IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

"Ni se te ocurra decir que te pegué": una mexicana enfrenta castigo de 100 latigazos en Catar tras denunciar a su agresor

Paola Schietekat dice que su atacante la dejó en el suelo casi inconsciente y ella no quiso callarlo. De trabajar en la organización del Mundial 2022, algo para lo que se preparó desde niña, pasó a enfrentar una pena de hasta siete años de cárcel y un brutal castigo físico.

La mexicana Paola Schietekat, una profesional musulmana que se especializó en Políticas Públicas y ha vivido en el Medio Oriente desde los 19 años, no se amilana ante las dificultades. Ser mujer en los países árabes de esa región es un reto constante, pero nada la había preparado para lo que vivió el año pasado. 

“Estaba dormida y, cuando escucho un ruido en la cocina, voy a revisar y lo veo. En pánico, agarro el celular y comienzo a marcar al número de emergencias, mientras él me dice que me está haciendo una sorpresa. Luego se me abalanzó y forcejeamos un poco hasta que me empezó a pegar muy duro. Recuerdo que terminé con moretones en las costillas, la espalda, el hombro y toda la parte izquierda del cuerpo. Estuve como 10 minutos inmóvil, no podía creer lo que me había pasado”, recuerda con tristeza en conversación con Noticias Telemundo.

El agresor –un hombre de nacionalidad colombiana residente en Doha, Catar– la dejó tirada en el suelo y al borde de la inconsciencia. Al abrir la puerta con furia volvió a golpearla en la cabeza y, antes de salir, le gritó: "Y ni se te ocurra decirle a nadie que te pegué".

Era el 6 de junio de 2021 y, aparte del trauma físico y psicológico que sufrió, era el comienzo de un infierno legal que la ha llevado a un juicio en el que podría ser sentenciada a una pena de hasta siete años en prisión y 100 latigazos.

Paola Schietekat durante su trabajo con el Supreme Committee for Delivery and Legacy, en Doha, Catar.
Paola Schietekat durante su trabajo con el Supreme Committee for Delivery and Legacy, en Doha, Catar.Paola Schietekat

“Mi agresor mintió diciendo que teníamos una relación y, aunque yo tenía las pruebas forenses de los golpes y todo, le creyeron a él y nos aplicaron el delito de fornicación en una relación extramarital por lo que podríamos estar en la cárcel hasta siete años. Pero, como soy musulmana, además me pueden dar 100 latigazos. Es una locura”, comenta con desaliento desde su casa en Ciudad de México.

Schietekat, quien es sobreviviente de abuso sexual porque a los 16 años fue golpeada y violada por su primer novio en México, no dudó al momento de tomar acciones luego del ataque físico que sufrió en Doha. Al día siguiente, acudió a poner la denuncia ante las autoridades cataríes y dice que se quedó en shock cuando, rodeada de hombres árabes, le exigieron una prueba de virginidad.

"'Muéstranos que tienes himen', me dijeron para demostrar que no tenía una relación con él. Era una humillación muy fuerte", asevera.

Una monarquía conservadora

Schietekat tenía 5 años cuando hizo su primera presentación de ballet. Luego de danzar con sus compañeras, en medio de tules y gráciles piruetas, le dieron un ramo de flores que ella miró con sorpresa. Se los entregó a sus padres que la observaban con ternura. “Ya acabé, ya cumplí. Quiero que me metan a fútbol”, recuerda que les dijo.

Fue el inicio de una pasión que siempre la acompaña porque el fútbol se convirtió en su deporte favorito y, a sus 28 años, todavía suele jugar como mediocampista lateral. “Lo bueno que yo tenía es que podía tirar con las dos piernas, entonces siempre me ponían del lado izquierdo porque no me daba miedo patear desde ahí”, dice con una sonrisa. 

En muchos aspectos, la experiencia en Doha había sido extraordinaria para Schietekat. Estaba poniendo en práctica sus conocimientos profesionales como economista conductual en el Supreme Committee for Delivery and Legacy, entidad creada por el Estado catarí para la organización de la Copa Mundial de la FIFA 2022, así que unía su interés por las políticas públicas y los países árabes con la pasión que siente por el fútbol. 

"Siempre quise hacer economía conductual durante la organización de un Mundial, me había preparado toda la vida para un momento así. Y, de repente, me robaron mi sueño", advierte con exasperación.

