Por Adela Suliman - NBC News
LONDRES - El presidente, Joe Biden, y sus compañeros del Grupo de los Siete (G-7) acordaron donar 1,000 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus a los países más pobres, según declaró el primer ministro británico, Boris Johnson, a los periodistas al finalizar la cumbre el domingo.
Las dosis consistirán tanto en transferencias directas de vacunas como en la financiación de COVAX, un sistema mundial de compra de vacunas respaldado por la Organización Mundial de la Salud y Gavi, la alianza de vacunas, dijo en una conferencia de prensa.
Pero el compromiso está muy lejos de los 11,000 millones de dosis que, según la Organización Mundial de la Salud, se necesitan para vacunar al menos al 70% de la población mundial.
También se esperan otras promesas sobre: el cambio climático, China, junto con planes para ayudar a acelerar la financiación de proyectos de infraestructura en los países en desarrollo, un cambio hacia la energía renovable y sostenible, y hacer que las grandes empresas paguen su parte justa de impuestos.
Los detalles finales de los compromisos se esperan para el domingo en un comunicado al final de la cumbre.
Biden trató de hacer de la lucha contra China una parte importante de la cumbre, pero no está claro si los otros seis países –Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido– reprenderán a Pekín por la represión de su minoría uigur y otros abusos de los derechos.
En la agenda también figuraba un plan para ofrecer a las naciones en desarrollo un plan de infraestructuras que podría rivalizar con la enorme iniciativa china "Belt and Road".
China, la segunda economía del mundo, no forma parte del bloque y el domingo, un portavoz de la embajada del país en Londres advirtió que los días en que "pequeños" grupos de países decidían el destino del mundo habían quedado atrás.
Tras los tensos lazos entre el expresidente Donald Trump y los aliados occidentales, la llegada de Biden fue bien recibida por sus colegas líderes, y el primer ministro británico lo saludó como un "soplo de aire fresco".
El presidente francés, Emmanuel Macron, también dijo que era "estupendo tener a un presidente estadounidense que forma parte del club y está muy dispuesto a cooperar".
También se espera que los líderes del G-7 se comprometan el domingo a aumentar sus contribuciones a la financiación de la lucha contra el cambio climático para cumplir una promesa de gasto de 100,000 millones de dólares al año, en un intento de ayudar a los países más pobres a reducir las emisiones de carbono y hacer frente al calentamiento global.
El naturalista británico David Attenborough también se dirigió a los líderes a través de un video el domingo y advirtió que el "mundo natural actual está muy mermado" y presionó para que se tomen medidas urgentes.
"Las decisiones que tomemos en esta década —en particular las que tomen las naciones más avanzadas económicamente— son las más importantes de la historia de la humanidad", afirmó.
Algunos grupos ecologistas dijeron que las promesas no iban lo suficientemente lejos. Greenpeace Reino Unido acusó a Johnson de hacer "viejas promesas recalentadas" y dijo que no daría "nada por sentado" hasta que los países aportaran el dinero.
Como anfitrión de la cumbre, el Reino Unido estaba en una ofensiva encantadora, desplegando a la familia real para reunirse con los líderes mundiales el viernes. Pero las consecuencias de su salida de la Unión Europea también pesaron sobre la reunión, ya que Johnson se enfrentó a los funcionarios de la UE sobre el tratamiento de las mercancías en Irlanda del Norte después del Brexit.
Sin embargo, los líderes sonrieron para las fotos en la playa durante una barbacoa el sábado por la noche y vieron una exhibición aeronáutica de los Flechas Rojas de la Real Fuerza Aérea. Biden y su esposa, Jill ,también asistieron a una pequeña iglesia católica el domingo por la mañana junto a la costa en el extremo del suroeste de Inglaterra.
Más tarde, el domingo, Biden viajará al castillo de Windsor para tomar el té con la reina Isabel II.