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Madres mexicanas siguen buscando a sus desaparecidos y resaltan diferencias con el caso de los estadounidenses secuestrados

“Llevamos años buscando y no nos ayudan”, denuncian. Según ellas, el Gobierno no ha actuado con la misma rapidez que en días recientes. Datos de la Comisión Nacional de Búsqueda de México indican que más de 14,000 personas desaparecieron en 2022: 27 al día.

Por Albinson Linares - Noticias Telemundo; Suzanne Gamboa y Carmen Sesin - NBC News

CIUDAD DE MÉXICO.— Mientras el FBI y la Guardia Nacional mexicana se afanaban por encontrar a los cuatro estadounidenses secuestrados, María Isabel Cruz Bernal ha pasado años buscando a su hijo desaparecido con la ayuda de familiares y amigos.

Reyes Yosimar García Cruz desapareció en 2017 en el estado de Sinaloa, pero la investigación se estancó hace dos años. Así que desde el amanecer hasta el anochecer, en desiertos, campos y fosas clandestinas, busca a su hijo... o sus restos. García Cruz tenía 28 años cuando desapareció.

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"Me da mucha tristeza que esos estadounidenses fueron secuestrados, y a dos los mataron. Pero el Gobierno de México los encontró rápido, vivos y muertos, pero los encontró. Nosotros llevamos años buscando y no nos ayudan", dijo Cruz Bernal.

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Familiares conmemoraban el aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el 26 de septiembre de 2022, en Ciudad de México. Luis Barron / Future Publishing via Getty Images

Según datos de la Comisión Nacional de Búsqueda de México, más de 14,000 personas desaparecieron en el país el año pasado, al menos 27 personas cada día. En mayo de 2022, el país superó la cifra de más de 100,000 desaparecidos.

"Sentimos que es una burla porque no hay investigación, no hay búsquedas, no hay garantías de que nuestra familia va a regresar", dijo. "Los años pasan y nos estamos muriendo con la esperanza de encontrar a nuestros seres queridos. Este Gobierno no está cumpliendo lo que prometió".

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El secuestro de los cuatro ciudadanos estadounidenses, perpetrado el pasado viernes a la vista de muchos transeúntes, suscitó una fuerte condena del presidente de México y la promesa de una investigación exhaustiva. Tras una búsqueda e investigación conjunta entre Estados Unidos y México, las personas fueron localizadas el martes. Dos estaban muertas y las otras fueron trasladadas a Estados Unidos.

Para la mayoría de los mexicanos, no existe una búsqueda o investigación rápida y con un gran despliegue de recursos de sus seres queridos que han sido secuestrados o que están desaparecidos. Y, en muchos casos, no se sabe si los desaparecidos están vivos o muertos.

Ricardo Ainslie, profesor de la Universidad de Texas en Austin y director de Ya Basta! Kidnapped in Mexico, un documental de 2007 , dijo que la "rápida" resolución del secuestro es bastante inusual.

"En México, hay personas que no han sido encontradas durante años y que siguen desaparecidas. La gente no sabe qué les pasó. Se llevan a la gente de la calle, como se ve en el video. Una camioneta se detiene. Se los lleva un pistolero armado y no vuelven a aparecer", explica.

A Cruz Bernal la ayudan otras personas que pertenecen a Sabuesos Guerreras, una asociación que fundó en Sinaloa y que se dedica a rastrear los restos de desaparecidos.

"Los mexicanos viven con miedo"

"Hay mucha violencia armada en Estados Unidos que no se denuncia. Y mucha violencia con armas de fuego que no se denuncia en México, o no hay enjuiciamiento o castigo", dijo Andrew Rudman, director del Instituto México en el Wilson Center, un centro de investigación académica con sede en Washington, D.C. "El problema va mucho más allá de lo sucedido el pasado viernes. En cierto modo muestra lo grande que es el problema".

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México lleva décadas luchando contra la violencia. El presidente Felipe Calderón, que gobernó entre 2006 y 2012, declaró una guerra agresiva a los cárteles de la droga y desplegó tropas por todo el país.

Calderón contó con el apoyo de la Iniciativa Mérida, un acuerdo de seguridad entre Estados Unidos y México. También lanzó en Ciudad Juárez el programa Todos Somos, como una respuesta a la delincuencia que imperaba en esa ciudad que tenía algunos de los índices de violencia más altos del país, y realizó inversiones masivas en las infraestructuras de la ciudad en múltiples ámbitos. Eso contribuyó a reducir las cifras de delincuencia en la región, afirma Ainslie.