Catar es uno de los países más conservadores del mundo, donde las relaciones sexuales y el parto por fuera del matrimonio se castigan con penas de cárcel y otras sanciones, incluso físicas.

Desde que, en 2010, la FIFA anunció que el país árabe sería la sede del máximo evento deportivo, las organizaciones de derechos humanos y los grupos de defensa de las minorías denunciaron las leyes arcaicas y las terribles sanciones que siguen vigentes.

[“Se creen dueños de su vida porque han pagado por ella”: detienen a niña mexicana que huyó de un matrimonio forzado]

En diciembre pasado, Nasser Al Khater, presidente del Comité Organizador del Mundial de Fútbol de Qatar afirmó que las personas LGBTQ+ que visiten el país para asistir a los partidos no deben sentirse inseguras ni amenazadas, pero espera que "no realicen en público muestras de afecto y respeten la cultura local".

El código penal de ese país establece que el acto de provocar o seducir a un varón a cometer actos de "sodomía e inmoralidad" está castigado con tres años de cárcel. Además, los contenidos de la comunidad sexodiversa son censurados en los medios internacionales.

En enero de 2020, la monarquía musulmana implementó una ley que penaliza la emisión o publicación de "información tendenciosa" con hasta cinco años de cárcel y multas de más de 25,000 dólares. Organizaciones como Amnistía Internacional dijeron que esa medida era un intento por acallar las críticas sobre las denuncias de violaciones de los derechos y de las libertades.

La tutela masculina

En el caso de los derechos de las mujeres, Catar resalta por tener grandes restricciones para sus libertades y participación en asuntos de la vida pública.

Según datos de la ONU, para febrero del año pasado, solo 9.8% de los escaños parlamentarios eran ocupados por mujeres, además, adultas y jóvenes de más de 15 años dedican un 8.2% de su tiempo en tareas domésticas y cuidados, en comparación con un 2.2% de los hombres. Pero, a nivel internacional, uno de los aspectos que más críticas genera es el sistema de tutela masculina.

Paola Schietekat en uno de los estadios que albergarán juegos de la Copa Mundial de la FIFA 2022, en Catar.
Paola Schietekat en uno de los estadios que albergarán juegos de la Copa Mundial de la FIFA 2022, en Catar.Paola Schietekat

"Las mujeres cataríes son ciudadanas de segunda clase en su propio país. Tienen que vivir bajo lo que se conoce como leyes y políticas de tutela masculina. Esto significa que, para tomar una serie de decisiones sobre sus vidas, necesitan el permiso de su guardián masculino antes de poder realizar esas actividades", explica Rothna Begum, investigadora sénior sobre derechos de la mujer de Human Rights Watch (HRW).

El año pasado, Begum lideró el equipo de HRW que publicó el informe titulado Everything I Have to Do is Tied to a Man: Women and Qatar’s Male Guardianship Rules (Todo lo que tenga que hacer está ligado a un hombre: las mujeres y las normas de tutela masculina en Catar), donde se detallan las diversas restricciones y abusos que sufren las mujeres en Catar.

Las mujeres cataríes son ciudadanas de segunda clase en su propio país"

Rothna Begum Human rights watch

Según la experta, las mujeres necesitan el permiso de su guardián masculino —que puede ser su padre, su hermano, su tío o su esposo— para tomar decisiones totalmente personales como viajar al extranjero, estudiar, casarse, trabajar, solicitar el carnet de conducir y someterse a tratamientos médicos (lo que incluye la salud reproductiva), entre otras cosas.

Además, las mujeres extranjeras que dependen de sus esposos o padres como patrocinadores de sus visas también están sometidas a controles similares. El sexo extramarital está tipificado como delito en el código penal con penas de hasta siete años de cárcel y, si se trata de personas musulmanas, puede incluir 100 latigazos. En el caso de los adulterios, se puede sancionar con la lapidación.

[“Peor que a sus animales”. Estas son las prohibiciones y maltratos a las mujeres que imponen los talibanes en Afganistán]

La dureza de esas medidas incluso ha afectado a personas que se encuentran de paso en el país, como fue el caso de 18 mujeres que en octubre de 2021 fueron sometidas a exámenes ginecológicos forzados en el aeropuerto de Doha, tras el descubrimiento de un bebé recién nacido abandonado. Esa acción generó un incidente diplomático con el gobierno de Australia que reclamó duramente porque 13 ciudadanas de ese país fueron afectadas por la medida.

