Por Alexander Smith - NBC News
LONDRES — El Príncipe Harry afirmó este martes que los editores de los tabloides británicos tienen “las manos manchadas de sangre” al hablar del impacto que los artículos tuvieron en su vida y en la de su difunta madre Diana, la Princesa de Gales.
Harry hizo esta acusación al convertirse en el primer miembro de alto rango de la familia real británica que comparece como testigo ante un tribunal en 130 años, subiendo al estrado en el Tribunal Superior de Londres para declarar contra los editores del periódico sensacionalista británico Daily Mirror.
El príncipe y otras personas han acusado a Mirror Group Newspapers de obtener información sobre ellos mediante escuchas ilegales y otros métodos ilícitos. El Mirror Group ha dicho que utilizó documentos, declaraciones públicas y fuentes para informar legalmente sobre el príncipe.

Tras prestar juramento sosteniendo una Biblia en una mano y vestido con traje oscuro y corbata, Harry, que parecía hablar en voz baja en algunos momentos, dijo que se refería a “algunos de los editores y periodistas que son responsables de causar mucho dolor, disgusto y en algunos casos, hablando personalmente, la muerte".
El hijo pequeño del rey Carlos III llegó a la corte en un todoterreno negro, entrando por un ala moderna y pasando junto a decenas de cámaras de televisión y fotógrafos. La sala estaba llena, y la sala contigua también se llenó de público.
La decisión de permitir que se le interrogue es un paso importante en lo que ha sido una larga campaña contra la prensa sensacionalista, en la que el duque de Sussex considera a los paparazzi culpables de la muerte de su madre en 1997.
También ha acusado a los medios británicos de racismo en su cobertura y acoso a su esposa, Meghan, la duquesa de Sussex, lo que llevó a la pareja a abandonar sus roles institucionales y trasladarse a Estados Unidos.
El Duque de Sussex afirmó que el impacto que la prensa sensacionalista ha tenido en su vida ha sido duradero.
“De niño, en el colegio, estos artículos eran increíblemente invasivos”, dijo, afirmando que los reportajes también tuvieron efecto en quienes le rodeaban, incluida su madre.
En su declaración como testigo, también describió cómo, sobre todo de adolescente y a los 20 años, se sentía obligado a hacer “caso a muchos de los titulares y estereotipos”.
“En mi experiencia como miembro de la familia real, la prensa sensacionalista nos asigna a cada uno un papel específico”, dijo Harry. “Empiezas como un lienzo en blanco mientras ellos averiguan qué tipo de persona eres y qué tipo de problemas y tentaciones podrías tener”, explicó.
“Entonces empiezan a inclinarte hacia el papel o los papeles que más les convienen y que más periódicos venden, sobre todo si eres el ‘recambio’ del ‘heredero’”, dijo.
“Entonces eres el ‘príncipe playboy’, el ‘fracasado’, el ‘que abandona los estudios’ o, en mi caso, el ‘gilipollas’, el ‘tramposo’, el ‘bebedor menor de edad’, el ‘drogadicto irresponsable’”, añadió Harry.
El hijo del monarca británico también enfatizó que "hay una diferencia entre interés público y lo que interesa al público”.
Su testimonio se produce después de que no se presentara el lunes a la primera jornada del juicio. Su abogado, David Sherborne, dijo ante el tribunal que el príncipe no partió de California hasta el domingo por la noche, después de celebrar el segundo cumpleaños de su hija Lilibet.
Por lo tanto, la comparecencia del príncipe ante el tribunal sería “delicada”, dijo.
El juez, Timothy Fancourt, dijo que estaba “sorprendido” por la ausencia de Harry, mientras que Green, dijo que era “absolutamente extraordinario” que Harry no se presentara.
El enfrentamiento entre Harry y aquellos a los que ha acusado de llegar a extremos ilegales en su búsqueda de primicias reales podría proporcionar nuevo combustible para su disputa familiar pública.
“La decisión del príncipe Harry de subir al estrado es, literalmente, histórica”, señaló la historiadora y comentarista real Sarah Gristwood a NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo. “La última vez que un miembro de la realeza de alto rango se sentó en el banquillo de los testigos fue hace más de un siglo”, agregó.
Permitirse ser interrogado es quizá el movimiento más arriesgado en la campaña de Harry contra la prensa sensacionalista. Considera a los paparazzi culpables de la muerte de su madre, la princesa Diana, en 1997, y ha acusado a los medios británicos de racismo al acosar a su esposa, Meghan, la duquesa de Sussex, lo que llevó a la pareja a dejar la vida real por Estados Unidos.
Su testimonio promete ser una experiencia potencialmente incómoda.
Mucho en juego
El príncipe ya se ha arriesgado a la ira de los tribunales -tanto legal como de la opinión pública- al no presentarse el lunes a la jornada inaugural de los procedimientos. Su abogado, David Sherborne, dijo que el príncipe, de 38 años, no salió de California hasta el domingo por la noche, después de celebrar el cumpleaños de su hija de 2 años, Lilibet, y que por lo tanto su asistencia sería “complicada".
