La policía reprimió con gas y granadas aturdidoras las protestas en la noche del domingo por la muerte de un joven negro de 25 años que fue acribillado con más de 60 heridas de balas por agentes en Akron, Ohio. La ciudad, un suburbio de Cleveland de 200,000 habitantes, está bajo toque de queda y ha cancelado la celebración prevista con un espectáculo de fuegos artificiales por el 4 de julio.
Jayland Walker, de 25 años, murió el 27 de junio baleado por ocho agentes de Akron mientras escapaba de un control de tráfico. La policía publicó este domingo las imágenes de las cámaras corporales de los agentes, que muestran que el joven recibió al menos 60 balazos pese a que iba desarmado.
La familia de Walker llamó a protestar por lo ocurrido y cientos de personas salieran a las calles y se dirigieran de forma pacífica al cuartel general de la policía, según la estación local WOIO 19 News.
La policía respondió con armas antidisturbios, según la local WKYC. Durante la noche, descargó una docena de botes de gas contra un grupo de manifestantes. Algunos manifestantes golpearon vehículos quitanieves que bloqueaban las calles y prendieron fuego a cubos de basura, causando daños menores, dijo la web informativa Axios.
El alcalde, Dan Horrigan, consideró sin embargo que hubo daños graves y declaró el estado de emergencia el lunes, imponiendo un toque de queda desde las 9 de la noche a las 6 de la mañana.
“No podemos tolerar y no toleraremos la destrucción de la propiedad o la violencia”, aseguró mediante un comunicado.
Se esperan más protestas para este lunes, y la familia de Walker ha pedido a los manifestantes que permanezcan en paz. “La familia no quiere más violencia”, dijo su abogado, Bobby DiCello, al periódico The New York Times. “Ya ha tenido suficiente violencia. La familia quiere paz, dignidad y justicia para Jayland”, agregó.
Decenas de botes de gas lacrimógeno
La protesta fue pacífica, reportan medios locales, hasta las 10 de la noche, cuando alguien prendió fuego a un contenedor de basura. La estación local 19 News dijo que alguien apagó esas llamas. Vehículos todoterreno comenzaron a derribar barreras de protección colocadas en el centro de la ciudad, y los agentes lanzaron gases lacrimógenos, reportó WKYC, cuando un manifestante intentó derribar barreras instaladas para proteger la sede de la policía.
Mientras huían de los gases lacrimógenos, algunos manejaron sus automóviles en la acera para esquivar las máquinas quitanieves estacionadas en la carretera para bloquear la calle principal, según informó el medio local Akron Beacon Journal.
Una de las personas que protestaban rompió las ventanas de varias máquinas quitanieves, y otros incendiaron una fila de contenedores de basura, se el citado medio, aunque sin ocasionar en principio daños importantes.
Reporteros locales indicaron que la policía usó al menos 15 latas de gases lacrimógenos. En una declaración emitida el lunes, el alcalde de Akron dijo que, “a medida que caía la noche y otros comenzaban a unirse, las protestas ya no eran pacíficas". Aunque otros reportes hablan de daños menores, el alcalde consideró lo contrario: "Hubo daños significativos a la propiedad en el centro de Akron. A los pequeños negocios de Main St. se les han roto las ventanas”.
Una lluvia de balas sin motivos claros
En una conferencia de prensa el domingo, el jefe de policía Stephen Mylett explicó que los agentes percibieron como “una amenaza mortal para ellos” la actitud del joven acribillado. Sin embargo, expertos consultados por el diario USA Today indicaron que las grabaciones no permiten explicar por qué la policía decidió disparar y por qué lo hizo en al menos 60 ocasiones.
“Tengo entendido que tomó una pose que parecía mostrarlo preparándose para disparar a los policías y esa fue la causa de su uso de la fuerza letal”, dijo Keith Taylor, profesor del John Jay College. “No vi eso" en las imágenes difundidas, agregó.
Mike Lawlor, profesor en la Universidad de New Haven, aseguró que el video puede no ser lo suficientemente claro para determinar si Walker representó un riesgo para la policía durante la persecución.
“La pregunta sobre si alguien es acusado de un delito es: ¿creyeron razonablemente que la vida de alguien está en peligro en ese momento?”, le dijo Lawlor al USA Today.
Ocho oficiales estuvieron directamente involucrados en la balacera, y todos han sido puestos en licencia administrativa con sueldo, según el jefe policial. Otros cinco agentes acudieron al lugar pero no se vieron implicados en el tiroteo.