Paola Schietekat en la Universidad de Oxford.
Paola Schietekat en la Universidad de Oxford.Paola Schietekat

"El caso de Paola reúne una serie de irregularidades porque fue interrogada en árabe, sin traductores adecuados, además la pusieron frente a frente con el agresor, y le creyeron a él, así que le formularon cargos. Ni siquiera hicieron una investigación formal para corroborar los hechos y ella es una mujer extranjera residente en el país que este año organiza el Mundial. Es muy preocupante", afirma Begum, en una entrevista con Noticias Telemundo.

Schietekat dice que ha vivido una experiencia surrealista en los últimos meses, aunque debido a las múltiples fallas de su proceso legal logró salir de Catar con la ayuda de HRW y el Supreme Committee for Delivery and Legacy. En México no tiene paz sabiendo que el juicio continúa. Además, su agresor también salió del país.

Desde los duros interrogatorios machistas, pasando por las burlas de un fiscal que le preguntó '¿cuánto vale tu libertad?' y el falso testimonio de un policía que afirmaba, sin conocerla, que tenía una relación con su atacante, hasta la deficiente atención del cuerpo diplomático mexicano que, en sus palabras, no está preparado para atender casos como el suyo y no representó sus intereses.

Lo peor sería ser condenada y no poder regresar al Medio Oriente porque tendría una medida en mi contra. Eso acabaría con mi futuro profesional ".

Paola Schietekat

"No hay un protocolo de protección a víctimas de violencia con perspectiva de género en el Servicio Exterior Mexicano. Como medida de seguridad, el cónsul solo me dijo que cerrara bien la puerta y me recomendó ir hasta las últimas instancias, sin conocer las leyes del país, por eso enfrento esta sentencia tan grave", dice mientras recuerda que un abogado incluso le sugirió que se casara con el atacante porque eso "facilitaría las cosas".

En un comunicado enviado a Noticias Telemundo, la FIFA anunció que "está al tanto de la situación que involucra a Schietekat y para la FIFA es de suma importancia que, como sobreviviente de abuso, reciba toda la atención y la asistencia adecuadas".

Además, el máximo órgano rector del fútbol asevera que conocen de cerca el apoyo brindado por el Supreme Committee for Delivery and Legacy y dicen que están en contacto con sus homólogos en Catar. "La FIFA seguirá de cerca este asunto", afirma Thayssa Plum, vocera de esa organización.

En la noche del 17 de febrero, la cancillería mexicana emitió una tarjeta informativa sobre el caso que, entre otras cosas, detallaba las gestiones que el Gobierno mexicano hizo en Catar y aseguraba que existe un "protocolo de atención consular para personas víctimas de violencia basada en el género y su Caja de Herramientas, un instrumento que proporciona estándares para homologar la actuación de las y los funcionarios de las áreas de protección de las representaciones de México".

Al respecto, Schietekat puntualizó que, según su experiencia, el consul mexicano nunca la asesoró ni buscó consejo legal para advertir que su denuncia podía usarse en su contra, además, no le ofrecieron servicios de traducción sino hasta tres horas después de intensos interrogatorios y, en ese momento, solo la pusieron en contacto con una traductora, vía telefónica.

Este viernes 18 de febrero, 257 días después de su agresión física y cuando ya su historia daba la vuelta en titulares por el mundo, el canciller mexicano Marcelo Ebrard decidió reunirse con ella y poner a su disposición los servicios del consultor jurídico de la cancillería.

"Nuestro mejor abogado se hará cargo de defenderla y de que sean respetados todos sus derechos como ciudadana mexicana", anunció Ebrard en su cuenta de Twitter.

Por ahora, Schietekat espera los resultados de su próxima audiencia que está planificada para el 6 de marzo. Tiene esperanzas de que la cancillería mexicana envíe una querella al Ministerio del Interior de Catar con el fin de resolver el caso.

"Lo peor sería ser condenada y no poder regresar al Medio Oriente porque tendría una medida en mi contra. Eso acabaría con mi futuro profesional porque quiero volver y seguir ejerciendo en esos países. La verdad, no quiero pensar en eso", concluye con ese miedo.