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Lula vence a Bolsonaro en una reñida segunda vuelta y gana la elección presidencial en Brasil

En una tensa contienda marcada por las denuncias del partido de Lula, de que no permitían a sus seguidores transitar por las carreteras para llegar a las urnas, la izquierda se impuso con el 50.9% de los votos frente al 49.1% del actual presidente y volverá a gobernar Brasil por tercera vez. Más de 124 millones de personas participaron.

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se ha alzado con el triunfo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil este domingo, en una jornada sumamente reñida que inició con el actual presidente, Jair Bolsonaro, liderando y que vio al candidato de la izquierda arrebatar la delantera al de extrema derecha.

Con el 99.9% del voto escrutado, Lula obtuvo el 50.9% de las preferencias, una diferencia de casi dos puntos frente a Bolsonaro, que logró el 49.1%.

"Democracia", se limitó a escribir Lula en su cuenta de la red social Twitter con una foto de la bandera brasileña, luego de que el Tribunal Superior Electoral confirmara su victoria el domingo por la noche. Es la primera vez en la historia de ese país que un expresidente vuelve al poder.

En su primer discurso como presidente electo, Lula, quien asumirá el cargo en enero, aseguró que su principal prioridad será acabar con el hambre en Brasil y reducir la pobreza, como lo hizo durante sus primeros dos mandatos entre 2003 y 2010.

“Nuestro compromiso más urgente es acabar con el hambre otra vez”, declaró desde Sao Paolo. “No podemos aceptar como normal que millones de personas no tengan que comer o que consuman menos de las calorías que necesitan”, agregó el líder del Partido de los Trabajadores.

El líder progresista afirmó que es inconcebible que un país como Brasil, que es una de las mayores potencias agropecuarias del mundo, el tercer mayor productor de alimentos y el primero de proteínas animales, no “pueda garantizar que todos los brasileños tengan diariamente un desayuno, un almuerzo y una cena”.

Luiz Inácio Lula Da Silva habla tras su victoria en las elecciones presidenciales de Brasil, el 30 de octubre de 2022.
Luiz Inácio Lula Da Silva habla tras su victoria en las elecciones presidenciales de Brasil, el 30 de octubre de 2022.Alexandre Schneider / Getty Images

Lula admitió que tendrá que gobernar en una situación muy difícil, dada la coyuntura económica negativa, pero dijo esperar encontrar una salida con la ayuda de la población.

“Brasil no puede más convivir con ese muro de concreto y desigualdad que separa al país en partes que no se reconocen. El país necesita reconocerse y reencontrase consigo mismo”, dijo al prometer gobernar para todos los brasileños. "No existen dos Brasiles".

Sobre el ámbito internacional, Lula prometió afianzar las alianzas de Brasil con Estados Unidos y Europa, pero con nuevas bases que le permitan a Brasil desempeñar un papel más allá del "eterno exportador de materias primas"; así como promover una reforma al Consejo de Seguridad de la ONU.

Una jornada histórica

El día de la segunda vuelta transcurrió en medio de las denuncias del Partido de los Trabajadores de Lula, de que la Policía Federal de Carreteras estaba bloquendo los caminos en algunas zonas del país que favorecían al candidato de izquierda para dificultar el voto allí. Sin embargo, el presidente del Tribunal Superior Electoral, Alexandre de Moraes, aseguró que esos cortes no impidieron a la ciudadanía ejercer su derecho cívico y descartó ampliar el horario de votación.

Estas elecciones decidían si la cuarta democracia más grande del mundo mantenía su rumbo de política de ultraderecha o devolvía a un izquierdista al Gobierno. Había dudas sobre el hecho de si Bolsonaro aceptaría o no una derrota.

Lula da Silva saluda a sus partidarios tras votar en Sao Bernardo do Campo, Brasil, el 30 de octubre de 2022.
Lula da Silva saluda a sus partidarios tras votar en Sao Bernardo do Campo, Brasil, el 30 de octubre de 2022.Rodrigo Paiva / Getty Images

Bolsonaro –quien lideraba por más de tres puntos porcentuales al cierre de las urnas y fue perdiendo terreno progresivamente al paso de las horas– estuvo de primero en la fila para votar en un complejo militar en Río de Janeiro, vestido con su camisa verde y amarilla, los colores de la bandera nacional, como lo ha hecho en sus concentraciones de campaña, reportó la agencia de noticias The Associated Press.