Pero el enfoque de Calderón ha sido criticado por desatar más violencia, a medida que proliferaban bandas de narcotraficantes más pequeñas. El actual presidente de México, Andrés Manuel Lopéz Obrador, adoptó una estrategia diferente.

"Desde que López Obrador llegó al poder, su política ha sido abrazos, no balazos", dijo Rudman. Además de esa política, el mandatario prometió darle prioridad a la creación de empleo y a las oportunidades de trabajo, creyendo que eso evitaría que la gente se uniera a las bandas o se dedicara a las actividades delictivas.

Sin embargo, la estrategia de López Obrador también ha sido criticada.

"Creo que, conceptualmente, la idea de que hay que crear alternativas al trabajo con las bandas tiene sentido a largo plazo, pero no resuelve el problema", dijo Rudman.

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López Obrador sustituyó a la policía federal por una guardia nacional dirigida por civiles. En medio de la gran violencia actual, en gran parte perpetrada por los cárteles y las bandas, en septiembre puso a la guardia bajo control militar.

"En algunas partes del país, los mexicanos viven con miedo: miedo de estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado, de ser transeúntes inocentes. Aunque no hayan apoyado las políticas de seguridad del pasado, no creo que estén viendo el tipo de cambio que López Obrador prometió o que estaban buscando", dijo Rudman.

"La gente baja la cabeza"

Lo que ha sorprendido a muchas personas en Estados Unidos que han visto el video del secuestro de los estadounidenses es que había otras personas y autos mientras se producía la violencia, pero nadie parece movilizarse tras el secuestro. Ainslie afirmó que esto demuestra el impacto que tiene en las comunidades el hecho de que la violencia se convierta en algo habitual. Es lo que veía en Juárez en 2010.

"Cuando la violencia alcanza un nivel que la hace cada vez más presente, la gente baja la cabeza", afirma. "Se dan cuenta de que es peligroso hablar mucho y saber mucho".

En México, las mujeres suelen ser los familiares que más se dedican a las búsquedas. Lo dejan todo para entregarse a la preservación de los recuerdos y a la localización de restos, huesos, cuerpos o cualquier cosa que las acerque un poco más a saber el paradero de sus seres queridos.

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"Las mujeres hemos tenido que salir a buscar a nuestra gente perdida porque el Estado no lo hace, ni los gobiernos estatales, y tampoco el federal hacen lo necesario. No nos han dejado de otra, hemos subsidiado su trabajo y ni siquiera nos acompañan", dijo Grace Fernández, integrante de Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México, quien también tiene un familiar desaparecido. 

"Lamentamos mucho lo que les pasó a los estadounidenses en México. Nadie se merece algo así, pero en este país esa situación ocurre todos los días. Todos los días desaparece gente", dijo.

Las buscadoras, en el punto de mira

Los colectivos de madres buscadoras dicen que buscan tesoros, y evitan hablar de cadáveres o muertos. Suelen recibir amenazas de muerte que las obligan a marcharse de sus casas y regiones pero, en 2021, Aranza Ramos fue asesinada en Sonora mientras buscaba a su marido. Ese mismo año, el activista Javier Barajas Piña fue asesinado a tiros en el estado de Guanajuato, el más violento de México.

En 2022, asesinaron a Esmeralda Gallardo y a Rosario Rodríguez Barraza, quienes también eran buscadoras y activistas por los desaparecidos. 

“Nos siguen asesinando a las buscadoras, a las que buscamos a nuestros desaparecidos”, dice Cruz Bernal con tristeza. Pero se le ilumina el rostro al recordar que Sabuesos Guerreras, la organización que fundó hace cuatro años, ya agrupa a 850 mujeres y tres hombres que han localizado más de 480 cuerpos y 19,000 fragmentos calcinados, además de 70 personas con vida.  

Sin embargo, es un consuelo pasajero.

"Este vacío no se llena ni un poco. Lo que quiero es que nuestra familia no siga sufriendo y padeciendo, porque lo que me pasó a mí", dijo Cruz Bernal, "no se lo deseo a nadie".

Albinson Linares reportó desde la Ciudad de México, Suzanne Gamboa desde San Antonio y Carmen Sesin desde Miami.