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La policía celebró el arresto del mafioso ‘Diabolik’, asesino de niños y embarazadas. Pero no era quien creían

El hombre estaba comiendo con su hijo en un restaurante y se quedó "más que sorprendido" por el arresto: se le acusaba de disolver a un menor en ácido, entre otros terribles crímenes.

La policía celebró la semana pasada con gran entusiasmo en los Países Bajos lo que pensó que era uno de sus mayores logros contra la mafia: la detención del principal capo de la Cosa Nostra. El júbilo duró poco: los agentes arrestaron por error a un británico que no tiene nada que ver con la mafia siciliana.

Los oficiales pensaron haber reconocido en un restaurante de La Haya a Matteo Messina Denaro, de 59 años y que lleva casi tres décadas fugado, a quien se le atribuyen decenas de homicidios y atentados con bomba durante la década de 1990. Entre sus víctimas hay presuntamente niños y mujeres embarazadas.

 

 

Se trataba sin embargo de Mark L., un hombre de 54 años, nacido y criado en Reino Unido, fan de la Fórmula 1, que estaba compartiendo mesa con su hijo.

El hombre quedó "más que sorprendido" al conocer el motivo de su detención, explicó su abogado Leon van Kleef al diario The Washington Post. Pero "era [sólo] cuestión de tiempo que la situación se resolviera". 

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Tras ser trasladado a una prisión de máxima seguridad en los Países Bajos, Mark L. fue llevado a declarar ante  una corte para declarar a los fiscales. Acabó siendo puesto en libertad después de que las autoridades confirmaran que no era el hombre que creían haber arrestado, de acuerdo con la orden de detención europea que hay contra el capo italiano. 

Los fiscales neerlandeses han abandonado el caso, confirmó Van Kleef.

 

 

Messina Denaro, también conocido como Diabolik por un personaje de cómic, se ha convertido en la gran obsesión de las autoridades italianas. Se le perdió el rastro tras unas vacaciones en la Toscana en 1993 y desde entonces no se le ha vuelto a ver.

Ese año participó presuntamente en el secuestro y asesinato de un niño de 12 años para forzar el silencio de su padre, también mafioso, que iba a colaborar con las autoridades. El cuerpo del menor fue finalmente disuelto en ácido.

El capo, que se enfrentaba a cadena perpetua tras ser declarado culpable de varios asesinatos, fue condenado a otra cadena perpetua en ausencia el pasado octubre por su papel en los asesinatos de dos fiscales antimafia en 1992, según la agencias de noticias Reuters.

Con información de The Washington Post y El País