IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

El Pentágono admite que bombardeó por error a una familia de civiles afganos inocentes y no a un terrorista de ISIS

Al menos 10 personas, entre ellos siete niños, murieron en un ataque con drones tras el atentado terrorista de Kabul del 29 de agosto: el supuesto terrorista era en realidad un trabajador humanitario.

El Pentágono admitió este viernes que el bombardeo lanzado por un dron en Afganistán contra un supuesto terrorista del Estado Islámico fue "un error" y acabó en cambio con la vida de un trabajador humanitario y su familia.

En el bombardeo fallecieron al menos 10 civiles afganos inocentes, entre ellos siete niños.

"El ataque fue un error trágico", dijo en una conferencia de prensa en el Pentágono el general de la Infantería de Marina Frank McKenzie, jefe del Comando Central de EE.UU.

Ramal Ahmadi es consolado por sus familiares durante un funeral masivo en Kabul el lunes.
Ramal Ahmadi es consolado por sus familiares durante un funeral masivo en Kabul el lunes.Los Angeles Times via Getty Images

El ataque fue lanzado el 29 de agosto por EE.UU. después de que el grupo extremista Estado Islámico Jorasán reivindicara la autoría de un atentado suicida a las afueras del aeropuerto de Kabul en el que murieron 13 militares estadounidenses y más de 110 afganos.

El misil del dron impactó, según el relato de testigos, la parte trasera del auto Toyota Corolla blanco de Zemari Ahmadi, quien trabajaba para la organización benéfica Nutrition and Education International, cuando estacionó en la puerta de su hogar el domingo en la noche. 

Ahmadi vivía junto a sus hermanos y sus familias, y parte de los niños se habían acercado a saludarlo. La explosión reventó las ventanas del vehículo cobrándose la vida de varios de ellos. 

Los oficiales del Pentágono defendieron durante días que el objetivo había sido un terrorista que preparaba atentados contra las tropas estadounidenses en Afganistán, pero varios medios de comunicación publicaron reportajes indicando que en realidad se trataba de un empleado de una organización humanitaria estadounidense y que no había prueba alguna para afirmar que tenía intención de cometer atentados. 

McKenzie dijo que el vehículo fue atacado "con la convicción sincera" de que el objetivo representaba una amenaza inminente.

"Ahora estoy convencido de que hasta 10 civiles, incluidos hasta siete niños, murieron trágicamente en ese ataque", dijo McKenzie.

"Eran 10 civiles", dijo a NBC News este mes Emal Ahmadi, quien indicó que su hija pequeña, Malika, estaba entre los muertos. "Mi hija... tenía 2 años", contó.

"Además, ahora evaluamos que es poco probable que el vehículo y los que murieron estuvieran asociados con ISIS-K, o una amenaza directa para las fuerzas estadounidenses", agregó, refiriéndose a la filial del grupo Estado Islámico en Afganistán.

Una investigación de New York Times descubrió que algunas de las acciones de Ahmadi el día del ataque podrían haber sido malinterpretadas por la vigilancia militar estadounidense, que estaba en alerta máxima.

El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo tras el ataque que los oficiales tenían "muy buena información" sobre el objetivo, y que "al menos una de esas personas que murieron era un facilitador de ISIS."

Incluso el presidente, Joe Biden, calificó inicialmente el ataque como un éxito y una prueba de que Estados Unidos podía llevar a cabo ataques "por encima del horizonte" desde fuera de Afganistán.

Pero el Pentágono se retractó este viernes. "Ofrezco mis profundas condolencias a los familiares y amigos de los fallecidos", dijo McKenzie.