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“No sacamos a todos los que queríamos sacar”. Más de 100 estadounidenses quedan varados en Afganistán tras la retirada militar

Querían salir del país, y les esperaron hasta el último minuto en el aeropuerto, pero no pudieron llegar a tiempo. ¿Y ahora qué? "No nos hacemos ilusiones de que nada de esto vaya a ser fácil o rápido", dice el Pentágono.

Por Lolita C. Baldor y Matthew Lee - The Associated Press

Más de un centenar de ciudadanos estadounidenses y miles de afganos desesperados no pudieron abandonar Afganistán antes de que Estados Unidos pusiera fin a 20 años de guerra con el despegue de sus últimos aviones militares, y ahora deben confiar en que los talibanes les dejen salir.

"Creemos que todavía hay un pequeño número de estadounidenses, por debajo de 200 y probablemente más cerca de 100, que permanecen en Afganistán y quieren irse. Estamos tratando de determinar exactamente cuántos" son, explicó este lunes por la noche el secretario de Estado, Anthony Blinken, en una rueda de prensa.

Blinken dijo que el Gobierno de Joe Biden seguirá tratando de evacuar a los estadounidenses y afganos, y trabajará con los países vecinos de Afganistán para garantizar su salida por tierra o en vuelos chárter una vez que se reabra el aeropuerto de Kabul, ahora en manos de los talibanes.

 

 

"Continuaremos con nuestros incesantes esfuerzos para ayudar a los estadounidenses, a los extranjeros y a los afganos a salir de Afganistán si así lo deciden. Nuestro compromiso con ellos no tiene fecha límite", señaló.

Pero "no nos hacemos ilusiones de que nada de esto vaya a ser fácil o rápido", subrayó.

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Poco después de que el Pentágono anunciara que el repliegue militar había sido completado, Blinken dijo que la embajada de Estados Unidos en Kabul permanecerá cerrada y vacante en el futuro inmediato. Los diplomáticos estadounidenses tendrán su base en Doha, la capital de Qatar.

El general Frank McKenzie, jefe del Mando Central, dijo a los periodistas que pudieron evacuar a 1,500 afganos durante las últimas horas de la misión. Pero ahora corresponderá al Departamento de Estado, en colaboración con los talibanes, concretar la salida de más personas.

 

 

McKenzie dijo que no quedan ciudadanos varados en el aeropuerto y que el Pentágono mantuvo su capacidad para sacar a los estadounidenses hasta justo antes del final, pero "ninguno llegó al aeropuerto".

"Hay mucha angustia asociada a esta salida", afirmó, "no hemos sacado a todos los que queríamos sacar. Pero creo que si nos hubiéramos quedado otros 10 días no habríamos sacado a todos los que queríamos sacar".

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La amenaza terrorista sigue siendo un problema importante en Afganistán, con al menos 2,000 miembros del grupo Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en el país, incluidos muchos liberados de las cárceles cuando los talibanes se hicieron con el control.

 

 

Para subrayar las continuas amenazas a la seguridad, los sistemas de armamento usados para contrarrestar los cohetes del ISIS lanzados hacia el aeropuerto se mantuvieron operativos hasta "el último minuto", cuando salieron los últimos aviones militares estadounidenses.

Una de las últimas cosas que hicieron las tropas estadounidenses fue inutilizar el llamado sistema C-RAMS (Counter Rocket, Artillery and Mortar System, por sus siglas en inglés).

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McKenzie dijo que "desmilitarizaron" el sistema para que no pueda volver a utilizarse. Los funcionarios afirmaron que las tropas no volaron el equipo para asegurarse de que el aeropuerto está en condiciones de ser utilizado para futuros vuelos, una vez que éstos se reanuden.

Además, el general dijo que Estados Unidos también inutilizó 27 vehículos humvees y 73 aviones para que no puedan volver a ser usados.

McKenzie garantizó que Estados Unidos mantiene "una abrumadora potencia aérea estadounidense" para hacer frente a amenazas del ISIS.