Una evaluación preliminar de las autoridades estadounidenses sobre la caída de un avión de la aerolínea China Eastern que se estrelló el 21 de marzo y provocó la muerte de las 132 personas a bordo parece indicar que no se trató de un accidente: alguien en la cabina de mando del aparato condujo la aeronave a una caída en picada de manera intencional, según fuentes cercanas a la investigación citadas por el diario The Wall Street Journal.
La hipótesis preliminar que manejan las autoridades federales (que participan en la investigación porque el aparato era un Boeing 737-800 de fabricación estadounidense) es que fueron las acciones de un piloto o de alguien que ingresó en la cabina de mando las que llevaron a que el avión (que viajaba entre las ciudades chinas de Kunming y Guangzhou) se precipitara a tierra en la región de Guangxi a las 2:38 de la tarde (hora local), según la publicación.
"El avión hizo lo que le dijo alguien en la cabina", dijo una de las fuentes con conocimiento de la investigación al Wall Street Journal.

Esta hipótesis se basa en información extraída del registro de datos de vuelo incluido en la caja negra del aparato; sin embargo, las fuentes citadas por el diario aseguraron que no disponen de toda la información que sí están en poder de los investigadores chinos.
La publicación especializada Leeham News and Analysis informó en abril de que la lectura inicial del registro de datos de vuelo del avión sugería que el piloto había introducido datos deliberadamente en los controles de mando que llevaron a que se estrellara.
El avión se precipitó en picada contra el suelo, descendiendo casi 30,000 pies en menos de tres minutos, según informó el portal de seguimiento de vuelos FlightRadar24.
La aeronave, con menos de siete años de servicio, había pasado todas las revisiones que establece la normativa y su estado técnico era “estable y normal” al despegar, según declaraciones de un representante de China Eastern después del accidente.
Según le dijeron al diario los funcionarios estadounidenses que están encargados de la evaluación preliminar, los oficiales chinos tampoco han reportado ningún un problema mecánico relacionado con el avión, y no hay registro de ningún boletín o directriz de seguridad por parte de las autoridades aéreas tras el accidente.
Un informe emitido por la Administración china de Aviación Civil indicó en abril que no se han detectado anomalías en el Boeing 737-800, en su tripulación o en elementos externos, como mal tiempo.
En China circulan teorías informales sobre lo que pudo provocar el mayor desastre aéreo nacional en casi una década, entre ellas un posible suicidio del piloto. Las autoridades chinas de aviación reforzaron las medidas de salud mental para los pilotos tras el siniestro, aunque Wu Shijie, funcionario de la Administración de Aviación Civil, dijo que eso no tenía relación con esas hipótesis.
China Eastern indicó a The Wall Street Journal que las condiciones de salud, familiares y económicas de sus pilotos son buenas, y que no hay evidencias que determinen si hubo problemas con el avión.
"Cualquier especulación no oficial puede interferir en la investigación del accidente y afectar al progreso real de la industria del transporte aéreo mundial", dijo la aerolínea.
China Eastern es una de las cuatro principales aerolíneas chinas; tras el accidente dejó en tierra más de 200 aeronaves del mismo modelo (que está considerado uno de los más seguros del mundo por su estadística de vuelos), pero ya han retomado sus servicios.