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La Corte Suprema escucha el caso de unos padres de Maine que pretenden que el estado pague las escuelas religiosas

Los padres alegan que su exclusión del programa estatal viola sus derechos religiosos según la Constitución.

Por Pete Williams - NBC News

El Tribunal Supremo estudiará el miércoles si los estados que dan dinero a los padres para la matrícula de sus hijos en la escuela secundaria pueden excluir a las escuelas que ofrecen una educación religiosa.

En los últimos años, el tribunal se ha mostrado especialmente receptivo a las reclamaciones de discriminación religiosa. El año pasado dictaminó que cuando los estados ponen el dinero de la matrícula a disposición general, no pueden excluir a las escuelas dirigidas por instituciones religiosas.

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En ese caso, relacionado con un programa escolar en Montana, algunos jueces se preguntaron si había una diferencia significativa entre la discriminación basada en el estatus religioso de una escuela y la basada en el uso de dinero del Gobierno para enseñar religión. “Reconocemos el punto, pero no necesitamos examinarlo aquí”, decía el fallo.

El tribunal ha aceptado ahora examinar esa cuestión en un caso de Maine que invita a los jueces a dar el siguiente paso y decir que las escuelas no pueden ser excluidas aunque ofrezcan instrucción religiosa.

El Tribunal Supremo en Washington, el 3 de septiembre de 2021.
El Tribunal Supremo en Washington, el 3 de septiembre de 2021.J. Scott Applewhite / AP

El estado pone el dinero de la matrícula a disposición de las familias de las zonas que no tienen escuelas secundarias públicas, para que lo utilicen para pagar la asistencia a escuelas públicas o privadas de otras comunidades.

Pero las escuelas no pueden ser sectarias, definidas por el estado como aquellas que promueven una fe o un sistema de creencias particular y enseñan material “a través del lente de esta fe”.

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Dos grupos de padres demandaron, alegando que el programa viola su libertad religiosa.

David y Amy Carson enviaron a su hija a la Bangor Christian School y, por tanto, no pudieron recibir el dinero de la matrícula estatal.

“Me gusta verlo como una continuación de los valores y la forma en que la criamos en casa”, explicó Amy Carson en una entrevista con nuestra cadena hermana NBC News. “Las creencias que tiene la escuela están alineadas con lo que tenemos en casa”, agregó.

Troy y Angela Nelson envían a sus hijos a una escuela no sectaria, pero quieren que asistan a la Academia Temple, que describe su propósito como “conocer al Señor Jesucristo y darlo a conocer a través de la excelencia académica acreditada y los programas presentados a través de nuestra visión del mundo bíblica completamente cristiana".

El abogado de las familias, Michael Bindas, del Instituto para la Justicia, un bufete de abogados libertarios de interés público, afirmó en sus archivos judiciales que no hay ninguna diferencia legal entre el estatus de una escuela y su uso del dinero de la matrícula.

“La discriminación es discriminación, tanto si el Gobierno afirma que se dirige a los que son religiosos como a los que hacen cosas religiosas”, dijo.

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Maine “discrimina a las familias que pueden acogerse al programa de ayuda a la matrícula y creen que la educación religiosa es la mejor opción para sus hijos”, señaló.

El Estado también es excesivamente intrusivo, añadió, porque debe indagar en la forma en que una escuela estructura su plan de estudios y sus actividades religiosas.

Al defender el programa, los abogados del estado dijeron en sus presentaciones ante el tribunal que Maine ofrece una educación pública gratuita y que no ha negado ese beneficio a los demandantes basándose en su religión, pero que las familias que demandan “quieren un beneficio totalmente diferente: una educación sectaria subvencionada públicamente”.

Maine ha decidido que la educación pública debe ser “una educación no sectaria que exponga a los niños a diversos puntos de vista, que promueva la tolerancia y la aceptación, que enseñe las materias académicas de una manera religiosamente neutral y que no promueva una fe o un sistema de creencias particular”, dijeron.

El estado no está practicando la discriminación religiosa ni favoreciendo una fe en detrimento de otra; simplemente se niega a subvencionar el ejercicio religioso, según los abogados. Aunque los padres son libres de enviar a sus hijos a escuelas religiosas, el estado no está obligado a apoyarlas, argumentaron.

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En la Corte Suprema, el Departamento de Justicia de Biden apoyó la posición de Maine, alegando que el estado no está posicionándose a favor de varias entidades religiosas. Eso fue un cambio de la opinión que el departamento tomó en las primeras etapas del caso, durante la Administración Trump, cuando señaló que el estado estaba involucrado en la discriminación religiosa.

Se espera que el tribunal emita su decisión a finales de junio.