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“Espero la victoria por el bien de Brasil”, expresó a reporteros después. “Si Dios quiere, seremos victoriosos hoy. En realidad, Brasil será victorioso hoy”.

En Brasilia, los centro de votación ya estaban llenos en la mañana. En uno de ellos, Luiz Carlos Gomes, un funcionario público retirado, dijo que estaba decidido por Lula.

“Es el mejor para los pobres, especialmente en el campo”, expresó Gomes, de 65 años y de la región de Maranhao en el noreste. “Antes de él, estábamos todos muriéndonos de hambre”.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tras votar en Río de Janeiro, el 30 de octubre de 2022.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tras votar en Río de Janeiro, el 30 de octubre de 2022.Bruna Prado / AP

Más de 124 millones de brasileños participaron en los comicios, según las autoridades electorales del país. En virtud de que el voto se hace de forma electrónica, el resultado estuvo disponible en cuestión de horas después sel cierre de urnas por la tarde.

Las reacciones internacionales al triunfo de Lula no se hicieron esperar. Los presidentes de Estados Unidos, México, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Colombia, Argentina, Cuba, Chile, Bolivia, Venezuela, Perú, República Dominicana, Uruguay, España y Francia, entre otros extendieron sus congratulaciones.

“Envío mis felicitaciones a Luis Inácio Lula da Silva en su elección para ser el próximo presidente de Brasil en estas elecciones libres, justas y fiables. Espero que trabajemos juntos para continuar la cooperación de los dos países en los próximos meses y años”, afirmó Joe Biden en un mensaje difundido por la Casa Blanca.

"Elegiremos qué tipo de Brasil queremos"

Durante meses, pareció que Lula se encaminaba a una victoria fácil impulsada por la nostalgia por sus mandatos, cuando la economía brasileña crecía y los programas sociales sacaron a decenas de millones de personas de la pobreza.

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Pero en las elecciones de primera ronda el 2 de octubre, Lula fue el más votado de los 11 candidatos con un 48% de los sufragios, mientras que Bolsonaro fue segundo con un 43%, lo que mostraba que las encuestas habían subestimado de forma considerable la popularidad del presidente. Muchos brasileños ven con buenos ojos la defensa de los valores sociales conservadores que ha hecho Bolsonaro, y el mandatario ha ganado apoyos con un gran gasto social.

Un hombre acude a votar en las elecciones presidenciales de Brasil, el 30 de octubre de 2022.
Un hombre acude a votar en las elecciones presidenciales de Brasil, el 30 de octubre de 2022.Andre Penner / AP

Lula votó el domingo en Sao Bernardo do Campo, en las afueras de Sao Paulo, donde vivió durante décadas y comenzó su carrera política como líder sindical. Iba vestido de blanco, como solía hacerlo durante la campaña, en vez del rojo que es el color de su partido.

“Hoy elegiremos qué tipo de Brasil queremos, cómo queremos que se organice nuestra sociedad. El pueblo decidirá qué tipo de vida quiere”, dijo Lula a los reporteros. “Es por eso que este es el día más importante de mi vida. Estoy convencido de que los brasileños optarán durante el plan bajo el cual gane la democracia”.

En Brasil, los candidatos que lideran la primera vuelta tienden a ganar en segunda. Pero el politólogo Rodrigo Prando señaló que esta campaña es tan atípica que no se puede descartar un triunfo de Bolsonaro. El presidente consiguió el apoyo de los gobernadores de los tres estados más poblados y varios aliados suyos lograron grandes victorias en votaciones al Congreso.

“Políticamente, Bolsonaro es más fuerte de lo que se imaginaba”, dijo Prando, profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie en Sao Paulo. “Matemáticamente, Lula está en cabeza”.

También se elige a los gobernadores de doce estados, incluidos el más poblado, Sao Paulo, así como Amazonas y Bahía, en el nordeste.

