La policía de Honduras arrestó este martes al expresidente Juan Orlando Hernández en su domicilio, apenas unas horas después de recibir una petición de extradición por parte de la justicia estadounidense por cargos vinculados al tráfico de drogas y armas.
La detención se produjo poco después de que un juez hondureño firmara una orden de arresto y menos de tres semanas después de que Hernández dejara el cargo. Tiene lugar además tras años de acusaciones por parte de los fiscales estadounidenses sobre los supuestos vínculos del dirigente con grupos de narcotráfico.
Hernández salió de su casa escoltado por la policía, con grilletes en las muñecas y los tobillos, y con un chaleco antibalas. Se subió a un vehículo policial.
La Corte Suprema de Justicia había designado a un magistrado este martes para que se encargara del caso, y horas después el juez firmó la orden de detención de Hernández, según informó el portavoz del tribunal, Melvin Duarte.
El Ministerio de Seguridad, que tenía rodeado el domicilio de Hernández desde el lunes, procedió entonces a detenerlo.
El exmandatario se pronunció a través de la red social Twitter sobre la petición de la justicia estadounidense: “Estoy presto y listo para colaborar y llegar voluntariamente con su acompañamiento en el momento que el juez que designe la Corte Suprema de Justicia así lo decida, para poder enfrentar esta situación y defenderme”.
La semana pasada, el Departamento de Estado hizo pública la inclusión de Hernández den su lista de funcionarios sospechosos de corrupción.
El ministro de Seguridad de Honduras, Ramón Sabillón, quien fue despedido por Hernández como jefe de la Policía Nacional en 2014, dijo el martes que Hernández había conspirado "con los cárteles para traficar [drogas] y corromper muchas instituciones públicas, lo que llevó al deterioro social y socavó la aplicación de la justicia en Honduras".
Agregó que los principales cargos a los que se enfrenta Hernández en Estados Unidos son tráfico de drogas, uso de armas para el narcotráfico y conspiración para usar armas en el narcotráfico.
Marlon Duarte, abogado criminal en Honduras, le dijo a la agencia de noticias Associate Press, que luego de su detención, Hernández sería a informado de los cargos y luego retenido en una base militar.
Allí esperaría por otra audiencia, que podría darse en el plazo de dos meses, en la que se presentarían las pruebas estadounidenses y el juez tomaría una decisión sobre si debe ser extraditado.
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Si el juez falla a favor de la extradición, Hernández tendría tres días para apelar. Entonces, el tribunal de apelación decidiría en un plazo de cinco días si confirma la extradición o anula la decisión del juez.
Los fiscales estadounidenses en Nueva York implicaron a Hernández como co-conspirador durante el juicio por narcotráfico a su hermano en 2019, alegando que su ascenso político fue alimentado por las ganancias de la droga.
Hernández dejó el cargo el 27 de enero, cuando prestó juramento al cargo la ahora presidenta Xiomara Castro. Actualmente desempeña como representante de Honduras del Parlamento Centroamericano.
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Durante todo el proceso el exmandatario ha negado los cargos y ha dicho en varias ocasiones como defensa que que Honduras comenzó a permitir la extradición de sus ciudadanos por cargos de narcotráfico mientras él era presidente del Congreso.
Con información de The Associated Press