Por Menelaos Hadjicostis y Nicole Winfield - The Associated Press
El Papa Francisco denunció este viernes la "cultura de la indiferencia" que Occidente muestra frente a los migrantes, al tiempo que el Vaticano confirmó que al menos una docena de solicitantes de asilo serán transferidos de la isla de Chipe a Italia, en un gesto de solidaridad con los países europeos que han recibido un número desproporcionado de aspirantes a refugiados.
El traslado, formalmente anunciado en el segundo día de visita del Papa a Chipre, se produjo en víspera de su llegada prevista a Grecia, desde donde trasladó consigo a una docena de refugiados musulmanes a bordo del sirios a bordo del avión papal en 2016.
El Vaticando dijo que la comunidad de Sant'Egidio, con sede en Roma, en colaboración con los gobiernos, ha organizado el traslado de los solicitantes de asilo desde Chipre a Italia en las siguientes semanas. Dijo que 12 personas serían finalmente trasladadas.
El ministro del Interior de Chipre ha agradecido anteriormente al Papa Francisco y a la Santa Sede por la iniciativa de reubicar a 50 personas, indicando que fue un reconocimiento de la inhabilidad de Chipre para seguir recibiendo migrantes y refugiados.
El Vaticano no respondió enseguida cuando se le preguntó por la discrepancia, aunque se supondría que más adelante podría reubicarse a más personas, ya que Sant'Egidio lleva años gestionando servicios de "corredores humanitarios" para llevar a los migrantes a Italia de forma legal.
Nicos Nouris, ministro del Interior de Chipre, confirmó a The Associated Press que se hicieron acuerdos para transferir a 50 solicitantes de asilo en total.
El Papa mismo no confirmó la iniciativa este viernes durante la misa de la tarde con los migrantes en la Iglesia de la Santa Cruz en Nicosia, capital de Chipre. Pero dejó en claro que los países tienen la obligación moral de aceptar a aquellos que escapan de guerras, odio y opresión, y que a menudo se encuentran con cercas de alambre en las fronteras antes de ser rechazados y enviados de vuelta.
"Aquellos que vienen pidiendo libertad, alimentos, ayuda, fraternidad y alegría, que escapan del odio, se encuentran de frente con el odio en forma de cercas de alambre", dijo el Papa a los migrantes, quienes ocupaban la mayor parte de las bancas de la iglesia. "Que el Señor despierte la consciencia de todos nosotros frente a todas estas cosas. No podemos callar y mirar a otro lado ante esta cultura de la indiferencia”.
El Papa se refirió a los problemas que afronta Chipre y dijo que reconocía que los gobiernos no pueden acoger a todo el mundo y que "hay que entender los límites".
"Esta es una isla generosa, pero no puede hacerlo todo, porque el número de personas que llegan es superior a las posibilidades para insertárlos, integralos y apoyarlos" en la sociedad de Chipre, dijo.
Pero también manifestó su disgusto sobre cómo "las sociedades desarrolladas de Occidente" se niegan a aceptar migrantes o los envían de vuelta a países donde van a ser "confinados, torturados y esclavizados".
Lo dijo en referencia a la crisis de los migrantes en la frontera de la Unión Europea en Polonia con Bielorrusia, así como a las condiciones en los recintos libios para los refugiados que son devueltos. El Papa los llamó “lagers”, similares a los campos de detención de la época nazi y de Stalin.
"Ahora nos preguntamos cómo eso pasó (en el pasado), pero esto le está pasando a nuestros hermanos y hermanas hoy, en las costas cercanas", dijo.
Otros, agregó, no logran llegar y mueren en el mar.
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La indiferencia global, dijo, es "una enfermedad grave, y no hay un antibiótico para eso. Tenemos que ir contra este vicio de acostumbranos a esas tragedias".
Entre aquellos que acudieron a la misa del Papa estaba David Henry Jr., de 28 años, de Nigeria.
"Si pudiera verlo ahora, le pediría que rece por mí y me ayude, porque ahora no tengo nada", dijo Henry. "Estoy empezando mi vida de nuevo".
Chipre ha visto este año un aumento del 38% en la llegada de migrantes y refugiados en los primeros 10 meses de este año en comparación con el anterior. Debido a eso, le ha pedido a la comisión ejecutiva de la Unión Europea que le permitiera dejar de tramitar los pedidos de asilo. Actualmente está procesando más solicitudes per capita que cualquier otro país de la Unión Europea.
Alrededor del 80% de los solicitantes de asilo en Chipre llegan primero al norte turco de Chipre y luego cruzan la porosa zona de amortiguación de la ONU de la isla, dividida étnicamente, para buscar asilo en el sur, miembro de la Unión Europea, reconocido internacionalmente. El gobierno de Chipre afirma que Turquía envía sistemáticamente a los solicitantes de asilo al norte para que luego presionen al gobierno del sur de la isla.
En un comunicado, el Vaticano dijo que ayudaría a Chipre "como signo de la preocupación del Santo Padre por las familias y las personas migrantes". Agregó que el viaje del Papa a Chipre "será complementado las semanas que viene con un gesto humanitario de acogida a 12 refugiados, a algunos de los cuales el Papa saludó esta tarde al final del encuentro ecuménico de oración con los migrantes".
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Se espera que el Papa haga el mismo llamado para recibir a los migrantes durante su regreso a Lesbos, en Grecia, para visitar un nuevo campo de refugiados.
El ministro del Interior de Chipre dijo que dos migrantes camerunenses, que llevan seis meses atrapados en la zona de amortiguación de la ONU, conocida como Línea Verde, estarían entre los 50 que serían reubicados gracias a la intervención del Papa.
"El gesto simbólico del Vaticano es un reconocimiento a las dificultades que Chipre enfrenta de manera contínua con el incremento del flujo de migrantes que cruzan irregularmente la Línea Verde, hacia áreas más libres, llegando a través de áreas ocupadas en Turquía, que instrumentaliza sistemáticamente la cuestión migratoria contra Chipre", señala un comunicado del ministerio del Interior.