IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

El juez Stephen Breyer planea retirarse de la Corte Suprema, abriendo el camino para que Biden elija otro magistrado progresista

La decisión del juez liberal de retirarse tras más de 27 años en el alto tribunal permitirá al presidente nombrar a un sucesor que podría servir durante varias décadas.

Por Pete Williams - NBC News

El juez Stephen Breyer abandonará la Corte Suprema al final del actual mandato, según personas familiarizadas con sus intenciones.

Breyer es uno de los tres jueces progresistas (frente a una mayoría de seis conservadores), y su decisión de retirarse después de más de 27 años en el tribunal permitirá al presidente, Joe Biden, nombrar a un sucesor que podría servir durante varias décadas.

A sus 83 años, Breyer es el miembro más mayor del tribunal. Activistas progresistas le han instado durante meses a retirarse ahora que los demócratas controlan la Casa Blanca y el Senado y pueden nombrar a un sustituto sin riesgo de bloqueo político.

[La Corte Suprema se inclina en contra de las restricciones a llevar armas en público]

Argumentan que la jueza Ruth Bader Ginsburg permaneció en la corte a pesar de su historial de problemas de salud, evitando ser reemplazada durante la presidencia del demócrata Barack Obama.

La muerte de Ginsburg por cáncer a los 87 años permitió al expresidente republicano Donald Trump nombrar a su sucesora, Amy Coney Barrett, reforzando la mayoría conservadora en la corte.

Stephen Breyer testifica en el Capitolio, el 21 de marzo de 2015.
Stephen Breyer testifica en el Capitolio, el 21 de marzo de 2015.Manuel Balce Ceneta / AP

El profesor Erwin Chemerinsky, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Berkeley, escribió en un artículo de opinión en el periódico The Washington Post en mayo, instando a Breyer a retirarse. Aseguró que hay momentos “en que los administradores de nuestro sistema deben poner el bien de una institución que aman, y del país que aman, por encima de sus propios intereses. Tienen que reconocer que nadie, ni siquiera un juez brillante, es insustituible, y que los riesgos que presenta el hecho de quedarse son más que hipotéticos”.

[La Corte Suprema someterá a análisis las detenciones prolongadas de inmigrantes]

Por su parte, el grupo progresista Demand Justice contrató el año pasado un camión para recorrer el barrio donde está la corte con este cartel: “Breyer se retira. Es hora de que haya una mujer negra en la Corte Suprema”.

Biden se ha comprometido precisamente en esa dirección. Entre las posibles candidatas están la jueza federal Ketanji Brown Jackson, exasistente legal de Breyer; y Leondra Kruger, magistrada de la Corte Suprema de California.

Después de servir como juez de distrito en Washington, Jackson fue nominada por Biden para un puesto en el Tribunal de Circuito de Apelaciones del Distrito de Columbia y fue confirmada a mediados de junio por una votación de 53-44. Sucedió a Merrick Garland, que dejó ese tribunal para convertirse en fiscal general de Biden.

A pesar de los llamamientos de algunos partidarios de Biden para que se añadan más asientos a la corte con el fin de contrarrestar su actual inclinación conservadora, Breyer dijo en marzo que esa medida podría socavar la confianza en la institución. 

Nombrado por el entonces presidente demócrata Bill Clinton, Breyer llegó a la Corte Suprema en 1994 y se convirtió en uno de sus miembros moderados o liberales, aunque a menudo dijo que era engañoso etiquetar a los jueces con esos términos.

Creía que la interpretación de la Constitución debía basarse en consideraciones prácticas, cambiando con los tiempos. Esto lo puso en desacuerdo con los jueces conservadores que decían que el tribunal debía guiarse por la intención original de los fundadores.

“La razón por la que lo hago es porque el derecho en general, creo, surge de comunidades de personas que tienen algunos problemas que quieren resolver”, dijo en una entrevista.

Breyer redactó la opinión del tribunal que anuló una ley estatal que prohibía algunos abortos tardíos en el año 2000, y disintió siete años después, cuando la Corte Suprema confirmó una ley federal similar aprobada por el Congreso. Apoyó la discriminación positiva y otros derechos civiles. Y en una disidencia ampliamente conocida en 2015, dijo que la pena de muerte en Estados Unidos se había vuelto tan arbitraria que probablemente era inconstitucional.

Se espera que Biden actúe rápidamente para nominar a un sucesor que pueda estar listo para servir cuando el nuevo mandato de la Corte Suprema comience el 3 de octubre.