Por Carlos Rajo/Opinión
Se jugaba la Super Copa de la UEFA, en el papel una final más de las grandes competencias europeas, en la realidad un pretexto para ver al Real Madrid y sus nuevas estrellas, el colombiano James Rodríguez y el alemán Tony Kroos. Para el récord: ganó el Madrid al Sevilla 2-0 con goles de Cristiano Ronaldo.
Cuesta creer que un Real Madrid que con Ronaldo y compañía ganó en la última temporada el que es ciertamente el más importante trofeo del mundo a nivel de clubes, la Champions League, haya agregado a su plantilla a dos de los mejores jugadores del pasado Mundial en Brasil. La gran pregunta, por supuesto, no es si tienen la calidad para estar en el Madrid sino si habrá espacio para ellos en un equipo plagado de estrellas, en particular en la media cancha donde juegan tanto James como Kroos.
El partido no mostró nada extraordinario. Un claro dominio del Real Madrid el cual pudo haber ganado fácilmente por dos o tres goles más de diferencia. Por lo mostrado por el Madrid todo hace suponer que una vez mas volverá a ser uno de los dos o tres grandes protagonistas de la Liga Española (siempre lo es con el Barcelona, siendo el año pasado la excepción al colarse el ahora campeón de la Liga, el Atlético de Madrid).
Por lo que se pagó por él -alrededor de $105 millones de dólares- y por todo lo que representa en términos de ser joven, talentoso y con aura de estrella, la gran expectativa mediática estaba alrededor del colombiano James. No por casualidad, además, ganó la Bota de Oro en el Mundial como el campeón goleador. En el terreno de juego, sin embargo, fue el alemán Kroos quien tuvo más protagonismo. El ex volante del Bayer Munich pareciera será el eje del funcionamiento del equipo madrileño. Un volante central por donde pasa casi todo el juego del Madrid.
No es que James haya jugado mal, es simplemente que a diferencia de la selección colombiana donde era claro que él era el corazón y motor del equipo, alrededor de quien giraba todo el juego, en este Real Madrid plagado de nombres y talento, el zurdo numero 10 es solamente uno más en la maquinaria del plantel dirigido por el italiano Carlo Anchelotti.
En la mayor parte del partido James jugo de volante izquierdo, posición que lo limita un tanto ya que normalmente lo arrincona en esa franja de la cancha. Su posición normal -al menos la que mostró en el Mundial- y donde mejor muestra sus cualidades de volante ofensivo es el centro del campo apenas un tanto atrás de los delanteros.
Es temprano para saber si esta será la posición final de James, lo que es si es claro es que no habrá mucho espacio para la equivocación. James ocupará nada menos que el lugar de Angel Di María -quien estuvo en la banca en el partido ante el Sevilla-, jugador querido por la afición del Madrid y quien en la temporada pasada fue clave en el funcionamiento del equipo. Di María tiene menos técnica -y ya no digamos aura de estrella- que James, pero es el pulmón y el balance del equipo. Un tipo que pareciera nunca se cansa y que había entendido muy bien el planteo del Madrid de jugar a gran velocidad para aprovechar a Cristiano Ronaldo. Di María estará respirando en la nuca de James.
En general James tuvo un partido correcto, a excepción de un error en el primer tiempo que casi en termina en gol del Sevilla. Una jugada en el área del Madrid en la que James se ve obligado a despejar con su pierna derecha, confirmando lo de muchos zurdos de que la otra pierna “es de palo”. Un pequeño detalle que mostró no sólo la debilidad de James con su pierna derecha sino que el jugador no se siente cómodo haciendo labores defensivas. Nada extraordinario en un jugador técnico y con gran clase, simplemente que es una exigencia para los volantes de este Real Madrid.
La final en la ciudad galesa de Cardiff ha marcado de alguna manera el campanazo inicial de las competencias europeas. Este fin de semana se inicia la Liga inglesa y pronto comenzarán las otras en España, Alemania y demás. Fue un partido como para calentar motores y que mostró la enorme diferencia que hay entre los poderosos y millonarios equipos como el Real Madrid y el resto de equipos menores, en particular los españoles. Un trofeo más para el equipo madrileño para el que su gran preocupación será como encontrarle espacio en una alineación de sólo once jugadores a tanta estrella como James, Kroos y otros -suena de locos, pero se habla de que también comprarán al colombiano Falcao.