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Turquía se encamina a una tensa segunda vuelta electoral mientras Erdoğan lucha por mantener el poder

La votación del domingo fue seguida de cerca desde Washington hasta Moscú, ya que el presidente turco se enfrenta al mayor desafío a sus 20 años en el Gobierno.

Por Neyran Elden, Henry Austin y Alexander Smith — NBC News

ESTAMBUL — El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, se enfrenta este lunes al mayor desafío a sus 20 años de Gobierno, ya que irá a una segunda vuelta con su oponente en unas elecciones cruciales para el poderoso miembro de la OTAN.

La votación fue seguida de cerca desde Washington y Bruselas hasta Moscú y Beijing. Aunque Turquía es un aliado de la OTAN y celebra elecciones, el país de 84 millones de habitantes se ha deslizado más hacia el autoritarismo bajo Erdoğan y ha mantenido estrechos lazos con Rusia.

El presidente obtuvo el 49.5% de los votos en las elecciones presidenciales del domingo, justo por debajo del 50% necesario para asegurarse la victoria absoluta, aseguró el jefe de la Alta Junta Electoral, Ahmet Yener. Esto significa que se enfrentará en segunda vuelta, el 28 de mayo, a su principal rival, Kemal Kılıçdaroğlu, que obtuvo el 44.88% de los votos. Kılıçdaroğlu, el candidato conjunto de una alianza de partidos de la oposición, ha prometido devolver al país a una senda más democrática.

Erdoğan, de 69 años, había quedado rezagado en los sondeos de opinión tras una campaña dominada por las secuelas del devastador terremoto de principios de año y las turbulencias económicas del país. Animado por la ventaja obtenida en la primera vuelta, dijo que acogería con satisfacción una segunda votación si así lo deseaba el electorado, y también expresó su orgullo por lo que calificó de récord de participación. “Turquía ha demostrado una vez más que es una de las principales democracias del mundo”, declaró en la sede de su partido.

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Esto es muy discutido por los grupos de derechos humanos, que afirman que Erdoğan ha centralizado el poder y silenciado a los críticos con el gobierno. The Economist Intelligence Unit, un importante grupo de investigación con sede en Londres, clasifica a Turquía como “régimen híbrido” entre la democracia y el autoritarismo, con tendencia a este último.

La segunda vuelta, en el año del centenario de la República Turca, se produce tras unas de las elecciones presidenciales y parlamentarias más reñidas de los últimos tiempos.

Los resultados tendrán múltiples ramificaciones fuera de Turquía, que a pesar de ser miembro de la OTAN ha mantenido estrechos lazos con Rusia y bloqueado la adhesión de Suecia a la alianza militar occidental. Turquía cuenta con las segundas fuerzas armadas de la OTAN después de Estados Unidos, controla el crucial estrecho del Bósforo y se cree que alberga misiles nucleares estadounidenses en su suelo.

Queda por ver qué significan los resultados también a nivel regional, a medida que crece la influencia de Turquía entre sus vecinos y el mundo musulmán en su conjunto.

La participación electoral en Turquía es tradicionalmente alta, a pesar de que el gobierno ha reprimido la libertad de expresión y reunión a lo largo de los años y especialmente desde el intento de golpe de Estado de 2016.

El Partido AK de Erdoğan obtuvo poco menos del 50% de los votos en las elecciones parlamentarias simultáneas, según los resultados preliminares, lo que aumenta la sensación de que está bien situado en la segunda vuelta presidencial.

Sinan Oğan, un tercer candidato que fue eliminado tras obtener un 5.17% en la primera vuelta, podría convertirse en un creador de reyes y cuenta con el respaldo de un partido nacionalista antiinmigración.

Para unos 5 millones de nuevos votantes que nunca han conocido a otro líder, las elecciones eran la oportunidad del cambio en un país donde el Partido AK de Erdoğan lleva en el poder desde 2002. Erdoğan se convirtió en primer ministro al año siguiente y en presidente en 2014.

Más de 64 millones de personas, incluidos 3.4 millones de votantes extranjeros, tenían derecho a voto, y la participación, en un país donde tradicionalmente es fuerte, fue alta.

Antes de las elecciones, el ambiente era optimista en Estambul, con la oposición y sus partidarios esperanzados en la victoria. “Esperamos que esta vez algo cambie en nuestro país. Porque ahora creo que la gente tiene más conciencia”, declaró a NBC News Zafer Özi, farmacéutico jubilado de 81 años:

Turquía sigue sufriendo las consecuencias de los dos terremotos de febrero, que devastaron 11 provincias del sur y mataron a decenas de miles de personas. La Administración de Erdoğan ha sido criticada por su respuesta a la catástrofe, así como por la laxa aplicación de los códigos de construcción que empeoraron la miseria.

La languideciente economía, que los críticos han acusado al gobierno de gestionar mal, y una fuerte crisis del costO de la vida también dominaron la agenda, junto con una reacción contra millones de refugiados sirios, en el período previo a la votación. 

Erdoğan aumentó los salarios y las pensiones y subvencionó las facturas de electricidad y gas en un intento de cortejar a los votantes, al tiempo que lideraba una campaña divisiva en la que acusó a la oposición de ser “borrachos” que actuaban en connivencia con “terroristas”. También atacó a sus oponentes por defender los derechos del colectivo LGBTQ, que según él eran una amenaza para los valores familiares tradicionales.

Kılıçdaroğlu, de 74 años, que lidera desde 2010 el Partido Republicano del Pueblo (CHP), laico y de centroizquierda, prometió revertir la política de Erdoğan y restaurar la democracia. A diferencia de Erdoğan, conocido por sus discursos grandilocuentes, es de voz suave y se ha labrado una reputación de constructor de puentes. Durante la campaña grabó vídeos en su cocina para hablar con los votantes. 

Su Alianza Nacional, formada por seis partidos, ha prometido desmantelar el sistema presidencial ejecutivo votado por un estrecho margen en un referéndum celebrado en 2017.

Desde entonces, Erdoğan ha centralizado el poder en un palacio de 1,000 habitaciones a las afueras de Ankara, y es desde allí desde donde se han formulado las políticas de Turquía en materia económica, de seguridad y de asuntos internos e internacionales.

Neyran Elden informó desde Estambul, y Henry Austin y Alexander Smith desde Londres.