La familia real dijo este viernes que el príncipe Philip murió tranquilamente esta mañana en el Castillo de Windsor. Tenía 99 años.
Al igual que su futura esposa, el príncipe nació en la realeza y fue tataranieto de la reina Victoria. Pasó la mayor parte de su vida bajo los reflectores tras emparentarse con una familia real aún más prominente.
Desde sus primeras apariciones junto a la joven princesa Isabel hasta su salida de un hospital en Londres el mes pasado, los fotógrafos más prominentes documentaron la vida del duque de Edimburgo durante más de 70 años.
Philip se vio obligado a abandonar su carrera naval cuando su esposa pasó a ser la reina Isabel II. En cambio, se dedicó a apoyarla. Viajó por todo el mundo con ella y se hizo cargo de la gestión de las propiedades reales.
Pero también encontró sus propias causas para apoyar, incluyendo la creación de un programa de actividades no competitivas para alentar a los jóvenes a reconocer sus habilidades.
El príncipe pintó, coleccionó arte moderno y se interesó en el diseño industrial. Pero, dijo una vez, “el mundo de las artes me considera un jugador de polo inculto”.
Prestó servicio en la Armada Real durante la Segunda Guerra Mundial, se casó con la futura reina en 1947 y mantuvo su agenda llena de compromisos públicos hasta que se retiró en 2017.
El 16 de marzo fue dado de alta del hospital luciendo fatigado y demacrado, después de recibir tratamiento por una infección no revelada y un problema cardiaco.
Conocido por su ingenio, completó más de 20,000 compromisos reales para impulsar los intereses británicos en casa y en el extranjero. También encabezó cientos de organizaciones caritativas, creó programas que ayudaron a los estudiantes británicos y ayudó a criar a sus cuatro hijos, incluído su primogénito, el príncipe Carlos, heredero al trono.
Líderes mundiales y gente de a pie honraron desde este viernes la vida de servicio del príncipe a su esposa y a la nación británica, tras enterarse de la muerte de un hombre que estuvo en el centro de la vida pública durante más tiempo de lo que la mayoría han vivido.
El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que Philip “se ganó el afecto de generaciones aquí en Reino Unido, en la Mancomunidad de Naciones y en todo el mundo”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó sus condolencias a la reina “en nombre del pueblo de Estados Unidos”.
“Su legado perdurará no solo a través de su familia, sino también en todos los esfuerzos caritativos que formó”, dijo.
El Gobierno de Reino Unido dijo que las banderas estarán a media asta en los edificios oficiales hasta después del funeral de Philip.
El equipo detrás de la enormemente popular serie de drama de Netflix The Crown dijo que estaban “profundamente entristecidos” al enterarse de la muerte del príncipe. Robert Lacey, biografo real y asesor de la serie dijo a la BBC que Philip era el “ingrediente secreto” del éxito de la reina.
El príncipe será sepultado con todos los honores debidos a un príncipe del Reino Unido y el consorte de la reina Isabel II. Pero debido a la pandemia de coronavirus será una despedida más discreta que la de otros integrantes de la familia real.
Su deceso será marcado con 41 cañonazos al mediodía del sábado en diferentes lugares del país, incluyendo la Torre de Londres y el Castillo de Edimburgo, así como en Gibraltar y en barcos de la Armada Real.
El cuerpo del príncipe no se presentará al público debido a la pandemia y su actitud “sin complicaciones”. Tampoco será un funeral de estado, para cumplir sus últimos deseos.
El Palacio de Buckingham anunciará más adelante cuándo será el funeral y cuánta gente asistirá. Actualmente los funerales están restringidos a 30 personas o menos bajo las reglas por el coronavirus en Inglaterra, así que es probable que sea solo para la familia real inmediata.
Con información de The Associated Press