Por Reuters vía NBC News
El presidente saliente de Brasil, Jair Bolsonaro, aterrizó en Florida el viernes, después de entregar un mensaje entre lágrimas a sus seguidores, y menos dos días antes de que su férreo rival de izquierda, Luiz Inacio Lula da Silva, asuma la presidencia del país.
Un avión oficial brasileño aterrizó en Orlando, Florida, a última hora del viernes, según mostró el sitio web de seguimiento de vuelos FlightAware. Aunque el destino de Bolsonaro no ha sido confirmado oficialmente, su personal de seguridad ya está en Florida.
La salida de Bolsonaro de Brasil se produjo después de que repetidamente dijera que no entregaría la banda presidencial a Lula en la toma de posesión del domingo, rompiendo con la tradición democrática de Brasil. También puede enfrentar riesgos legales por permanecer en Brasil ya que su inmunidad presidencial expira cuando Lula asuma el cargo.
Su partida siguió a un emotivo discurso de despedida en las redes sociales más temprano el viernes, en el que repasó los aspectos más destacados de su tiempo en el cargo, buscó defender su legado y trató de inspirar a sus seguidores a continuar la lucha contra Lula.
El vicepresidente, Hamilton Mourao, ahora es presidente interino después de que Bolsonaro dejara el país, dijo su oficina de prensa. Pero Mourao no le entregará la banda presidencial a Lula, señaló un vocero, lo que genera dudas sobre quién hará la entrega ceremonial.
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El avión presidencial partió de Brasilia poco después de las 14:00 hora local.
“Estoy en vuelo, regreso pronto”, dijo Bolsonaro citado por CNN Brasil más temprano ese día.
Su oficina de prensa no respondió a una solicitud de comentarios de Reuters. El Departamento de Estado de EE.UU. tampoco respondió a una solicitud de comentarios. La embajada de Estados Unidos en Brasilia remitió las preguntas de Reuters sobre el viaje de Bolsonaro a la oficina del presidente brasileño.
La salida de Bolsonaro ocurre luego de semanas de silencio por parte del mandatario, tras perder las elecciones presidenciales, que fueron las más tensas de Brasil en toda una generación.
Algunos de los seguidores de Bolsonaro se han negado a aceptar la victoria de Lula, creyendo sus afirmaciones sin fundamento de que las elecciones de octubre fueron robadas. Eso ha contribuido a un ambiente tenso en la capital Brasilia, con disturbios y un atentado frustrado la semana pasada.
En su discurso en las redes sociales, Bolsonaro calificó el complot para colocar una supuesta bomba como un “acto terrorista” por el que no había justificación. Buscó distanciarse de George Washington Sousa, el hombre que confesó haber fabricado la bomba y que le dijo a la policía que el llamado a las armas de Bolsonaro lo inspiró a construir un arsenal de explosivos.
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“El señor tenía ideas que no son compartidas por ningún ciudadano, pero ahora lo catalogan como ‘Bolsonarista’”, dijo el mandatario.
Sin embargo, Bolsonaro también elogió a los manifestantes que han estado acampando frente a los cuarteles del ejército en todo el país, instando a los militares a dar un golpe de estado.
“No alenté a nadie a entrar en confrontación”, dijo, y agregó que sus seguidores simplemente buscaban “libertad”. Dijo que las protestas habían sido “espontáneas”, sin liderazgo ni coordinación.
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La rápida salida de Bolsonaro fue una decepción para muchos en la derecha, donde su reputación se ha visto afectada por su silencio postelectoral. Algunos de sus acérrimos seguidores en la entrada del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial donde residía, lo llamaron “cobarde” durante su discurso, según dijo un testigo de Reuters.
Otros se sintieron abandonados por su partida.
“Se siente como si mi novio me hubiera dejado”, dijo Deise Casela, una viuda de 57 años, mientras tocaba la bandera de Brasil que arriaron después de que Bolsonaro saliera de la residencia. “Estoy de luto otra vez”.