El juez, Timothy Fancourt, dijo que estaba “sorprendido” por la ausencia de Harry — una relativa grosería en el subestimado mundo de la jerga de los abogados. El abogado del Mirror Group, Andrew Green, dijo que era “absolutamente extraordinario” que Harry no se hubiera presentado.
Ahora se enfrentará a dos días de interrogatorio sin descanso por parte de un abogado litigante de alto nivel, conocido como King’s Counsel, una desviación radical de la narrativa cuidadosamente adaptada que Harry ha sido capaz de presentar en su serie de Netflix, sus memorias Spare, y diversas entrevistas amistosas.
No solo podría sacar a la luz nuevos detalles sobre la vida de Harry y Meghan, sino también sobre la de su familia, incluidos el rey Carlos III y el heredero, el príncipe William, hermano mayor de Harry.
Y por eso su testimonio es tan inusual: su padre Carlos III, su abuela la difunta reina Isabel II, y su familia, que se remonta a varias generaciones, han tendido a ceñirse al mantra de “nunca te quejes, nunca des explicaciones”, tratando de elevarse por encima de la vorágine de las controversias públicas diciendo lo menos posible, al menos oficialmente.
“El lema de la familia es ‘nunca te quejes, nunca des explicaciones’, pero es sólo un lema y en realidad no se sostiene”, explicó a Anderson Cooper en el programa 60 Minutes de la CBS en enero.
Al subir al estrado esta semana, Harry ha roto este viejo manual de palacio, la última ruptura con su familia y sus tradiciones.
No da muestras de querer llegar a un acuerdo extrajudicial, como hizo su hermano con News Group Newspapers, la rama británica de Rupert Murdoch, según los documentos judiciales presentados por Harry el mes pasado. Como multimillonario de patrimonio heredado, Harry puede permitirse un costoso proceso judicial; también le motiva un sentimiento de injusticia que dura ya décadas.
“Todos sabemos cómo puede ser la prensa británica, y estaba destruyendo mi salud mental”, contó Harry en una entrevista en The Late Late Show With James Corden en febrero de 2021.
“Esto es tóxico”, añadió, diciendo que los medios habían creado un ambiente “realmente difícil” para la pareja.
La colaboradora real de NBC News Katie Nicholl dijo: “Va a perder mucho dinero si pierde el caso, pero no creo que se trate del dinero. Se trata de esta cruzada, esta misión absoluta empeñada en cambiar los medios de comunicación. Y creo que, para Harry, si pierde, hay mucho en juego en términos de su futuro, de su credibilidad”.
La última vez que un miembro de la realeza compareció ante un tribunal fue en 1891, cuando Eduardo VII, entonces Príncipe de Gales, testificó después de que uno de sus oponentes en una partida de cartas fuera acusado de hacer trampas. Veinte años antes fue llamado a declarar después de que una mujer dijera que había tenido una aventura con él.
“La naturaleza deshonrosa de esos casos hizo que las comparecencias de Eduardo se tomaran como prueba de su carácter inestable; su madre, la reina Victoria, estaba horrorizada”, explicó Gristwood. Advirtió que la aparición de Harry también “podría resultar problemática”. La familia real siempre ha sido muy consciente de que necesita a la prensa tanto como la prensa los necesita a ellos”.
El príncipe es quizá la figura pública de más alto perfil que ha emprendido acciones contra los periódicos británicos, alegando prácticas turbias como el pirateo telefónico, que normalmente implica acceder a los mensajes de voz de la persona, pero no es ni mucho menos el primero.
Se trata de un escándalo que estalló en el Reino Unido en 2011 tras revelarse que el News of the World utilizaba estos métodos para conseguir historias, lo que llevó al cierre del periódico.
News Group ha pedido disculpas por el pirateo en el desaparecido periódico.
A lo largo de los años, decenas de famosos, entre ellos el actor Hugh Grant y el músico Elton John, han llevado a la prensa ante los tribunales.
El príncipe ha emprendido acciones legales contra tres grandes editores de periódicos, y es una de las más de 100 personalidades que han demandado a Mirror Group Newspapers, propiedad de una empresa llamada Reach.
Reach se ha disculpado por un caso en el que The Sunday People, la cabecera hermana del Mirror, buscó ilegalmente información sobre Harry, pero ha negado las otras demandas y ha dicho que no hay pruebas de ellas.
El grupo Mirror ha dicho que utilizó documentos, declaraciones públicas y fuentes para informar legalmente sobre el príncipe.
Green, el abogado del Mirror, dijo que un número sustancial de los artículos en cuestión eran de un “impresionante nivel de trivialidad” y que los reporteros habían utilizado fuentes y registros públicos para obtener información legalmente, con la excepción de unos pocos casos de recopilación ilegal de información.