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Turquía ordena la detención de más de 130 personas implicadas en la construcción de edificios que colapsaron en los sismos

Las autoridades pasan a la acción en medio de la ira de la población por la lentitud de las labores de rescate. Seis días después de la tragedia siguen apareciendo sobrevivientes, aunque la cifra de muertos en Siria y Turquía supera los 30,000.

Seis días después de que dos terremotos devastaran el sureste de Turquía y el norte de Siria, las autoridades turcas pasaron a la acción este domingo en medio de la ira de la población por la lentitud de las labores de rescate, dictando órdenes de detención contra unas 130 personas presuntamente implicadas en la construcción de edificios que se derrumbaron y provocaron la muerte a miles de personas que se encontraban en su interior.

El número de víctimas mortales de los sismos ascendía a 34,878 (29,605 en Turquía y 5,273 en Siria), mientras que los heridos superaban los 80,000 el domingo por la mañana, aunque las cifras seguirán aumentando con el paso de las horas.

Un hombre de 23 años es rescatado seis días después de los sismos en Hatay, Turquía, el 12 de febrero de 2023.
Un hombre de 23 años es rescatado seis días después de los sismos en Hatay, Turquía, el 12 de febrero de 2023.Anadolu Agency vía Getty Images

Mientras las zonas afectadas siguen quejándose por la lentitud de las laboras de rescate, la atención empieza a centrarse en quién tiene la culpa de no haber preparado mejor a la población de una región propensa a sufrir terremotos, incluida la franja norte de Siria que lleva una década sufriendo los estragos de la guerra civil.

Aunque Turquía tiene, sobre el papel, códigos de construcción que cumplen las normas actuales de ingeniería antisísmica, rara vez se aplican, lo que explica por qué miles de edificios se desplomaron sobre un lateral o cayeron sobre los residentes.

El vicepresidente turco, Fuat Oktay, declaró a última hora del sábado que se habían dictado órdenes de detención contra 131 personas sospechosas de ser responsables del desplome de las edificaciones.

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El ministro de Justicia turco, de su lado, ha prometido castigar a todos los responsables, y los fiscales han empezado a recoger muestras de los edificios en busca de pruebas sobre los materiales utilizados en las construcciones. Los sismos fueron muy potentes, pero las víctimas, los expertos y la población de toda Turquía culpan a la mala construcción de agravar la devastación.

Las autoridades detuvieron el domingo en el aeropuerto de Estambul a dos contratistas considerados responsables de la destrucción de varios edificios en Adiyaman, quienes presuntamente se dirigían a Georgia, según informaron la agencia de noticias privada DHA y otros medios locales.

Otras dos personas fueron detenidas en la provincia de Gaziantep sospechosas de haber cortado columnas para crear espacio adicional en un edificio que se derrumbó, informó la agencia estatal Anadolu.

Un día antes, el Ministerio de Justicia turco anunció la creación de varias oficinas de investigación de delitos relacionados con el terremoto. Se encargarán de identificar a contratistas y otros responsables de obras de construcción, reunir pruebas, instruir a expertos como arquitectos, geólogos e ingenieros, y comprobar los permisos de construcción y ocupación.

El viernes, las autoridades detuvieron en el aeropuerto de Estambul a un contratista de obras antes de que pudiera embarcar en un vuelo para salir del país. Participó en la construcción de un edificio de lujo de 12 plantas en la histórica ciudad de Antakya, en la provincia de Hatay, cuyo derrumbe ha dejado un número incalculable de muertos.

Los arrestos podrían ayudar a dirigir la ira pública hacia los constructores y contratistas, desviando la atención de la responsabilidad de los funcionarios locales y estatales que permitieron que estas edificaciones aparentemente deficientes siguieran adelante. El Gobierno del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, ya acechado por una recesión económica galopante y una inflación desbocada, se enfrenta a elecciones parlamentarias y presidenciales en mayo.

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Los sobrevivientes, muchos de los cuales perdieron a sus seres queridos, han dirigido su frustración y su ira también contra las autoridades. Los equipos de rescate se han visto desbordados por los daños generalizados que han afectado a carreteras y aeropuertos, dificultando aún más la carrera contrarreloj para hallar personas con vida entre los escombros.

Erdogan reconoció a principios de semana que la respuesta inicial se ha visto dificultada por los cuantiosos daños. Dijo que la zona más afectada tenía un diámetro de 310 millas y que en ella vivían 13.5 millones de personas. Durante un recorrido el sábado por las ciudades devastadas por los terremotos, el presidente aseguró que un desastre de este alcance no ocurre con frecuencia, y volvió a referirse a él como el “desastre del siglo.”

Los equipos de rescate, incluidos los de otros países, siguen inspeccionando los escombros con la esperanza de encontrar más sobrevivientes que aún pudieran vencer las cada vez más largas probabilidades. Usan cámaras térmicas para sondear los montones de hormigón y metal en medio de un silencio sepulcral para poder oír las voces de los atrapados.

Dos hermanas fueron sacadas de entre los escombros el domingo en la ciudad de Adiyaman, 153 horas después de la tragedia, según la televisión HaberTurk, que también retransmitió en directo el rescate de un niño de seis años donde estaba de su casa en Adiyaman. El menor fue envuelto en una manta térmica y metido en una ambulancia. La persona que le rescató, exhausta, se quitó la mascarilla quirúrgica y respiró hondo, mientras un grupo de mujeres lloraba de alegría.

El ministro de Sanidad turco, Fahrettin Koca, publicó un video de una niña con un jersey azul marino que había sido salvada. “Buenas noticias en la hora 150. Rescatada hace un rato. Siempre hay esperanza”, escribió en la red social Twitter.

Los esfuerzos de un equipo de rescatistas italianos y turcos también dieron sus frutos cuando sacaron a un hombre de 35 años de entre los escombros en la ciudad de Antakya, duramente golpeada. El hombre, Mustafa Sarigul, parecía ileso mientras era trasladado en camilla a una ambulancia, informó la televisión privada NTV.

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Durante la noche, un niño también fue recuperado en la ciudad de Nizip, cerca de Gaziantep, informó la agencia estatal Anadolu, mientras que una mujer de 32 años fue rescatada de las ruinas de un edificio de ocho pisos en la ciudad de Antakya. La mujer, una profesora llamada Meltem, pidió té nada más salir, según NTV.

En Kahramanmaras, cerca del epicentro del primer sismo de 7.8 grados que sacudió la ciudad en la madrugada del lunes, los esfuerzos se concentraban en llegar a un sobreviviente detectado por perros rastreadores bajo un edificio de siete plantas ahora derrumbado, informó NTV.

Sin embargo, las personas encontradas con vida seguían siendo la rara excepción.

El sábado se estaba construyendo un gran cementerio improvisado en las afueras de Antakya. Excavadoras cavaban fosas en el campo mientras llegaban continuamente camiones y ambulancias cargados con bolsas negras para cadáveres. Los cientos de tumbas, apenas separadas las unas de las otras, estaban señalizadas con simples tablones de madera colocados verticalmente en el suelo.

La situación al otro lado de la frontera, en Siria, es menos clara. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el número total de muertos asciende a 5,273.