempo para hacer esta revisión y tomar las acciones necesarias, según explicó.
Henry dijo la semana pasada que la noche anterior a la ejecución solicitó los resultados de las pruebas de potencia, asepsia y endotoxinas, pero no recibió respuesta. Henry sospecha que al menos dos de las tres drogas de ejecución eran el resultado de mezclas de varios compuestos, en lugar de haber sido fabricadas de forma individual, según explicó, pero las ejecuciones de Tennessee se rigen por reglas que mantienen información en secreto por lo que es difícil saberlo con certeza.
Hace varios años hubo una serie de protestas a nivel nacional en contra de la pena de muerte y los proveedores de drogas para la inyección letal, y muchos fabricantes se negaron a seguir vendiendo sus medicamentos para que se usen en ejecuciones.
Esto dificultó la obtención de las drogas a los sistemas penitenciarios. Tennessee y muchos otros estados también comenzaron a aprobar entonces exenciones a las leyes de registros abiertos, ocultando la identidad de los proveedores de drogas y manteniendo información sobre ejecuciones en secreto.
La abogada de Smith recibió documentos sobre la última ejecución de inyección letal del estado en 2019 a través de una solicitud de registros públicos. Ella cree que las drogas en ese caso no pasaron las pruebas requeridas. Se supone que los medicamentos se prueban según los estándares de la Convención de la Farmacopea de Estados Unidos (USP, por sus siglas en inglés). Henry dijo que cree que esos medicamentos fueron probados pero con el estándar de otro país, probablemente porque se obtuvieron en el extranjero.
El gobernador dijo que le ha pedido a Stanton que revise el “cumplimiento de las políticas de prueba” desde que el manual de inyección letal del estado se actualizó por última vez en 2018.
Si bien la inyección letal se adoptó como una alternativa más humanitaria a la silla eléctrica, ha sido objeto de problemas y demandas constantes.
“Cada vez que las personas en mi oficina han planteado problemas, han tenido que hacer ajustes, ya sea por el medicamento equivocado, la potencia incorrecta o los [estándares] USP”, dijo Henry en una conferencia de prensa la semana pasada. Agregó que todos los problemas se plantearon inicialmente en una demanda que impugnaba el procedimiento de inyección letal del estado.
Tennessee usa tres drogas para matar a los reclusos: midazolam, un sedante para dejar al recluso inconsciente; bromuro de vecuronio, para paralizar; y cloruro de potasio, para detener el corazón. Las autoridades estatales han dicho que los reclusos están inconscientes y no pueden sentir dolor. Sin embargo, testigos de ejecuciones han dicho que los reclusos parecían estar ahogándose, asfixiándose y siendo quemados vivos, todo ello sin poder moverse ni gritar.
[Por qué es controversial la inyección letal en Estados Unidos]
Tennessee pausó las ejecuciones en 2009 y las retomó en 2018. Desde entonces y hasta que comenzó la pandemia, el estado ha ejecutado a siete reclusos, de los cuales cinco optaron por morir en la silla eléctrica. Smith se negó a tomar una decisión, por lo que se programó su ejecución con el método que el estado aplica por preferencia: la inyección letal.
Smith fue sentenciado a muerte por apuñalar y disparar fatalmente a su exesposa, Judith Smith, y a sus hijos adolescentes, Jason y Chad Burnett, en su casa de Nashville el 1 de octubre de 1989. Con 72 años, es el recluso de mayor edad en el corredor estatal de la muerte. Su pena de muerte está parada hasta el 1 de junio, después de lo cual la Corte Suprema del estado fijará una nueva fecha.