Los Juegos Olímpicos se celebrarán sin público, según han acordado este jueves las autoridades japoneses y el Comité Olímpico Internacional (COI) después de que el primer ministro, Yoshihide Suga, declarara el estado de emergencia en Tokio durante seis semanas para contener el aumento de casos de COVID-19.
"Mucha gente estaba deseando ver los partidos en las sedes, pero me gustaría que todo el mundo disfrute plenamente viendo los partidos por televisión en casa", explicó el gobernador de la capital, Yuriko Koike, tras reunirse con miembros del COI y con los organizadores del evento.
El anuncio fue realizado poco después de la llegada a Tokio del presidente del COI, Thomas Bach, quien deberá cumplir una cuarentena obligatoria de tres días en el hotel en el que se aloja.
El estado de emergencia durará del 12 de julio al 22 de agosto, lo que abarca el período que durarán los Juegos (del 23 de julio al 8 de agosto). Así, todas las competiciones -tanto exteriores como interiores- se celebrarán a puerta cerrada.
Los Juegos Paralímpicos se disputarán entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre.
Tokio informó el jueves de 896 nuevos casos, luego de que el miércoles registrara 920, por encima de los 714 de la semana pasada y la cifra más alta desde los 1,010 del 13 de mayo.
Este dato se ajusta a las previsiones de los expertos, quienes pronostican que los casos diarios en la capital podrían llegar al millar antes de los juegos y superar los miles en agosto.
Los contagios se están multiplicando principalmente entre los más jóvenes, que no están inunizados, en paralelo con la ralentización de la campaña de vacunación de Japón pierde fuerza.
Solo el 15% de los japoneses están totalmente vacunados, una cifra baja comparada con el 47% de Estados Unidos y casi el 50% de Gran Bretaña. Japón ha registrado en total cerca de 810,000 infecciones desde que comenzó la pandemia del coronavirus el año pasado y casi 14,900 muertes.
El primer ministro recordó que ya había avisado que no dudaría en prohibir el público en las sedes olímpicas si la curba de infecciones volvía a dispararse.
Uno de los principales objetivos del estado de emergencia permitirá cerrar bares, restaurantes y karaokes sirvan alcohol. De esta forma, las autoridades japonesas quieren asegurarse que la gente no salga de fiesta.
"Cómo evitar que la gente que está disfrutando de los Juegos Olímpicos salga a beber es una cuestión principal", reveló el ministro de Sanidad, Norihisa Tamura.
El COI obtiene casi el 75% de sus ingresos de la venta de los derechos de televisión. Los expertos calculan que, de cancelarse, perdería entre 3,000 y 4,000 millones de dólares. Los Juegos ya fueron aplazados el año pasado ante los efectos de la pandemia en todo el mundo.
El COI afirma que más del 80% de los residentes de la Villa Olímpica estarán vacunados.
Con información de AP y Efe.