El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, tras votar en la segunda vuelta en Sao Paulo, el 30 de octubre de 2022.
El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, tras votar en la segunda vuelta en Sao Paulo, el 30 de octubre de 2022.Andre Penner / AP

Más de 150 millones de brasileños pueden votar, aunque el 20% del electorado se abstuvo en primera ronda. La Corte Suprema emitió un fallo que permite a las capitales estatales proporcionar transporte público gratuito el día de las elecciones, y tanto Lula como Bolsonaro han hecho esfuerzos por impulsar la participación.

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Aun así, hubo múltiples reportes de obstáculos viales. El diario Folha de S.Paulo reportó que la policía vial detuvo a más de 500 autobuses antes de las 12:35 pm, citando documentos y datos internos, un aumento de 70% con respecto a la primera ronda.

Una mujer muestra su apoyo a la candidatura presidencial de Lula da Silva en Río de Janeiro, Brasil, el 30 de octubre de 2022.
Una mujer muestra su apoyo a la candidatura presidencial de Lula da Silva en Río de Janeiro, Brasil, el 30 de octubre de 2022.Mauro Horita / Getty Images

El presidente de la autoridad electoral ordenó a la policía cesar ese tipo de acciones y exigió explicaciones al jefe policial. El Partido de los Trabajadores introdujo un pedido del arresto del funcionario.

Human Rights Watch se expresó “sumamente consternado” sobre los reportes de las detenciones viales y confusiones en las carreteras públicas.

Los candidatos han hecho pocas propuestas para el futuro del país más allá de afirmar que mantendrán un gran programa de subvenciones para los pobres, pese al escaso margen fiscal. Han cruzado críticas y lanzado campañas de desprestigio en internet, aunque los ataques procedentes del bando de Bolsonaro son considerablemente más numerosos.

Sus cuatro años en el cargo se han visto marcados por un abierto conservadurismo y la defensa de valores tradicionales cristianos. Afirmó sin pruebas que el regreso de Lula al poder conllevaría comunismo, legalización de drogas, abortos y la persecución de iglesias.

“Voy a votar por Bolsonaro porque creo en su proyecto, y creo en la amada patria brasileña, que es lo que él apoya: familia, Dios y patria”, declaró Helena Alves, una jubilada de 53 años en Brasilia. “Tuvo muy poco tiempo para gobernar porque hubo dos años de pandemia”.

Lula se centró en la criticada gestión de Bolsonaro de la pandemia del COVID-19 y dijo que el presidente no cuidó de los más necesitados. También describió a Bolsonaro como un enemigo de la selva amazónica, ya que quitó poder a las autoridades ambientales y su mandato coincidió con un aumento de la deforestación.

En sus videos de campaña, Lula también criticó a Bolsonaro por una estrategia que desvió miles de millones a legisladores para sus proyectos personales a cambio de apoyo político. Se conoce como el “presupuesto secreto” debido a la falta de transparencia sobre el destino final del dinero, y Lula dijo que había mermado los fondos para gastos sociales importantes.

Pero para muchos, el historial del Partido de los Trabajadores de Lula es igual de indeseable. Una amplia investigación reveló la implicación del partido en enormes escándalos de corrupción que implicaban a ejecutivos y políticos de primer nivel.

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El propio Lula estuvo 19 meses en prisión por corrupción y lavado de dinero. La Corte Suprema anuló su condena en 2019 con el argumento de que el juez no había sido imparcial y conspiró con la fiscalía. Eso no impidió a Bolsonaro recordar las condenas a los votantes. Un posible regreso de Lula sería como dejar que un ladrón regresara a la escena del crimen, advirtió el mandatario.

La enorme movilización digital del presidente se hizo evidente en los últimos días cuando su campaña introdujo nuevas –y no demostradas– acusaciones de posible manipulación electoral. Eso reavivó el temor a que Bolsonaro pudiera impugnar el resultado electoral si pierde, como hizo el expresidente de Estados Unidos Donald Trump, al que admira.

Durante meses afirmó que las máquinas brasileñas de voto electrónico son propensas al fraude, aunque nunca presentó pruebas, ni siquiera después de que la autoridad electoral le diera un plazo límite para hacerlo.

“No sabemos si este resultado será cuestionado o no, y hasta qué punto”, dijo Carlos Melo, profesor de ciencias políticas en la Universidad Insper de Sao Paulo. “Es una segunda ronda muy dura y un domingo muy tenso, y las tensiones podrían continuar más allá de hoy”.